En Venezuela está ocurriendo un hecho muy curioso y terrible: la inmensa mayoría de las personas que son ex-funcionarios públicos y han sido investigados, aparecen seriamente comprometidos en delitos presuntamente vinculados a la corrupción administrativa.
Las lecturas que uno hace de éstos lamentables actos contra la moral pública y los recursos del Estado que son del pueblo, es que uno se pregunta ¿como es posible que personas que se consideran "revolucionarias" que entre sus caracterícas esenciales y deber ser, se encuentra la honestidad, hayan utilizados los cargos públicos para el aprovechamiento personal, el lucro indebido y en muchos casos hasta el abuso de poder?
El ejemplo más cercano y concreto, es el caso de la ex-fiscal general de la nación que junto a otras personas que tenían altos cargos en el ministerio público y un diputado que huyeron del país, luego de que algunas investigaciones realizadas sobre sus gestiones públicas, aparecen presuntamente involucradas en una red de extorsión...
La otra lectura que uno le hace a éstos desagradables episodios, es que uno se hace la siguiente reflexión: ¿por qué no se hace de manera permanente auditorías generales, a todas las personas que detentan cargos públicos y en especial a los que se conocen como "las altas autoridades de la República" y no esperar a que se vayan del cargo o porque saltan la talanquera es que son investigadas?
Considero que debe institucionalizarse la rendición de cuentas por parte del funcionarato público y crearse el hábito de que todo aquel o aquella que maneja recursos públicos, deben ser auditados periódicamente y ser sancionados severamente todos los casos por corrupción.