El PSUV es una máquina que moviliza electores, para hacer revolución es una chatarra

La desesperación y las arengas para votar en las elecciones de la  asamblea constituyente, el realero en publicidad, las triquiñuelas  distractoras, todo eso se ha podido evitar si el gobierno pone orden en la pea y continúa con el Plan de la Patria, si se hubiera respetado el mandato de Chávez. Por lo menos, el chavismo ahora estaría moralizado, dispuesto a sacrificios como pueblo alzado y luchando con la consciencia de ser parte de la revolución, de la sociedad y que a ella se debe.

La fórmula para vencer en unas elecciones burguesas es vieja: calumniar al enemigo y engañar al pueblo. Decía un viejo compañero de partido, en las primeras elecciones regionales del Mas, (como partido, no como el movimiento de movimientos), que había que desprestigiar la reputación de tal médico, si queríamos ganar la secretaría general. Bueno esto es lo que han hecho todos los partidos que “hacen vida” dentro de la democracia burguesas como lo es ésta; es la misma que hace inmutable la vida cotidiana en países como Italia, que puede darse el lujo de tener tres gobiernos distintos en un año, sin que nadie se entere.

Pero el apoyo exiguo que tuvo el gobierno de Maduro de la población, hizo que el mal uso del poder se les fuera de las manos. Ahora la oposición de afuera está luchando con otras armas, no convencionales dentro de la democracia burguesa; las armas de la violencia y del fascismo, pero amparados con la Constitución. El gobierno desesperados ha metido la pata hasta el fondo, que es lo más profundo a donde han podido llegar con la política, y terminan con chantajear a los empleados públicos y a todo potencial votante con el bendito Carnet de la Patria, activando no sé qué código, un método patentado hace mucho, pero mucho tiempo, por Acción Democrática sin tanta sofisticación. Presionar a sus votantes duros y traerse con maña a los más blanditos, con amenazas, distracciones  y mentiras.

Lo que no quieren entender estos pichones de dirigentes es que el mundo no se acaba con ellos, ni con los otros. En cuanto a los que se dicen socialistas, para hacer la revolución socialista no son indispensables. Más aun, son un problema, un estorbo, como diría Fidel. La revolución necesitaría olvidarse de muchos de ellos; solo basta con verlos desesperados tratando de convencernos de que la constituyente es buena (todavía nadie sabe cómo va ser buena) y hay que votar porque si no puede haber hasta una guerra civil, se va instaurar el fascismo (de derecha de afuera)…, Pero al tiempo están desprestigiando y descalificando a todo el que se le atraviese por el medio, que no sea acólito  a la elección de la ANC y todos demás disparates, activando su propio el fascismo endógeno (de la otra derecha interna).

Da verdadera tristeza que Diosdado y el Presidente Maduro arenguen a una masa de gente atontada con estas otras elecciones extrañas. La publicidad, la mentira, la calumnia, el chisme barato vuelve a ser el detonante de la histeria de las masas, son los verdaderos protagonistas. Todavía se sigue explotando la imagen de Chávez, porque están desprestigiados como líderes, porque no hay un solo pensamiento y un solo interés, que no sea el de frenar y acabar con los cambios sociales socialistas. Cada nombre tiene sus seguidores y son comprados en distintas formas. Casi nadie es un militante convencido porque no hay ideas de las cuales se los pueda convencer, son solo sus clientes, se los compra con promesas y cosas materiales.

El mismo entusiasmo, con el que sermonean a la gente para condenar a la fiscal o para incitarlas a votar; el mismo arrebato con el que buscan culpables fuera de ellos,  debería ser útil para convencer a la gente con argumentos, del por qué y como se hace para  cambiar esta sociedad por otra distinta, porque una sociedad más amorosa, más respetuosa, verdaderamente democrática e igualitaria, de porqué y paraqué hay que vivir muy cerca de la verdad… Si con esa energía se hubiera denunciado e investigado el asesinato de Chávez y se hubiese defendido su legado político no estaríamos ahora donde estamos todos; las cosas fueran distintas y la gente fuera otra, convencida por acciones armonizadas  con un discurso honesto, capaz de admitir que se cometen errores y señalar cuáles son o cuáles han sido estos errores.

Los responsables son por acción, pero peor por omisión, y estos últimos son siempre testigos mudos, sordos y ciegos de los errores; militantes, dirigentes, funcionarios acobardados, algunos “come pan”, otros intimidados de perder reputación y prestigio (más la comodidad de sus vidas), son los que más daño han hecho por su apocamiento. Los primeros sin frenos, los segundos dejando pasar, obedeciendo, aplaudiendo  y justificando indefectiblemente cualquier cosa que venga de los que mandan.

No es posible que en el PSUV no haya ni un solo dirigente que sea crítico a esta dirección auto nombrada o nombrada a dedo. Parece mentira que sea el PSUV otra AD, otra organización clientelar, una fábrica de arribistas y de pichones de fascistas (o si prefieren, de estalinistas, que para los efectos es lo  mismo), porque son sus prácticas, sus acciones las que los definen, no su glosomanía marxista y sus auto calificaciones (tipo Jesús Silva R., personaje ridículo que es posible que hasta sea embajador de verdad, no me extrañaría nada) “Nosotros los marxistas” “Nosotros los revolucionarios” “Así como dice el Che, si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña…”  “Como dice nuestro Padre el libertador: Moral  y luces…”, han gastado los símbolos de la revolución y del socialismo de tanto calumniarlos y utilizarlos para sus maniobras politiqueras, los han descargado de sus contenidos semántico; al oído ya no significan nada –ni simbolizan nada-.

Si cada “cadena” y cada acto público oficial de este gobierno (en estos cuatro años) hubieran sumado un paso hacia adelante, ya le hubiésemos dado la vuelta al mundo; y si hubiesen significado progreso la gente ahora no comería basura frente a los restoranes y no hubieran protestas de ningún lado, y Maduro le hubiese estrechado su mano ¡hace rato! a Trump.

En fin, de la militancia y dirigentes del  PSUV solo pedimos dignidad, es todo.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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