Toby Valderrama, usando un viejo esquema, ante la actual situación venezolana por demás compleja, pareciera dividir a los chavistas – uso la expresión para simplificar las cosas – entre mencheviques y bolcheviques. Supone estas dos fracciones enfrentadas, no sé si dentro del gobierno o también más allá del universo de revolucionarios y partidarios del cambio – uso esta expresión de manera muy convencional y calculada – que están fuera y hasta hacen oposición en distintos grados. Pareciera ser, es una conclusión sencilla, que está entre los bolcheviques, pese que tal adjetivación nada tiene que ver con la realidad venezolana; menos eso que envuelve al propio Toby.
Por su historial, Valderrama puede ser calificado sin duda un hombre siempre vinculado a las luchas de la izquierda. Estuvo en el PCV y muy joven, cuando este partido optó por la "pacificación", él continuó vinculado a la lucha armada. Por su lenguaje y opiniones que, con todo el respeto me merece, parecieran ser muy dogmáticas y atadas a una interpretación por demás ortodoxa, al momento de juzgar pareciera subestimar el poder del sistema capitalista mundial de hoy. Y no cuando digo esto, creo desconozca el asunto a cabalidad, pero al tratar de formular acciones, tareas para el cambio, abordar la complejidad que exhibe la realidad, lo hace con los viejos esquemas. Le percibo como aquel viejo guerrillero que en la puerta de la escuela de Economía solía decir que para alcanzar el estadio socialista no había otra cosa que hacer sino echarle bolas al asunto. O el otro, a quien con frecuencia recuerdo, creía ver en los años sesenta venezolanos el mismo cuadro que John Reed pintó en "Los diez días que conmovieron al mundo". Ambos parecían en la forma aquel caballero andante de "la Mancha", sólo que Cervantes ironizaba con talento y finura.
Quizás quien esto escribe sea un menchevique, cosa que en absoluto me mortifica; no me ha importado nunca así se me califique, pues "qué es una raya más para un tigre". Además creo que eso no sirve para nada. Era una acostumbrada manera de adjetivar, como diría Gardel, "la muchachada". Por cierto, muchos de quienes así me han juzgado, pasaron la raya y están en el otro bando; no sé si son verdaderos mencheviques o simplemente en la derecha y hasta por lo menos coinciden con el imperialismo. Porque tampoco me agradaría me juzgasen como bolchevique, pues aparte de no serlo y menos quererlo, no creo que ese simplismo sirva para juzgar o interpretar lo que ahora sucede en Venezuela. En veces esa terminología sólo sirve para parapetarse y ocultar ciertos pecados o son sólo vainas del "inexorable tiempo".
Nosotros, aunque creemos no hace falta, debemos advertir que hemos venido siendo muy críticos del gobierno. Incluso, antes que Toby lo hiciera, destacamos como José Vicente, Luis Britto García y otros compatriotas con "menos prosapia", pero suficiente dignidad y autoridad moral como Juan Veroes y Teófilo Santaella, cansados de ver como los hechos, abusos, actos de corrupción han desbordado la autoridad del gobierno y este aparece como embelesado sólo viendo cuanto sucede. Nos hemos cansado de denunciar las desviaciones de distinta naturaleza en las que el gobierno incurre y su sobrada incompetencia, no para alcanzar el cielo, porque pese Toby lo vea como al alcance de la mano, como quien mira con un telescopio de muy alta potencia, todavía queda lejos y son muchas las barreras de por medio, sino para impedir que empresarios agiotistas, corruptos, enchufados y el capital internacional destruyan la fe y hasta la vida de los venezolanos.
Por lo anterior, no entendemos como el bolchevique Valderrama, crea ver en Luisa Ortega Díaz un personaje como para calificarle "fiscal de la dignidad". Así como no tengo compromisos con el gobierno, es decir, no formo parte de su corte de leales y menos de "mujiquitas", con todo lo que esto envuelve en la visión gallegiana, tampoco me dejo llevar por los odios y menos por la envidia, pues si algo he perdido es sólo mi capacidad adquisitiva, lo que no acaparo, siendo sólo un maestro jubilado. Por eso, me parece incomprensible que Valderrama califique de esa manera a alguien, que al margen de lo que pudo haber hecho o deliberadamente dejó de hacer en el cargo de Fiscal durante años, lo que no me consta, por lo que tampoco me hago portavoz, anda haciendo lobby por Europa y hasta Estados Unidos, con el solo objetivo de dañar al gobierno en una estrategia que pudiera implicar grandes daños y hasta actos y gestos indignos contra los venezolanos todos. No es nada difícil y porque no está oculto, entender que lo señora Ortega Díaz, hace antesala ante organismos y gobiernos internacionales que antes estuvieron contra Chávez e intentaron destruirlo, porque priva en ellos el interés de maniatar el país. Es asombroso como Toby no entiende eso, tanto que da ese tratamiento a la ex fiscal.
Tampoco entiendo, me gustaría que Toby lo explicase, no por mí, quien en fin de cuentas nada valgo ni le intereso a nadie, menos por pensadores densos, sino por el pueblo y toda la gente sencilla que le lee, por qué le incomoda tanto la limpieza que se está haciendo en PDVSA. No creo, como él ha dicho, que la gestión de Tarek W. Saab, personaje de quien tengo un muy mal recuerdo de cuando fue gobernador de Anzoátegui y, por intermedio o contribución de este, el gobierno está destruyendo a la importante empresa petrolera porque investiga a personajes de quienes todo el mundo habla. Hay otras razones que vienen desde lejos, como el cambio en la estrategia de producción que hoy permite que otros países hagan uso de nuestra cuota en la OPEP porque no estamos en capacidad de satisfacerla. También una gerencia, que incluye a Pedro León y una larga lista de personajes que han estafado a la empresa, a los venezolanos todos y llegaron allí años atrás, cuyas historias andaban en la calle y de boca en boca. Me resulta incomprensible, no sé si en esto soy bolchevique o ultranacionalista, vicio de derecha, eso pudiera explicármelo el Toby, pues pareciera tener el medidor adecuado para ello, que la vieja gerencia de PDVSA, aquella por la cual pasó Ramírez, no sólo pusiera en cargos claves a esos personajes, sino que además en Citgo, colocó de jefes a gerentes con nacionalidad norteamericana. Esto para mi es todo un poema o mejor para no ser cursi, un largo documento o prontuario para identificar la infidelidad. No es curioso que hoy EEUU, a priori, reclame se les libere y hasta exculpe sólo por ser nacionales de ese país.
Al margen de la opinión que se tenga del gobierno de Maduro, la nuestra es bastante mala, tanto que sostengo que "el socialismo", que no está allí a la vuelta de la esquina, tanto como para andarlo proclamando como aquellos gritos de carnaval "aquí es" o "aquí estoy", queda muy mal parado ante este estado de herrumbre que caracteriza la sociedad venezolana, uno no puede, por honestidad, seriedad y compromiso, condenar que por lo menos se intente limpiar de corruptos a PDVSA y hasta alcanzar a quienes en un momento dado generaron las causas o el caldo de cultivo para tales especímenes. Que se pudiera incurrir en errores, excesos, eso es posible, pero creo más bien que Tarek actúa con suma precaución. Lo otro, como pareciera desear el Toby, es seguir como veníamos.
Por acción de la derecha, del capital internacional, hay aquí una guerra económica cuyos resultados son tan evidentes que punzan el estómago colectivo; pero también por la incapacidad de un gobierno que no logra hilvanar una respuesta coherente y creíble, hay una sociedad capitalista en bancarrota. No obstante, los del gobierno y hasta gente como Toby, parecen coincidir, aunque no se den cuenta, que en algún momento hubo socialismo o hay uno deteriorado, tanto como un "gallo descangallado", para decirlo en el lunfardo gaucho. Esto es cierto. Pero tal cuadro no lo ha pintado sólo esa incompetencia gubernamental, la acción exógena sino también el pincel de los ladrones que viene denunciando Tarek W. Saab a riesgo de su vida.
Ampararse en infantilismos y un lenguaje hasta cursi y ajeno a la realidad venezolana, llamando a unos mencheviques para exhibirse como bolcheviques, quienes serían como portadores de la verdad y la luz que borra las tinieblas; descalificar y mal juzgar a quienes combaten a los corruptos en PDVSA, aun corriendo el riesgo de incurrir en algún error, lo que nada extraño tendría, y exaltar a quienes los ignoraron para que siguieran robando, no luce nada coherente en un bolchevique. Toda esa política anterior de PDVSA si es verdad que fue nociva y sigue siéndola porque todavía hay mucho gato encerrado y poca energía para cambiarla.
El Quijote, un personaje en apariencia fuera de tiempo, metido en un "traje" del pasado, con un discurso en lo formal al parecer oxidado, tanto que parecía un loco, no hizo más que ironizar con talento a quienes se creían cuerdos.