¡Échele bolas!, puede ser mi expresión motivadora para que proceda a convertirse en "Dictador" y así, como lo ha dicho usted, "garantizar los precios". Eso no significa que lo haría a la mala, porque el gobierno es el que debe hacer cumplir las leyes, y por eso no podría calificársele de "Dictador". De hecho, vienen llamándole así, desde hace mucho tiempo quienes desean la intervención para Venezuela, pero, ¿Qué es una raya más para un tigre? ¿Qué más podrían decir de usted, que no hayan dicho?
Pero, qué bueno sería, y su palabra vaya adelante, tener un "Dictador" que haga posible que el salario que recibe el trabajador le alcance para vivir modestamente, sin sobresaltos causados por la escasez generada por productores y vendedores que esconden la mercancía y que obliga a pagar más por el producto cuando se consigue. Ya basta que el trabajador siga siendo la victima de los aumentos de precios, mientras que los productores y comerciantes resultan los grandes beneficiarios.
Cuando usted ofrece esa posibilidad de convertirse en "Dictador", está en la misma onda de quienes desde el pueblo, desean tener el poder para hacer lo mismo. Es decir, no está solo. Ese es el clamor del pueblo que depende de un salario. Vamos presidente, conviértase en "Dictador". Cuanta alegría podría sentir un trabajador que puede comprar más productos, después de su accionar. ¡Échele bolas!, no se pare por lo que digan. Actuar con la ley en la mano, no lo hace, ni será un dictador, si la aplica en su justa dimensión.
No es posible que entre dólar today, los comerciantes asiáticos, los venezolanos y otros de distintas nacionalidades, se enriquezcan con el sudor del pueblo trabajador. Juegan con los salarios, tienen cazados los aumentos de sueldos; cazan la cesta ticket, cazan el pago de las pensiones, están pendientes de cuando se cancelan para comenzar a remarcar precios. Eso es increíble la forma en que lo hacen. Ya los sueldos, ni las pensiones, ni las cestas tickets les pertenece a sus dueños. Los comerciantes tienen "pillao" a los trabajadores. Ellos solo, traen más inflación.
Vamos presidente, conviértase en "Dictador" con ley en mano, porque es hora de que la psiquis del venezolano se deslastre del término inflación, que no es más que el resultado de una relación entre productores y comerciantes que se ponen de acuerdo para aumentar a cada rato los precios, sin razón o con razón, ignorando el poder sancionador que usted tiene con el cual puede impedir el aumento de los precios. La inflación se ha convertido en una excusa para que los especuladores voraces aumenten los precios de los productos.
Urge su actuación, y usted lo ha comprendido al afirmar que: "Si tengo que convertirme en dictador para garantizar los precios, lo haré". Esto es importante, dado que en los últimos años el esfuerzo de los trabajadores se ha perdido, y esto debe motivar para que su decisión como la canción "Tiene que ser la mejor"
Recuerde como lo refirió Pujol (1980) "Está probado que los esfuerzos que se hagan contra la inflación no podrán contar nunca con la cooperación REAL Y EFECTIVA de productores y comerciantes y que solo el gobierno utilizando el poder que el pueblo le confió, puede poner freno a la llamada "espiral de la pobreza" (pág. 14)
Esta referencia es pertinente, porque en la fijación de precios que se hace en estos momentos o se hará, no debe dejarse en manos, solo de sectores productivos y distributivos; es importante la participación del gobierno utilizando el poder que el pueblo le confirió, porque si no, no se habrá hecho nada.
Referencia
Pujol, HA (1980) La inflación y su repercusión en el nivel de vida de los trabajadores venezolanos. Revista CEV. Segunda época # 5. Colegio de economistas del Distrito Federal y estado Miranda