S.O.S.Panaderías para parroquias abandonadas

¿Cómo y con qué tranquilidad puede ir a votar una familia que deba pagar 100.000 Bs.F por un kilo de azúcar o de queso?

Desde que las gobernaciones regionales fueron autonomizadas electoralmente, además de los tradicionales e históricos monopolios ejercidos alegremente, antes, por los llamados Concejos Municipales, y ahora las Alcaldías, ambos gobiernos provinciales se han adueñado literalmente de estas administraciones en lo ideológico, lo cultural, lo deportivo, y particularmente lo presupuestario.

El situado constitucional es apropiado por el partido que gane las elecciones correspondientes, no hay manera de que el gobierno central actúe sobre esas irregularidades y finalmente hemos sembrado las regiones y localidades del viejo caciquismo colonial con señores y señorones, con gobiernos y gobiernitos.

Un reflejo fiel de semejantes autonomías y monopolios provincianos son el comercio y las pocas o muchas fábricas del interior del país, fuera de Caracas. Concretamente, por ejemplo, las panaderías y ferreterías, ventas de repuestos electrodomésticos, zapaterías y tiendas afines son controladas por extranjeros que más viven en su tierra natal y hacia ella mandan dólares de aquí, de este pendejo país que les da todo y de todo.

En cuanto a panaderías, no es posible que hoy haya amanecido un pan tipo canilla en Bs.F 10.000 y que esas panaderías sigan abiertas sin que ningún gobernante haga nada para castigar a semejantes especuladores.

Una salida sería el montaje y puesta en práctica de panaderías en aquellas parroquias y sectores abandonados de gobierno municipal y comunal. Una competencia eficaz liquidaría a semejantes especuladoras.

Sabemos que muchos sectores municipales y parroquiales han sido controlados por gente enemiga del presente proceso y por comerciantes de baja calaña.

Unas 2 o 3 panaderías con trigo panadero podrían desde ahorita mismo resolver este robo descarado de tales centros de especulación.

Por ejemplo, mientras se instalan nuevas panaderías comunales que deben correr a cargo de las gobernaciones regionales porque en estos sectores no hay juntas comunales socialistas, sería que las panaderías periféricas ya instaladas absorban y den cuenta de la demanda de estos sectores abandonados.

Recuerdo que antes las bodegas eran abastecidas pro las pocas panaderías de entonces. Por la mañana la panadería-su repartidor-retiraba los panes "fríos" y renovaba las existencias el día.

Por supuesto, hoy hay que controlar e esos repartidores que en este país se cogen como suyas las mercancías que envía la panadería o la fábrica para matraquear de lo lindo.

Sin paz no hay felicidad, pero sin gobierno que se haga respetar tampoco podrá haber paz ni felicidad.

09/12/2017 09:48:25 a.m.



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Manuel C. Martínez


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