La corbata, símbolo de machismo, poder y contrarrevolución

Algo de historia

La historia de la corbata empieza en Croacia hace al menos cien años. Según la tradición oral, las niñas y las mujeres, que a menudo acompañaban a los jóvenes y maridos a la guerra, les daban pañuelos, una especie de recuerdo de consuelo para las situaciones peligrosas.

La corbata, símbolo fálico

¿Por qué la corbata se mantiene, pese a todas las idas y venidas de las modas y revoluciones? Es muy sencillo. Como ornamento esencialmente masculino, la corbata ha quedado transformada, más allá de su inicial función militar y decorativa, para actuar como punto de transmisión de la capacidad interactiva entre los sexos, condensando toda la preocupación masculina, habitualmente reprimida, por agradar a través del aspecto.

No vamos a extendernos en obviedades sobre el paralelismo formal entre la corbata y el órgano sexual masculino. Simplemente notaremos algunas curiosas coincidencias entre los hábitos asociados a ella y los del uso del pene. Es interesante que durante mucho tiempo las corbatas terminaban de forma plana y no tenían punta como ahora. Hoy día casi todas las corbatas terminan en un corte angular. ¿Por qué? Parece ser que esto se debe a unos estudiantes ingleses que estaban en un colegio de élite. Cansados de la típica represión inglesa de la época se les ocurrió que ya que llevaban esta prenda como parte obligatoria del uniforme escolar. ¿Por qué no sacarle partido burlándose de ella? Así que observando su parecido con el sexo masculino se les ocurrió la broma pesada de recortar con unas tijeras todas las corbatas y hacerle una punta haciendo que el parecido con el pene fuera mayor. Lo lógico era esperar una tremenda reprimenda de las autoridades escolares pero les salió el tiro por la culata porque en vez de eso, los profesores creyeron que era "una idea interesante" y así lo dijeron. Ningún estudiante les corrigió de su error confesándoles el propósito inicial de tal corte. Lo que es más se hizo tremendamente popular. ¡Ironías del destino!

Cortando la corbata
Conviene ser observador para reparar en la forma en que la corbata asume y representa las funciones sexuales. Citemos algunos puntos de estudio de los seguidores del psicoanálisis y que Freud nos perdone al recurrir a sus ideas para explicar semejante tema tan poco significativo: Esta especie de ceremonia es muy parecida a la que se practica en muchas bodas en España y otros lugares del mundo, donde los invitados adquieren el derecho de cortar la corbata del novio ya sea ellos mismos o a través de otra persona que representa al grupo.

Resumamos: en un mundo que impone la ocultación pública de los atributos del sexo, aparece inmediatamente la necesidad de exhibirlos de una forma socialmente aceptable (¡de nuevo parece que está hablando el bueno de Freud!). Y aquí surge providencialmente la corbata, esa tira de paño cuya presencia excede con mucho la mera impresión visual para intercomunicar, de forma incluso más efectiva que el elemento original al que sustituye, ese natural afán de interacción sexual.

La costumbre de cortar la corbata esta relacionada con el machismo. La corbata es un símbolo fálico. Además de otras similaridades evidentes como forma y posición, su asociación con el falo es el único motivo por el que ha perdurado un elemento tan inútil como ese. Si se acepta esa premisa, no cuesta mucho ver el troceo de la corbata del novio como una castración simbólica del novio, que en el subconsciente de los otros varones de la comunidad les privara en lo sucesivo del acceso sexual a la hembra con la que se casa y de la que por tanto se apodera. De este modo neutralizan simbólicamente la boda (contrato de sexo en exclusiva), se vengan del macho que ha triunfado sobre ellos y lo castigan también.

Un Símbolo que eleva el "ego"

Es innegable que la corbata tiene un marcado carácter que no deja las revoluciones indiferentes. Desde su aparición como tal en el siglo XVII y su adopción por las clases civiles burguesas, el trapito quedó asignado como distintivo de una forma de entender la vida vinculado con la ostentación, la riqueza y el sentido elegante de la vida. Por ello no fue raro que la Revolución Francesa cargara contra ella intentando suprimirla.

El por qué los "poderosos" prefieren hacer uso de ella es bastante obvio, ya que lleva el mensaje implícito de estar muy por encima de los demás y por tanto el portador de la prenda es alguien a quién se debe respetar y hasta incluso obedecer.

Según el sociólogo Acer Diecs, en algunas ocasiones, pueden relevar un estatus económico. Esta circunstancia puede resultar peligrosa, porque en algunos ambientes puede considerarse como ostentatorio.

Los portadores de corbata siguen representando la élite económica, política y social, a uno y otro lado del Atlántico

Julio Padilla usa corbata solo en ocasiones especiales porque le da “status”. Agrega también que “en pocas palabras me siento una persona distinguida, me sube el ego”, agregó.

Razonando entonces que la corbata es un símbolo de poder sexual masculino, de poder sobre otros, de riqueza y ostentación…, no se entiende entonces cómo en nuestro país, en donde se impulsa la revolución hacia el socialismo, entendiendo éste como el modelo socioeconómico en donde no existe poderosos sobre oprimidos, no existe el modelo del “ser superior” sobre los súbditos, ¿por qué en empresas del estado venezolano, en donde se supone que estas empresas están para impulsar el socialismo, están obligando a sus empleados a usar corbata? ¿Tendremos entonces gerentes de PDVSA ostentosos, poderosos, mostrando su poder masculino y su “estatus” superior a los demás? ¿De qué socialismo estamos hablando, señores gerentes de PDVSA… con corbata?


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