Cuando mi esposa me preguntó: "¿Y qué pasaría con el doctor Isaías Rodríguez? No lo veo a otro en su lugar, en la directiva de la ANC". No supe que contestar. "Estará enfermo", respondí. Más tarde, horas después de que la Asamblea diera a conocer el decreto sobre el gobernador electo del Zulia, fui oyendo cosas. Entre esas cosas oí él toma un dame entre el periodista Frasso y el diputado Pedro Carreño en el programa "Encendido". Frasso argumentaba que la gente anda chillando por la situación económica y que estaba en espera de las actuaciones de la Asamblea. Que habría frustración en la población. Y fue en una de esas que Pedro Carreño, en respuesta, dijo: "Se lo digo al pueblo venezolano y se lo digo a los constituyentes, como el vicepresidente Isaías Rodríguez, que lo he escuchado con eso. ¡Mosca con eso! Si lo hacen de manera deliberada, eso es traición a la patria. Y si lo hacen creyendo en la buena fe, son unos tontos útiles porque esas acciones son las que ayudan a los planes de la derecha reaccionaria…".
Hay veces pienso que ese afán de protagonismo de algunos políticos lo llevan a meter la "pata". A decir cosas apuradas e indebidas en contra de cualquiera persona, a quien se le puede hacer un gran daño moral y a su reputación. Es el caso del diputado Carreño, quien sin medir sus palabras dijo lo que cayó mal en mucha gente que oyó el referido programa "Encendido", conducido por Frasso. ¡Mosca con eso! Señor diputado. Se le hace un flaco servicio a la revolución con actitud como la suya respecto al doctor Isaías Rodríguez. Un hombre archiconocido por su actitud valiente en defensa de Hugo Chávez cuando lo acusaban de haber firmado su renuncia durante el golpe de Estado del 2002. Fue él quien cantó al mundo "¡Chávez no ha renunciado…!". Con esa frase se hizo famoso, quien para aquel entonces era el Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela. Con su valentía había contribuido a desmentir a los golpistas. Lo demás es parte de la historia.
¡Mosca con eso! Son actitudes cónsonas con una dictadura. Donde nadie puede osar disentir de nada porque esa acusado de traidor. No puede ser que por hablar sobre la esperanza frustrada del pueblo se catalogue a uno de traidor, y que le está haciendo el juego a la derecha. El difunto Comandante Eterno era sabio en eso. Era partidario de la crítica. A él le gustaba que lo criticaran y llamaba al pueblo a que lo hiciera, pues, él no se consideraba perfecto. Ahora mismo debe estarse removiendo en su tumba al saber lo que ha sucedido con Isaías Rodríguez. En su carta dirigida a la Presidenta de la ANC, en su despedida como constituyente, dijo: "Creo en el legado de Hugo Chávez, creo en la recta conducción de la ANC por nuestra digna Presidenta, creo en el pueblo venezolano, en su nobleza y en su compromiso, y creo firmemente en ustedes. Sabrán dar respuestas a las inquietudes del país, a sus angustias y a sus aspiraciones legítimas por tanto tiempo postergadas. Estoy seguro que tendrán éxito en el cumplimiento de las tareas y las responsabilidades que la historia actual de patria les ha confiado".
¡Mosca con eso!, señores diputados, constituyentes y dirigentes políticos de la revolución. No se puede irse de boca en cualquier momento. Y por la más mínima cosa. Menos ante un micrófono o una cámara de televisión. Chávez decía que había que ser tolerante. Que había que respetar las opiniones de los demás, y, sobre todo que había que ser buen revolucionario. Y ser buen revolucionario, apuntaba él, era saber oír a los demás. Respetar sus puntos de vista, y dejar el sectarismo al lado. En efecto, no creamos que somos superiores a los otros. Que somos "los manda más" y los únicos. No juguemos a la exclusión, todo lo contrario. Todo el mundo es necesario en un proceso revolucionario como el nuestro. ¡Mosca con eso, Pedro Carreño!
Puerto Ordaz, 28 de octubre de 2017.