La mañana del sábado 29 de octubre de 1988, hace 29 años, un grupo de 13 pescadores sale de la población de El Amparo, frontera con Colombia, en el municipio Páez del estado Apure, a pescar coporos en el caño Las Coloradas a orillas del río Arauca. En el camino visitan el fundo de José Mariano Torrealba, donde éste, su hijo José Gregorio y el señor Justo Mercado se les unen para la faena. Antes de partir José Mariano manda preparar un sancocho para su regreso del caño. Los ahora 16 pescadores salen en lancha en busca del pescado. Del viaje sólo quedan dos sobrevivieron, el resto de los hombres nunca regresó. El domingo 30 de octubre los periódicos destacaban que 16 guerrilleros de la organización colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) fueron abatidos en en la zona de El Amparo, específicamente en el caño Las Coloradas. Las informaciones de la Operación la ofrece el general Humberto Camejo Arias, comandante de la segunda división de infantería, desde la zona del suceso. En la Operación Anguila III se dice se incautó a los irregulares material bélico, planos de una empresa petrolera en la zona y una lista con cinco nombres de personas que iban a ser secuestradas por el grupo irregular. Horas después aparece Wolmer Pinilla, un sobreviviente de la masacre y cuenta que "Nosotros íbamos llegando a una parte determinada del caño, no se había bajado nadie de la lancha, cuando sonaron los disparos y entonces alguien dice ‘¿qué es eso?’, ‘uy chamo, plomo’...", y narra Pinilla que José Augusto Arias fue el primero que se zambulló en el río y al verlo se lanzó junto a él para emprender la huida a nado. Posteriormente caminaron en condiciones extremas a través del monte, y logran llegar al fundo Mata Larga desde donde enviaron un mensaje a El Amparo en busca de ayuda. Allí son rescatados y trasladados a las tres de la tarde del domingo, quedando en custodia en la sede policial frente a la cual la noche del domingo se sucedieron actitudes violentas cuando miembros de la Disip así como de la Guardia Nacional trataron de penetrar para llevárselos detenidos, pero el pueblo lo impide.
Un día antes, el viernes 28 de octubre, un señor Hipólito, se acerca a la casa de la madre de uno de los pescadores para que le sacara varios pescados que había encargado para llevarlos a San Cristóbal. Hipólito era el alias utilizado por un inspector de la entonces Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), cuyo nombre verdadero era Celso Rincón Fuentes y que siempre le compraba todo el pescado que sacaban. Con ese dato se monta la Operación Anguila III organizada por el Comando Específico General en Jefe José Antonio Páez, también conocido como Cejap. Este comando dependía directamente del entonces Presidente de la República Jaime Lusinchi y era comandado por el comisario Henry López Sisco. En Gaceta Oficial número 33.838, publicada el 4 de noviembre de 1987, se detalla que el comando estaba integrado por efectivos y funcionarios de las Fuerzas Armadas, la Dirección General Sectorial de Inteligencia Militar (DIM), Disip, Dirección General Sectorial de Identificación y Extranjería (Diex), y Policía Técnica Judicial (PTJ). El Cejap surge de un diagnóstico hecho por la Unidad de Programación Especial para el Desarrollo del Suroeste de Venezuela (Upesuroeste), adscrito al Ministerio de la Secretaría de la Presidencia, donde se establece crear un "Plan operativo" para impulsar el desarrollo en el Distrito Páez del estado Apure.
Los vecinos de El Amparo informan que no eran guerrilleros, sino pescadores de la zona y hay dos sobrevivientes que se han refugiado en la comandancia de la policía y el pueblo los protege, esa fue la información que recibe el entonces diputado al Congreso de la República por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Walter Márquez, quien enseguida les ofreció protección. Los lugareños lo reciben entre llantos para confirmar lo que ya se sabía por informaciones provenientes de la morgue de San Cristóbal, estado Táchira. El día lunes 31 en el pueblo los comercios no abrieron, tampoco hubo actividad en las escuelas, se entonó el Himno Nacional en varias oportunidades y el pabellón se izó a media asta. Todo el pueblo estaba de duelo. En la tarde los cadáveres fueron sepultados en fosa común en el cementerio. Arias y Pinilla fueron trasladados a San Cristóbal en compañía de los fiscales 1ro. y 4to. del Ministerio Público, el diputado Walter Márquez, una comisión de la Policía Técnica Judicial y dos miembros del Comité Pro Defensa de los Derechos Humanos. De ahí en adelante no hubo cambio de suertes, quedaron a merced del sistema de justicia de aquella época. Las víctimas de la masacre fueron
José Indalecio Guerrero, de 51 años, Julio Pastor Ceballos, 43, Rigo José Araujo (36), Carlos Antonio Eregua (19), Arin Obadías Maldonado (44), Moisés Antonio Blanco (24), Luis Alfredo Berríos (42), Emeterio Marino Vivas (34), Rafael Magín Moreno (45), Pedro Indalecio Mosqueda (32), José Gregorio Torrealba (22) José Mariano Torrealba (50), José Ramón Puerta García (30) y Justo Arsenio Mercado (39).
Es de tener muy en cuenta que el 30 de octubre de 1988, en forma clandestina, el adeco terrorista Henry Ramos Allup se encontraba en el pueblo de El Amparo, se reúne con los integrantes del partido A. D. y deja sus instrucciones.