El sapo es un animal feo. Repugnante y de ojos saltones. Es perezoso para su caminar y cuando lo apuran salta y algunas veces se ensarta. Es torpe y se estrella su cabeza contra un muro tratando de pasar al otro lado. Por eso alguien en México se le ocurrió hacer un corrido sobre este animal. Su primera estrofa dice más o menos:
"Ahora les voy a contar
Como es que el sapo se mata
Él solito sin querer
Un día salta y se ensarta
Nunca deja de saltar
Pasa la vida saltando
Salta que salta y que salta
Y solo acaba ensartado".
La dirigencia de lo que un día llamaron MUD es parecida al sapo. Desde que el presidente Nicolás Maduro asumió la presidencia se dedicó al saltar. Pues creyó que con saltar iban a tumbar al hijo político de Hugo Chávez. Un club de sapos, encabezados por Henry Ramos Allup, Enrique Capriles y Freddy Guevara, entre otros ilustres, se dio a la tarea de enfrentar la estaca (ojo, mucho ojo, con la interpretación) de Maduro. Veamos la evolución de una muerte anunciada. En el 2015 la MUD tuvo una gran victoria. Fue reconocida de inmediato por el presidente. Ganaron, mayoritariamente, la Asamblea Nacional. Pero se volvieron locos. Ramos Allup, a través de una jugarreta al estilo de la IV, asumió la presidencia de la AN. Y, desde allí, se desató la locura. Le buscaron mil vueltas para tumbar a Maduro, y al final quedaron ensartados. Maduro y su gobierno sobrevivió. Con el correr de los meses, visto la imposibilidad de doblegar al hijo de Chávez, decidieron irse a las guarimbas. O sea, a sembrar la destrucción y a la muerte, en todo el país, en sus más horrendas modalidades.
El país fue sometido a la más cruenta e injustificable de las acciones violentas. Fueron cuatro meses de muerte y de terror. Pero Maduro sacó una estaca que tenía guardada. Convocó a una Asamblea Nacional Constituyente. Y fue así como el 30 de julio se realizó la elección de los constituyentes. El día siguiente todo el país amaneció en sana paz. Más tarde la ANC convocó a las elecciones de gobernadores. Y ¡zas! Otro estacazo. Y otra ensartada. Quedaron claros y sin vistas. Y como siempre cantaron fraude. Y, en consecuencia surgieron los conflictos internos en la MUD. Pero Ramos Alllup, como primer chicharrón, afirmó que su partido participaría en todas las elecciones por venir. Otros lo siguieron como corderitos, hasta que la ANC convocó a las elecciones municipales y la dirigencia de la derecha se volvió más loca que antes. El siguiente día del anuncio de la fecha de las elecciones para alcaldes, comenzó la declaradora en contra de participar. Es decir, negándole a su gente el derecho a votar y a elegir. Surgió, la desbandada. Cada quien buscó la manera de participar.
Pero el club de sapos no se cansa de meter las patas, y darse golpes contra la pared. Luego de la "negativa" a participar en las elecciones municipales disque porque no hay condiciones, inmediatamente afirman que se preparan para las presidenciales. ¿Quién los entiende? Participaran en las presidenciales con el mismo CNE, con las mismas máquinas de vota, con el mismo red y con las mismas condiciones, bajo la observancia nacional e internacional. Y será la misma Tibisay Lucena quien salga a esos de las 11 de la noche a proclamar al ganador. Y anótenlo en papel blanco: el ganador será el candidato chavista. Será pues, la madre de las ensartadas. ¡Se cansa uno!