El colmo de los colmos ha sido la actitud rastrera de ese parapeto llamada MUD. Es una actitud que sobrepasa los límites de la traición. La dirigencia de ese esperpento político ha callado ante las amenazas directas, sin puntos ni comas, del señor presidente de Estados Unidos, Donald Trup, en contra de nuestra patria. Nos ha amenazado de una posible intervención militar. Ante ese acto de agresión, vil y descarnado, los pueblos del mundo se han levantado para decirles ¡No! a las pretensiones de quien se crea amo del mundo. Todos, toditos, hasta México, Colombia y pare usted de contar han levantado su voz de protesta. Pero en lo interno, sólo Henry Falcón ha señalado su posición de descuerdo ante un hecho tan bochornoso como el protagonizado por el señor Trump. El resto de la MUD ha callado. Pregunto: ¿es esta clase política la que quiere ganar gobernaciones en Venezuela? ¿Son estos traidores quienes aspiran a aganar alcaldías? ¿Es esta gente la que desea gobernar a este país? Por favor, Dios nos ampare.
Pienso que la Asamblea Nacional Constituyente debería estudiar la posibilidad de invalidar a la MUD como partido, así como los demás partidos que la integran. Rómulo Betancourt por menos, en la década de los 60, sacó del juego político al PCV y al MIR y nadie chilló. En efecto, esta actitud rastrera, anti patria y traidora debe llamarnos la atención a todos los venezolanos y venezolanos. Gente como esta que dirige a la oposición no debe ser perdonada, ya que el grado de traición es de marca mayor. Por eso y por mucho más no podrán derrotar al chavismo ni con balas, ni con votos. Por eso en las próximas elecciones de gobernadores se llevarán la paliza más grande de sus vidas. El pueblo no está ciego. El pueblo no está sordo. El pueblo cobrará con creces la traición. Por eso, ¡NO VOLVERAN!
