Cuando se transitan los caminos con una fuerte carga de incertidumbre, los destinos están sujetos a sorpresas generadoras de risas o lágrimas, se hace notoria y progresiva una suerte de ver marchitada la creencia y fe de la gente. Esta situación genera un efecto de entristecimiento distractor de las metas que se derivan de los proyectos de vida.
Insistir en la lucha por alcanzar los logros resulta una piedra fundacional, capaz de apalancar la esperanza, impedir el crecimiento natural de nuestros sueños por las acciones generada por el desasosiego, significa dejar que se posiciones actores que se planifican y actúan en una constante construcción de caos. Pero esta realidad no debe dar paso a la cobarde táctica de la huida, por ninguna razón debemos convertirnos en un país receptor de remesas familiares, la lucha tiene que ser constante en el frente de batalla. La inspiración debe nacer en tantos episodios y actores que la historia lo ha posicionado como referencia. En relación a dichos episodios y actores podemos recordar las películas tituladas como: Corazón Valiente, La Vida es Bella, En Busca de la Felicidad y Los 300; en cuanto a los actores como dejar de nombrar a Jesús de Nazaret, Simón Bolívar, William Wallace, SunTzu y otros tantos.
Por ningún motivo hay que permitir que se nos robe nuestros sueños, de construir juntos como venezolanos una sociedad más humana, con profundos y auténticos valores. Lo vivido hoy en el país, nos está dejando una gran lección que conduce a una reflexión necesaria. Es cuestión de reinventarnos reconociendo nuestro espacio territorial, como el mejor que pueda tener nuestro planeta, descubriendo las oportunidades en medio de tantas amenazas.
En momento es preciso hacer una alto al modelo ideológico para revisar su alcance e impacto, en lo particular mis lecturas sobre el Socialismo, niega desde todo punto de vista la práctica de la malversación de fondo y el tráfico de influencia. Al contrario el Socialismo acciona con consecuencias muy fuertes, frente a prácticas de corte burocráticas y corruptivas.
Es necesario hacerle frente a los efectos de la mala gerencia, aquella que opera para rectificar los efectos y no causas. No podemos ser reactivos a momentos y cosas carentes de análisis reales. Nuestro accionar no puede depender de ejercicios basados en ensayos y errores de visiones particulares que no cuentan con un enfoque científico. Hay que comenzar por salir de nuestra zona de confort, para darle una buena lectura a las penurias que se acrecientan de manera exponencial en nuestra sociedad venezolana.
Interpretar los rostros que piden un alto situacional, debe ser el asunto común en el sector político (gobierno y oposición). Es preciso generar las condiciones para el reencuentro nacional, mientras que esto no sucede vamos a tener incierto nuestro futuro. Diciembre es un mes que nos invita a la reflexión, debemos pedir con fe ser tocado por la mano de Dios, pedirle a él discernimiento para revisar nuestras acciones, responsabilidades y compromisos.
