Producir y vender son dos acciones inseparables que configuran la realización de cualquier capital. La circulación del capital involucra producción de mercancías, y circulación de estas.
Todo se comprende mejor cuando observamos que en su conjunto esa circulación se refiere a la de las fuerzas productivas en funciones: medios de producción-constantes-, mano de obra-variable-, mercancías terminadas y mercancías realizadas según sus precios de mercado.
No basta producir bienes; en el capitalismo estos deben ser vendidos según el valor de las mercancías, valor que se mide como valor de cambio que, a su vez, se realiza en precios susceptibles de tomar una medida monetaria diferente a la de aquel valor de cambio.
Como sabemos, lo único que da valor a una mercancía es su costo de producción (coste verdadero porque, por ejemplo, las depreciaciones de los activos, salvedad hecha de las materias primas y auxiliares, no son costos de producción sino recursos complementarios de los dueños con miras a incrementar la productividad de la mano de obra).
Ese costo real de producción o valor es una cualidad adicional al valor de uso de las materias primas absumidas por cualquier mercancía y como tal resulta inaprehensible como lo es la capacidad nutricional del pan. Se trata de la utilidad para ser intercambiada por otras mercancías o por dinero.
Así, de la misma manera que el pan sólo manifiesta su utilidad cuando lo consumimos, asimismo, el valor de una mercancía se manifiesta sólo cuando logramos venderla a determinado precio.
Es que el precio es lo que paga el consumidor a cambio del valor de la mercancía con relación o sujeto a su costo, a su valor, en términos macroeconómicos ya que los precios son un asunto social, del conjunto de la sociedad consumidora y productora, mientras el valor es algo específico o individual en el caso de del capitalismo donde las mercancías son de los capitalistas y estos son individualistas por antonomasia.
04/12/2017 10:28:43 a.m.
