Para el mes de octubre del presente año fueron adelantadas las elecciones para gobernadoras y gobernadores, que estaban programadas para el 10 de diciembre de 2017, aunque vencidas desde diciembre de 2016, la cual representa las elecciones número 22 en ésta particular dictadura chavista.
Hace menos de tres semanas se dieron las elecciones para escoger a las y los constituyentistas, a través del voto libre, secreto, directo y universal de 545 personas que se convirtieron en voceras y voceros del poder constituyente en la plenitenciaria y soberana asamblea nacional constituyente.
Hay un hecho concreto y en la interpretación de una realidad política: la oposición hizo hasta lo imposible para que no se diera La ANC y hubo más de 8 millones de voto que pudo haber sido muchímo más si los guarimberos y trancadores de calle y urbanizaciones no hubieran amenazado y moletado atanto a las personas que deseaban expresarse políticamente el 30 de julio pasado.
Pero la gran lectura que me llamó poderosammente la atención y que dió motivo al título de éste artículo de opinión, es como el poliedro de caracas tuvo un llenazo constante durante dos dias de personas que estaban molestísimas con los trancazos y guarimbas de los terroistas del este de la ciudad capital.
Hay una gran preocupación en las filas opositoras sobre la conveniencia o no de participar en las elecciones de octubre para gobernadoras y gobernadores, ya que no están tan seguros de ganar las 23 gobernaciones, ya hablan de ganar la maoría y otros hablan de ganar por lo menos la mitad de ellas.
Pareciese que los trancazos y las guarimbas están generando la posibilidad real y concreta de generar un voto protesta, por todos los desmanes del escualadismo en su calentamiento de calle.
