Estimado lector, usted leerá más adelante el sistema perverso que usa los Colegios de Profesionales para establecer sus clanes y poner estas ONGs al servicio de un dogma político partidista, olvidando que son unos órganos colectivos que deben practicar la amplitud en ese sentido, esto se refiere a que esas instituciones deben ser dirigidas sin que se demuestre públicamente alguna parcialidad con respecto a las fuerzas políticas existentes en el país, por cuanto sus miembros (cautivos) profesionales universitarios, que de acuerdo a la especialidad del saber que eligieron estudiar y graduarse, están (obligados) a inscribirse en sus respectivos Colegios si es que quieren trabajar desempeñando alguna actividad en la profesión en la cual se tituló, puesto que si no se inscribe allí, aunque el profesional universitario sea la eminencia más grande en su especialidad emergida de la promoción correspondiente, el Colegio le impedirá ejercer la profesión que le costó a la persona por lo menos 16 años de estudios, es decir, el Colegio tiene más poder que la universidad que le da la autorización al graduando para ejercer determinada especialidad, o sea que el título universitario no basta para que la persona ejerza su profesión, es absolutamente indispensable demostrar que si se inscribió en el Colegio, si no lo demuestra no tiene derecho a trabajar en su profesión. Pero antes de explicar el porqué de ese absurdo, sigamos hablando de las otras organizaciones donde la delincuencia es la razón de ser de aquella organización.
La institución delictiva llamada La Camorra, algún tiempo atrás sembró el temor en la nación italiana y prácticamente gobernaba en la ciudad de Nápoles a mediados del siglo XIX, sin embargo su poder se debilitó enormemente cuando años después sus miembros fueron acusados de asesinos y entonces llevados a juicio en el año 1911. Esta asociación del crimen organizado fue eliminada en 1922 en el gobierno fascista de Benito Mussolini, no obstante, bandas criminales similares a La Camorra siguieron operando en Nápoles, aunque desde 1984, por las confesiones de algunos jefes camorristas (arrepentidos) la fueron llevando a su desarticulación total. Sin embargo hay que destacar que en la actualidad existe una gran familia mafiosa, mitad Cosa Nostra (Sicilia) mitad La Camorra (Nápoles) que son los Pecino, una familia que hace unos años era la líder de la Mafia en España e Italia, entre sus integrantes sobresale Dominico Pecino y Gioseppe Pecino, que siguen siendo líderes, sin tener constancia de residencia y por ello buscados en todo el mundo por la Interpol. Pero resulta que ahora mismo está empezando de nuevo su época dorada, puesto que es la familia mafiosa que lidera todos los sectores de la mafia. Al Capone fue la extensión de La Camorra en los EE.UU., pero su relación con la mafia era solo su condición de ítalo-estadounidense, ya que La Camorra no opera como una organización piramidal y respetuosa a las jerarquías dentro de las familias, sino que son sólo grupos que se manejan separadamente, luchando constantemente entre sí y sin ninguna organización central como la que caracteriza a La Cosa Nostra. Actualmente La Camorra napolitana es una organización mafiosa de la más poderosa, controla gran parte del tráfico de drogas del sur de la península itálica y está relacionada con más de 4000 muertes, mayoritariamente por ajustes de cuentas entre bandas y familias implicadas. La red mafiosa de La Camorra napolitana no sólo se limita al Estado italiano, sino que también tiene ramificaciones en Francia en sociedad con la mafia marsellesa y con los que habitan en los Estados Unidos.
Espero que el lector se haya dado cuenta, por la narración que se ha hecho de las instituciones del crimen organizado, que todavía persisten en algunos países del mundo y que sus integrantes conformaron organizaciones cuyo objetivo era procurar hacer el bien a la sociedad, impidiendo se practicara actos delictuales que por su cotidianidad causaba mucho malestar en la ciudadanía, pero que al pasar el tiempo estos guardianes de la legalidad devinieron en llevar a la práctica las acciones que al comienzo combatían, un ejemplo muy cercano a Venezuela son los Paramilitares en Colombia. En el próximo escrito trataré de explicar el por qué los Colegios Profesionales, en la práctica, son unas mafias pero que han tenido la suerte de que con ese vocablo no se les identifique, aunque es público y notorio de que en las sedes de los Colegios se cuadran los más aberrantes casos de liviandad en lo que respecta a casos judicial, de palangre, de mala praxis médica, de venta de permisos de construcción, maquillaje y certificación de estados financieros de instituciones bancarias, y otros casos dolosos, prácticamente en todas las gestiones del desarrollo de las actividades del saber que requieren un título universitario.