Vencer o morir

Nuestro país está en peligro. Nuestra revolución está en peligro. El legado de Chávez corre grave peligro. Esto no es paja, señores. Estas afirmaciones están sustentadas y alimentadas en la realidad. Ahora mismo, en estos instantes en que escribo, la derecha internacional ha arreciado sus ataques contra nuestro amado país. Es lo que está haciendo la ONU, desde un bastión que le oye a los anti patrias venezolanos. Es lo que hacen los funcionarios del gobierno de Donald Trump, a cada instante. En las últimas horas han reiterado que "Venezuela es una amenaza para la región". Son los soplos anti venezolanos del hijo de p… de Almagro, desde la OEA. Son los gritos de los 12 de Lima. Es la comparsa mediática de la derecha del mundo. Es una Europa postrada a los pies de Trump. Son las amenazas desde los centros financieros internacionales. Y en lo interno ni se diga. La guerra económica en desaforado ataque a nuestra economía. Los salarios se vuelven agua, mientras que los precios se elevan cada minuto. Y allí está, la mano peluda de la agonizante MUD. Firme con el imperio está la dirigencia traidora.

Saben una cosa, nos están haciendo chillar. Tal como lo hicieron en Chile. Pero saben otra cosa: aquí, en la patria de Bolívar y de Chávez, no nos rendiremos. El que se siente chavista desde las vísceras no se arrodillará ante ningún invasor. Ahora es el momento de demostrar que somos chavistas. Que queremos a Chávez y que moriremos por defender su legado. Defenderemos a nuestro petróleo, como lo haremos con nuestra inmensa riqueza en minerales y la abundante agua que poseemos. Mujeres y hombres de todas las edades, así como los jóvenes, estaremos en primera línea, como nos lo enseño Chávez, defendiendo lo que es nuestro, de nuestros hijos y nietos.

Los líderes y dirigentes de la revolución tienen que estar a la altura de las circunstancias. Urge un contrataque a fondo. Los empresarios, en su mayoría no aflojan, ni los comerciantes tampoco. La banca piso el acelerador. No le para a nadie. ¿SUDEBAN? Bien gracias. Allí están las inmensas colas de los pensionados. Parecen las colas de un país en completa hambruna. ¿Qué queda por hacer? ¿Cuántas veces el presidente Maduro ha llamado a dialogar y a llegar a acuerdos a los empresarios? ¿Cuántas veces ha llamado a la paz y al diálogo a la derecha entronizada en la MUD? Está cansado, pero aún persiste. ¿Qué hacer, entonces? ¿Nos rendimos? ¿Entregamos el país a los traidores? Sólo un contrataque a fondo, que desemboque en una verdadera revolución, puede neutralizar este peligro que se cierne sobre nuestra Venezuela. Un contrataque revolucionario. Sin contemplación, en completo alineamiento con el ataque que estamos recibiendo desde afuera y desde adentro. Cero contemplaciones. Cero titubeo. O defendemos como chavistas que somos esta patria, o nos las roban. No hay otra opción: "vencer o morir".



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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