La jerarquía de la iglesia católica venezolana está alzada contra las prédicas del Papa Francisco. Los sacerdotes de la Conferencia Episcopal Venezolana no le para al Papa. Sigue apegado a aquella iglesia que apoyo a Hitler, Francisco Franco, Mussolini, así como a Augusto Pinochet, y en fechas más recientes a Pedro Carmona Estanga. Sobre este último caso existen muchos videos y fotos que así lo avala. En efecto, da lástima ver como el sacerdote Diego Padrón, presidente de la CEV (insisto con lo de sacerdote, porque el Papa Francisco mandó para el carajo ese remoquete de monseñor), a través de las cámaras de televisión afirmó hace tres días que "esa idea del plebiscito nació del seno de la gente, de la sociedad civil, no de los partidos políticos, por lo tanto en ciertas localidades, de acuerdo con la decisión del obispo, se prestarán instalaciones de las iglesias para contribuir a la realización del plebiscito del 16 de julio".
Dos cosas sacerdote: en primer lugar, miente cuando dice que es una iniciativa de la sociedad civil. Miente, mil veces miente. Esa es una iniciativa de los partidos Voluntad Popular y de Primero Justicia. Por lo que no sólo está mintiendo, sino que pretende engañar a los católicos de este país. O sea a los pocos creyentes que existen, gracias a las desacertadas posiciones de esta jerarquía eclesiástica devaluada. Y en segundo lugar: está exponiendo esos centros a que la guarimba se apodere de ellos, y se conviertan en un excedentario de guerra, tal y como ha sucedido en los últimos 100 días en las calles de Caracas y otros lugares del país. Ha sido un sacerdote quien ha bendecido a los violentos terroristas encapuchados en las adyacencias de la Base Aérea La Carlota, hecho registrado en videos. O sea, sacerdote, usted está involucrando a la iglesia en la guarimba y en los actos terroristas, con sus respectivas consecuencias.
Usted, un hombre entrado en años, presidente de la CEV, alza su voz para ponerse al lado de los violentos, de los terroristas y asesinos, muchos de ellos. Se aleja de las prédicas del Papa y se acerca a las del diablo. Avalan la quema de seres humanos, así como los asesinatos en barricadas. ¡Dios, Santo! ¿Qué les ha pasado a estos sacerdotes? ¿Cómo han sido penetrados por satanás? Que Dios los haga volver al mundo de la cristiandad, del catolicismo, de la solidaridad y de la paz.