Eso es verdad, en Venezuela a los viejos no se les para

Por tener 77 años de edad cronológica, 17 años pensionado y bien vividos 33 de ellos en la ciudad de Mérida; donde hay el mayor porcentaje de Adultos Mayores del país, pienso tener la suficiente autoridad para tocar este tema que cada día me afecta al sufrir sus rigores. Para empezar los habitantes de esta ciudad se vanaglorian de ser parte de una Universidad, o sea que se creen y funcionan como formando parte de una ciudad estudiantil. Los Adultos Mayores, "pa’ después, si sobra le damos". Esa es más o menos la forma como se percibe a los "viejos "en Mérida.

De nada valieron los esfuerzos realizados por El Comandante Eterno, por dignificarnos y tratar de colocarnos en el lugar que merecemos. Nos decía que éramos "juventud con experiencia acumulada" y hasta nos dejó una Misión en Amor Mayor. De nada ha valido todo lo que aportamos con nuestras vidas para construir y tener el país que hoy tenemos y que era muy diferente al país que recibimos de nuestros padres.

"A viejos pa’ pendejos", "Mientras más viejo más pendejo", "’Esas son cosas de viejos", "Los viejitos están bravos", "Los abuelos son cascarrabias", "Ese viejo fastidioso"", "los viejos estorban", "viejo verde", "viejo baboso", "Te salvas porque eres un viejo" , "A los viejos no se les para", "Esas son cosas de viejos . "Abuelo, ya usted no está pá eso". "Hoy es el día de sacar al abuelo para cobrar la pensión". "Abuela ya le dije como es que va a votar". "No tengo tiempo abuela". Esta son algunas de las expresiones que diariamente oímos los Adultos Mayores en nuestra Venezuela Revolucionaria donde se construye El Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.

La gran mayoría de jóvenes de esta ciudad no están contentos ni agradecen el legado que le dejamos y optan entre destruirlo o irse del país buscando nuevas rutas y dejándonos solos a nuestra suerte, de la cual no sienten tener responsabilidades. Cuando a nosotros nos criaron, la pechuga era para el viejo y las patas y alas del pollo eran para los muchachos.

El objeto de este escrito es para denunciar las burlas y humillaciones que cada día vivimos y vamos a comenzar con las sufridas antes, durante y después de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente ( ANC) , efectuada el pasado 30 de Julio y a la cual dimos todo nuestro apoyo masivo volcándonos a las urnas electorales, en una de las jornadas más gloriosa que ha vivido la República Bolivariana de Venezuela.

Antes: Si partimos que éramos 19 millones de Electores y que más de 3 millones de ellos, éramos Pensionados y Pensionadas, entonces deberíamos haber elegido por ese sector poblacional un total de 86 Constituyentes y no 28, como fue la asignación que nos dio el CNE. Si representábamos el 15.8 del padrón electoral y había que elegir un total de 545 constituyentistas, entonces fuimos esquilmados y por eso ellos nos tratan como "viejos bobos" que se dejaron engatusar.

Durante: Para hacernos participar nos dijeron que, en el Sector de los Pensionados y Pensionadas estábamos incluidos todos los Adultos Mayores y que la ANC iba a incluir a los que faltaran por pensión pues, legislarían que al cumplir la edad requerida automáticamente pasarían a ser pensionados y pensionadas. Nos hicieron soñar que nunca más haríamos colas para comprar pan, medicinas o cobrar la pensión mensual.

Después: Todo fue "cantos de sirena", ahora nos sentimos más discriminados y burlados: unos por vengarse de nosotros por haber participado masivamente y apoyar la ANC y los otros por hacer de tontos al haberles creído el cuento. Los del sector bancario nos tratan peor que los mendigos y nuestra pensión es para ellos una limosna que nos dan en partes y cuando les sale del forro. Los farmacéuticos gozan una y parte de otra, cuando nos dicen "no hay" ante la solicitud de las medicinas que para nosotros son vitales. Nuestra calidad de vida ha descendido tanto que no es extraño encontrar pensionados hurgando en los botes de basura.

Lo que nos hace sentir incómodos y arrechos es que, por parte de los Constituyentistas Pensionados electos, no salgan voces que nos defiendan, que reclamen nuestros derechos o que al menos hagan propuestas a tomar para parar las embestidas de este capitalismo inhumano que nos está matando de hambre. Estoy comenzando a pensar que debería dar gracias a Dios por no haber salido electo a la ANC, pues mi corazón no habría resistido percibir y no poder hacer nada ante tanta ignominia junta.

 



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Juan Veroes


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