¿Quién osa negar que estamos enfrentado una guerra confabulada desde los centros de poder de Europa y Estados Unidos? ¿Quién se atreve a sostener que es mentira los ataques del imperio gringo contra Nicolás Maduro y contra el legado de Chávez, a través de hacer chillar nuestra economía? Alguien puede creer que Lorenzo Mendoza no tiene sus manos metidas hasta los "tequeteques" en esta conspiración? ¿Qué decir de los oligopolios y monopolios?¿Quién puede desmentir que un bastión de la derecha venezolana está alineado con ese imperio y con los gobiernos lacayos como el de Colombia, Brasil, Perú, Argentina, entre otros? ¿Quién puede negar que la banca privada es el mayor centro de conspiración del país? ¿Quién es capaz de desmentir, con pruebas fehacientes, que estamos bajo un feroz ataque contra nuestra moneda y nuestro sistema financiero? ¿Quién puede negar que los elevados precios forman parte de la guerra económica? ¿Quién niega la complicidad de Fedecamaras en el complot contra nuestro proceso revolucionario ¿Y los comerciantes? ¿Y los bachaqueros? Nadie, absolutamente nadie, en su sano juicio puede negar que quieren destruir el proceso revolucionario y apoderarse de nuestras riquezas. Pero lo peor de todo es que quieren destruir el Estado-nación para ellos apoderarse de todo.
Ahora bien, pregunto: ¿Cómo hacer frente a este demoledor ataque desde afuera y desde adentro? Elemental, mi querido Watson: con un contrataque revestido con esa fuerza y conciencia del chavismo. Así de simple, con un contrataque a profundidad. Un contrataque sin parangón en la historia política nacional. Aquí no puede haber contemplación con los enemigos traidores y vende patrias. El Estado tiene que responderle al pueblo. Y una manera de responderle es protegiéndolo con todos los hierros. El Estado cuenta con suficientes herramientas plasmadas en la Constitución. Veamos, como ejemplo, el Capítulo VII. De los derechos económicos. Leemos en el Artículo 113: "No se permitirán monopolios. Se declaran contrarios a los principios fundamentales de esta Constitución cualesquier acto, actividad, conducta o acuerdo de los y las particulares que tengan por objeto el establecimiento de un monopolio…". En el Artículo 14, leemos: El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley".
El Estado posee herramientas claras y precisas, consagradas en nuestra Carta Magna, para actuar con firmeza contra quienes se alzan contra el mismo Estado, con un objetivo muy claro y preciso: destruirlo, utilizando diversas formas de ataque, sobresaliendo entre otras muchas, la guerra económica, con su criminal punta de lanza llamada el Dólar Criminal. Por eso el pueblo pide al Estado que lo proteja. Que actúe para parar a los malhechores, delincuentes y malparidos que oprimen al pueblo, con miras a que este se levante en contra del gobierno. Un Estado fuerte, junto a un pueblo arrecho y pleno de conciencia no será presa fácil para el enemigo, pero hay que contratacar ahora. Duro, sin tregua, sin pensar en el que dirán. O el Estado venezolano se muestra con músculos fuertes, y actúa aquí y ahora, o el vendaval se lo lleva, y sepultarán al legado de Hugo Chávez y a la esperanza de un pueblo por lograr su segunda independencia… No hay vuelta atrás: o actuamos o nos cogerán con los pantalones en las manos. El Estado no puede dejar que caigamos en manos de la voracidad de un enemigo que no da tregua, pero que no podrá contra un Estado fuerte y vigoroso, junto a un pueblo que no brama por defender con dignidad el futuro de este país: Venezuela. ¡Ni un paso atrás! ¡Contrataque ya!
Agregado:
Para un contundente contrataque se requiere un Fiscal, duro, de acción rápida, como Tarek William Saab, que se ocupe de los vericuetos del sector económico. Tarek debería nombrar a 4 fiscales con competencia nacional para que actúen como él: rápidos y furiosos. Sólo así se le bajará el copete a los precios y se meterían en cintura a los especuladores. Fíjese el lector que a los precios anunciados por Sundde los mandaron para el carajo. No hay modo de que respeten. Se burlan del gobierno y sus medidas.