Para este domingo 16, la oposiMUD ha convocado su militancia para medirse y verificar, cuán debilitado o no, ha quedado el apoyo que el pasado 6D-2015, le manifestara el pueblo opositor masivamente. Ha considerado, la dirigencia oposicionista, que el mecanismo más idóneo para medir ese apoyo sea a través de un Plebiscito. Extraña que, quienes se nos vienen presentando como el non plus ultra defensor de la Constitución Bolivariana de 1999, utilicen un mecanismo no establecido en nuestra Constitución. Al efecto, leamos el artículo 70: "Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las iniciativas legislativas, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas, cuyas decisiones serán de carácter vinculante…", releamos y no verán por ningún lado la palabra: plebiscito. Bien extraño eso, de quienes dicen ser, los súper defensores de la Constitución Bolivariana de 1999. Pero, explicable si consideramos que quienes le elaboran las líneas políticas a esa oposición apátrida, no son otros sino los servicios de seguridad imperialista, para ser más exactos: la CIA, y en el norte, muy poco se ha estudiado nuestra Constitución Bolivariana, se quedaron anclados en la Constitución de 1961. Ello, explica en mucho, cuán errática ha sido, en los últimos 18 años, el llamado oposicionismo vasallo que hace las veces de representante político del Estado Unidos (EEUU) en nuestra patria. Pues, al no tener una política genuinamente nacional, terminan haciendo el ridículo y propiciando grandes pérdidas en vidas humanas y cuantiosos daños materiales al patrimonio nacional.
Los plebiscitos tuvieron un origen plebeyo, y se correspondía con toda resolución adoptada y votada por la clase plebeya durante la república romana, también se les llamaba "concilium plebium". Los plebiscitos, solo tenían efectos para la clase de los plebeyos. Como bien lo expresa su origen latino: plebiscitum, llamada o convocatoria a la plebe, estos es, al pueblo llano. Es anterior a la figura de los referendos. La historia, ha vinculado la realización de plebiscitos con figuras reaccionarias o más bien: dictadores. En febrero de 1938, Adolf Hitler presionaba al gobierno de entonces en Austria, le exigía amnistía y puesta en cargos relevantes para todos los nazis detenidos en las cárceles austríacas y una anexión total de Austria a la Alemania nazi. Al no ceder a sus pretensiones, el gobierno vigente en Austria, Hitler ordena a sus seguidores austriacos que causasen el caos en dicho país. Entre el 10 y 11 de marzo de aquel año, las grandes ciudades austríacas (Linz, Innsbruck o Viena) fueron sumidas en el caos a causa de multitud de incendios, saqueos y destrucción de edificaciones gubernamentales. Iniciaba así, la invasión "pacífica" del nazismo. El gobierno austríaco, solicitó la ayuda de países como Francia o Gran Bretaña, quienes no manifestaron la más mínima intención de intervenir por temor a propiciar un conflicto internacional. Mientras el gobierno austríaco anunciaba, la posibilidad de realizar un referéndum sobre las exigencias del nazismo alemán, que nunca se realizó; Hitler, avanzaba con sus tropas hacia Viena, la capital. Al llegar, Hitler anunció la anexión de Austria a la Alemania nazi fascista. En apenas una semana de ocurrida la invasión alemana, Hitler recurrió a un plebiscito para legitimar su invasión, preguntándole a los votantes sí le aceptaban como líder y además, sí aceptaban la adhesión de Austria al III Reich. Los judíos, comunistas y todo aquel o aquella, sospechosa de oponerse a las respuestas sugeridas en la consulta, fueron excluidos del registro de votantes; la papeleta, fue diseñada de tal manera que un círculo grande representaba al sí y otro pequeño el no. No existió el voto secreto pues las papeletas debían ser rellenadas delante de los oficiales de las SS, entregándoselas a ellos mismos después de llenarlas. Los resultados, como todo plebiscito, fueron los esperados para el régimen nazi fascista: 99,73 por ciento del electorado votó por el sí, legitimándose el Anschluss o anexión de Austria al III Reich.
En Venezuela, el único antecedente de plebiscito realizado se remonta a los tiempos de la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, en diciembre de 1957, del siglo XX venezolano. Pretendía Pérez Jiménez, con dicho plebiscito, obviar la convocatoria a elecciones generales. Se le preguntó a la población: si aprobaba o rechazaba la reelección de Pérez Jiménez para el período 1958-1963, cinco años más. Los resultados, fueron los esperados por la dictadura perezjimenista: a favor del sí, 2 millones 374 mil 790 votos, por el no, 364 mil 182 votos y nulos fueron 186 mil 015 votos. El 20 de diciembre de ese año, Marcos Pérez Jiménez anunció al país, que basándose en los resultados del plebiscito, continuaría "democráticamente" cinco años más al frente del gobierno. Apenas, un mes después de su anuncio, el pueblo se rebelaría y lo derrocaría revolucionariamente. Una variante, que implementó el imperialismo en los años 70 del siglo XX, en nuestro continente, consistió en una figura plebiscitaria que convirtió al Estado Unidos (EEUU) en el gran elector de nuestra América toda. Como bien lo grafica el general Luis Arce Gómez, ex ministro del Interior del gobierno de facto del otro general Luis García Meza, 1980-1981, en Bolivia. Quien, en una entrevista para un medio, afirmaba: "Yo di el golpe, EEUU dio el visto bueno". Eran los tiempos, en que las fuerzas armadas ejecutaban sus golpes sangrientos y su continuidad, dependía en última y única instancia, de la opinión -casi que plebiscitaria- que emitiera el gobierno del Estado Unidos (EEUU). Un ejemplo de ello, lo fue el plebiscito de 1988, organizado por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Si bien, el Estado Unidos (EEUU) lo catapultó en su ascenso al poder mediante un golpe de Estado sangriento contra un gobierno auténticamente Democrático, como lo fue el de Salvador Allende, 1973, una vez que la dictadura fue agotándose, debido en lo fundamental a su impresentable y brutal manera de conducir los destinos públicos, el EEUU consideró necesario deshacerse de su otrora representación en esa parte del cono sur y promovió la figura plebiscitaria para deshacerse de su frankenstein e iniciar la transición hacia un gobierno que garantizase mayores libertades, más presentable a la opinión pública internacional. Teniendo, como promotor de dicho plebiscito, al "gran elector" de aquellos años 80, el EEUU, era obvio prever sus resultados. Sobre un universo de votantes de 7 millones 435 mil 913 electores y electoras, el 44,01 votó por el Sí, mientras que el 55,99 por ciento lo hacía por el NO; con lo cual, la mayoría plebiscitaría optaba porque Pinochet no continuara en su mandato y se abría así, el camino para elecciones generales presidenciales y de parlamento, iniciándose así el camino llamado entonces de "transición democrática".
La figura plebiscitaria no quedaría allí, en la Venezuela de nuestros tiempos, 2017, la llamada oposición, expresada políticamente en la MUD, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), la patronal Fedecámaras, organizaciones sindicales de derecha como lo restos de la moribunda CTV y la Únete, rectores de universidades autónomas organizados en la Averu, medios privados de comunicación con excepción de Panorama y Últimas Noticias, la Fiscalía General de la República, la Asamblea Nacional, entre otros y otras, han resucitado la figura plebiscitaria después que han transitado el mismo camino que condujera a Adolf Hitler a anexarse a Austria, en 1938. Caos en algunas calles de municipios gobernados por alcaldes de Voluntad Popular, Primero Justicia y Avanzada Progresista, cerca de un centenar de asesinatos por sus hordas violentas y más de un millar de heridos y lesionados, quema de decenas de edificaciones públicas y algunas privadas, transportes públicos de alimentos, medicinas y pasajeros, hospitales públicos, depósitos de medicinas y alimentos, escuelas y radios comunitarias, peor aún, quema de personas que confundieron por su color de piel, con Chávez, valga decir, crímenes de odio. Después de tanta barbaridad, ahora pretenden legitimar las causas que les motivara a encauzar tanta violencia, odio, muerte y destrucción, con un plebiscito en el que sus seguidores y seguidores deberán responder sí o no deben continuar causando muertes y destrucción para estimular su ansiado deseo de que Venezuela sea objeto de una intervención militar imperialista, tal cual lo explicó el diputado Juan Requesens en un foro realizado en la ciudad de Miami, en procura de más recursos monetarios para seguir destruyendo.
Como todo plebiscito, los resultados a obtener ya se conocen de antemano, tanto que han anunciado que los supuestos cuadernos electorales serán quemados una vez finalice la jornada. Ya los líderes, si pudiera llamárseles así, han dado a conocer lo que vendrá el día después de hacerse público los resultados. La llamada Hora 0, que no es otra cosa sino un refrito de aquel criminal paro-sabotaje petrolero, que afectó al país entre finales de 2002 e inicios de 2003. Para ello, ya han obtenido el respectivo sí de parte de ese gran elector que viene a ser el gobierno imperialista de Mr. Trump, cuya palabra vale muchísimo más de lo que pudiera decir todo el registro electoral del CNE. Se convierte, ese nefasto plebiscito, en la antesala del proceso eleccionario de los futuros integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, cuyos objetivos históricos se concretan en uno solo: alcanzar la paz. Hagamos historia este 30 de julio votando Constituyente, la nueva historia con Bolívar, el de Angostura 1819: "¡Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional para que ejerza su voluntad absoluta!