En días próximos pasados y por esos avatares de la vida, me toco visitar algunas instituciones en la capital de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas, la Caracas de siempre. La Caracas cuna del Libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. La que dio el ejemplo a seguir, como dice nuestro himno nacional.
Es la misma Caracas que adoptó al comandante Chávez como uno de sus hijos predilectos, por su amor hacia esta ciudad y sobre todo por su amor y solidaridad con los pobres y sufridos que en ella hacen vida.
Caminar por caracas hoy, es encontrarse a cada esquina a cada paso, con los ojos de Chávez en las paredes de la ciudad, en las alturas de los edificios, pero principalmente en los rostros de los humildes. El alma de Chávez y Caracas se fusionaron para siempre.
Parafraseando al poeta, se puede decir, en todas partes estas tu Comandante. El pueblo de caracas siempre te tendrá en la mente y el corazón. Esperando la orden para defender tú idea.
En ese caminar me topé con una disertación de la compañera María León. Siempre con su verbo encendido y lleno de orientaciones revolucionarias. En esta ocasión con una hermosa propuesta constituyente, que ojala se ponga todo el empeño en hacer realidad.
La idea que logré recoger es, que la mujer que lo desee vuelva al hogar o la mujer que siempre ha estado en el hogar, tenga un justo reconocimiento por parte del estado o del sistema.
Proponía la compañera, que toda mujer jefa de hogar y encargada como se decía antes “de los oficios del hogar” reciba un sueldo mensual y todas las prerrogativas inherentes a cualquier trabajo remunerado. Incluyendo el aporte al seguro social, para que luego de cumplir la edad necesaria y las semanas acumuladas, tenga el derecho a su pensión.
Esa propuesta es de gran significación social, porque los niños tendrían la posibilidad de crecer bajo la mirada y el amor de su madre, que a mi parecer, es lo mejor que le puede ocurrir y lo mejor que la vida puede darle a cualquier ser humano.
Ahora que tenemos constituyente. Los compañeros constituyentitas, el gobierno del presidente Nicolás Maduro y el PSUV, tienen la sartén por el mango. Tienen la enorme y quizás la última oportunidad de reivindicar al pueblo con una mejor vida en su patria.
No creo que haya otra oportunidad, si el gobierno no entendiera el mensaje del pueblo de mantener las oportunidades sociales que ha conquistado y de radicalizar el socialismo bolivariano.
Es el momento de corregir los errores. No más personas quemadas, no más muertes de inocentes, no más traición a la patria, no más Guarimbas, no más falta de alimentos, no más especulación y asalto al sueldo del trabajador.
Venezuela para los trabajadores. Patria o muerte.
