La Constituyente es Paz

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, iniciativa del Presidente Maduro, responde al interés nacional de destrabar el juego político enrarecido por las acciones y planes desestabilizadores de la extrema derecha, que en estos tiempos impone su agenda excluyente a las demás agrupaciones de la oposición.

La mayoría circunstancial, obtenida por la oposición en el seno de la AN encegueció a sus integrantes quienes creyeron que el Poder Legislativo era la conjunción de todos los poderes del Estado Venezolano. Craso error que les costó caro ya que, entraron en desacato al desconocer la decisión del TSJ con respecto a los parlamentarios indígenas, para luego en enero 2017 volver a incurrir en falta, al nombrar una directiva irrita que los convierte en un Poder acéfalo.

Auto suicidaron la AN y de paso, patearon la mesa de diálogo con presencia vaticana. Es decir, el mando opositor está secuestrado por la derecha fascistoide.

Están también las maniobras derechistas fallidas, para asumir el control de los restantes Poderes inmiscuyéndose en PDVSA, CNE, Poder Moral, en pretender usurpar las funciones del Poder Judicial y del Legislativo, lo que explica él porque del interés de la MUD, en este momento, en llamar a una Constituyente moldeada a sus intereses o, mejor dicho, a los compromisos de los grupos económicos, que ellos representan. Querían con estas artimañas volver a una Constitución que, encarnara a la democracia representativa y que impusiera el modelo neoliberal. Afortunadamente, el gobierno del Presidente Maduro y el Gran Polo Patriótico, lograron echar por tierra esta trampa y es ahí, cuando la derecha se olvida de la Constituyente y entendemos entonces, porque hoy rechazan el llamado a esa convocatoria reconciliatoria del Presidente.

Ellos no quieren paz y continúan atacando con las armas del odio, convocando a marchas pacíficas que terminan en muerte y violencia, generando caos, anarquía y ocasionando la destrucción de bienes públicos y privados. El Presidente Nicolás Maduro, en uso de sus facultades, asume e interpreta de forma correcta los que establece al respecto la vigente Constitución Bolivariana, la cual en su artículo 347 es categórica “El Pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario… y puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado…” y el artículo 348 refuerza el anterior así: “El Presidente tiene la potestad para ello y no podrá objetar la Constitución que resulte de ella”.

La Constituyente, que está por nacer, quedará formada por 500 ciudadanos y ciudadanas mucho de los cuales, serán obreros y agremiados de distintos oficios, es decir, puro pueblo. Y en el proceso de elección será tomado en cuenta el sistema territorializado, con carácter municipal, surgido en las comunidades y refrendado con el voto directo y secreto.
Mediante la Asamblea de Ciudadanos se impulsará la Asamblea Nacional Constituyente, ANC, la cual es de carácter democrático, hecho inédito en América Latina, incluso en Venezuela, razón que le otorga legitimidad a la Convocatoria, como lo afirma la constitucionalista Dra. Olga Álvarez, abogada y experta en la materia.

Esta iniciativa del Presidente Obrero ha tenido una amplia acogida en diversos sectores de la sociedad venezolana, que la han percibido como un paso hacia la paz duradera. Como un gesto de pacifismo. De esta manera, las fuerzas revolucionarias interpretan los anhelos de paz que laten en el corazón de cada compatriota.


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Héctor Agüero


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