El resultado electoral es un mensaje bien claro al gobierno: ¡rectifiquen!

No hay que ser un especialista para darse cuenta cuál fue el anhelo oculto del chavismo cuando fue a votar este 15 de octubre, ¡Rectifique presidente! Esto se traduce, en un lenguaje llano, en esto: controle los precios u obligue a que los comerciantes los impriman en los empaques y los publiquen; ponga preso a los acaparadores; haga circular más billetes de los nuevos; obligue a los bancos a entregar nuestro efectivo y haga que los cajeros automáticos expidan más efectivo; controle el costo de las medicina y haga que aparezcan para comprarlas libremente; aumente los sueldos; recojan la basura; recojan a los niños de la calle; saquen a los mendigos del metro; ponga también preso a Mendoza; más seguridad en las calles… Se trata del sentido común que se expresa en cualquier conversación entre chavistas pobres (chavista candidato o director de ministerio cuenta con "otro" sentido común, y el alto gobierno con "otro" distinto a los anteriores).

Pero este sentimiento común dentro de la población humilde puede ser el detonante social en un país que se entrega a las demandas del capitalismo internacional y nacional. Venezuela contrajo una deuda enorme en solo cuatro años, buena parte de ella ilegítima, producto de imaginación delictiva de los ricos e inversionistas. En medio de una situación económica precaria que los "especialistas" del gobierno no pueden resolver y controlar desde sus teorías fantasiosas del mercado, no obstante está decidido a "honrar sus compromisos" de deudas: le es más urgente el crédito y sus planes de "desarrollo de las fuerzas productivas CAPITALISTA" que el destino inmediato de una población pasando hambre, angustia, trabajo extra al que le exige sus miserables empleos. Es el mismo cuadro, social y económico, que sirvió de fondo al 27 de febrero de 1989. Tampoco hay que ser especialista para darse cuenta de esto.

Lo ridículo de esta situación por la que ahora estamos pasando es, que la está "organizando", como quien reproduce una partida de ajedrez, el "gobierno heredero" de Chávez, quien emergió a la escena política justo por una razón similar a la que ahora se fecunda en nuestra sociedad; a saber, el estallido social del 27 de febrero de 1989. Lo ridículo es que sean los "hijos de Chávez" quienes originan, sin consciencia o con ella, las circunstancias sociales y económicas que van a llevar a la población reaccionar con violencia y desesperación en contra de los autos mercados, las farmacias, las tiendas, los bancos, etc. No hay manera de ocultar esta verdad.

Quizás el gobierno precavido esté pensando en planes de contingencia, en reprimir desde hoy lo que puede pasar mañana, en un régimen de control y terror hacia todo aquel que atente en contra de la propiedad privada. Pero, igual, nadie puede medir la fuerza que genera la masa desatada y desesperada; por eso la llaman "explosión social", porque la reacción es casi inesperada y muy violenta.

"Rectifiquen" significa que la vida coja un cause más normal; ahora el chavismo, y el pueblo en general, no piden mucho: precios justos, sueldos justos, alimentos, medicinas, servicios públicos, tranquilidad en las calles, efectivo, en fin, todo aquello que un personaje de telenovelas, un emigrado de Mayami, un embustero que vive en Nueva York dice que lo tiene, sin mayor trabajo. O todo aquello que pudimos conquistar cuando Chávez no había muerto aun, no lo habían asesinado todavía.

¿Qué significa esto último? Que en tiempos de Chávez el comandante mantuvo viva la esperanza del cambio hasta que murió, y que ahora no la hay. Que sin ser el sueño mayamero, había la voluntad de llevar las cosas a favor del más necesitado igualando las condiciones de vida de toda la sociedad y no acentuando las diferencias, había esperanza. El mismo presidente Maduro parece saberlo cuando dice que el triunfo y la derrota son dos farsantes o algo así. Esto no quiere decir que vaya a rectificar, ya antes ha "amagado" de esta forma, ha anunciado el inicio de algo que nunca se da.

La "rectificación" no puede ser seguir con los planes fantásticos de trabajar dentro de la lógica del capitalismo, resolviendo el diario con cajas de comidas, con discursos y cadenas expectantes de nada serio, o de nada, mientras se continúa consolidando acuerdos con la empresa privada, con la derecha política, con Los Estados Unidos, y se sigue tercamente con los planes de "desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas" en la Faja del Orinoco, en el Arco Minero y en la ZEE (Zonas Económicas Especiales). El tiempo no les da, ni les dará. El libre mercado, el capitalismo JAMÁS ha tenido tiempo de equilibrar las tensiones sociales, "la mano invisible" jamás ha aparecido en ninguna parte, en el tiempo y en el espacio, sin embargo es esa la única promesa que nos hace el presidente y su maravilloso equipo de gobierno.

La rectificación que pide el chavismo humilde se traduce en volver a Chávez, en retomar el camino del Plan de la Patria, volver a moralizar al pueblo luchando con él por razones más elevadas, humanas, vitales, amorosas; independizarnos del yugo del capitalista, de los propietarios del mercado y de los mercados, de los especuladores, de los banqueros, del egoísmo, de la indiferencia. Rectificar es hacer mucho más que una promesa vana de pacificar el país junto al enemigo, invocando una independencia abstracta y ridícula de hacernos una Venezuela Potencia capitalista, mientras los desposeídos seguimos siendo los desposeídos, los explotados explotados: ¡En eso ya nadie cree!, ni siquiera el venezolano común de ahora, desencantado y que anda de su cuenta buscando cómo resolver el día; pero el gobierno se hace el loco y continúa terco con sus planes restauradores. El precio de esto va ser muy elevado. Es mejor escuchar y estar atentos a las voces del pueblo pobre y descontento. Es mejor comenzar de nuevo a distinguir cuál es el verdadero enemigo del pueblo humilde y no intentar confundirlo, como ahora, palabras vacías, porque lo vamos a pagar muy caro.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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