En un banco
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Este es el único país del mundo donde la gente tiene que hacer cola para cobrar la pensión.
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Ahora la carne va a desaparecer y los carniceros se van a quedar sin trabajo.
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Pero tenemos Patria
En un centro comercial
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Claro que cerramos, esta gentuza por aquí es muy sospechosa.
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Lo que nos faltaba. Un gobierno comunista no debería tener bancos en un centro comercial como este.
Golpeadillos por la crisis y sin perspectiva de salir de la "dictadura castro comunista", los huele frito eternos perseguidores de un inalcanzable ascenso social, responsabilizan a Nicolás Maduro de todos los males que los afectan.
Sin ver ni entender nada y amargados por tener que compartir problemas con "esa gente" y de encontrarlos en espacios que consideran suyos, disparan insulto tras insulto para tratar de dejar en claro su superioridad. No vaya a ser que alguien los confunda con la chusma que tiene Carnet de la Patria, participa en actividades chavistas, va a los supermercados a buscar productos regulados e invade centros comerciales exclusivos para cancelar la caja CLAP.
Nada sorprendente, pues ello no es más que una manifestación de la común y lamentable actitud de individuos alienados en y por el sistema capitalista. De trabajadores y personas del común sin conciencia de clase que, sintiéndose cuesta abajo en su rodada, parafraseando a Gardel, tratan de diferenciarse a como dé lugar de quienes se parecen mucho más a ellos de lo que están dispuestos a reconocer.
Trabajadores y personas que representan un gran reto para el proceso: acompañar la transformación de las relaciones de propiedad con una profunda transformación cultural. Única manera de liberarlos y liberarnos de la visión interesada y distorsionada de la realidad inherente a 500 años de dominación, agudizada desde mediados del siglo pasado por una inmersión intensiva en el modo de pensar y vivir estadounidense.
Dijo nuestro comandante Chávez el 2009 en su mensual anual ante la Asamblea Nacional: "…La batalla es muy dura porque es contra la costumbre, contra un veneno, contra un metabolismo de control social y mental terrible porque se reproduce como el cáncer, por todos lados, hasta por los más pequeños espacios. Es una batalla cultural profunda y hay que darla desde la realidad transformadora…"
Aceleremos entonces nuestros pasos hacía una revolución integral, incluida una revolución cultural, para evitar sentirnos también o, peor aún, precipitarnos cuesta abajo en la rodada…