Nadie sabe qué se debate dentro del PSUV, y mucho menos cuál es el debate de ideas dentro del partido. Si lo hubiera se notaría en político del partido y de sus dirigentes, en sus maneras. Digamos que la disciplina obliga a Elías Jaua a no "ventilar" las diferencias, los pormenores de la batalla de "ideas", las luchas internas por el control de las "fracciones" dentro del partido, se nos ocurre pensar que ha pasado mucho tiempo desde la muerte del Comandante Chávez, y que a pesar del fracaso de las políticas socialdemócratas en el país, que denuncia el colectivo Hugo Chávez, no ha habido muchos cambios significativos al interno del partido. Explico, el fracaso evidente de las políticas reformistas-socialdemócratas ha consolidado el poder de esta fracción dentro del partido. Dos: si este grupo disidente de revolucionarios se ha mantenido en "silencio", digamos que de perfil bajo dentro del partido, lo ha hecho muy bien, y es lógico que nadie sepa que existe, no se nota su disidencia, ni sus batallas; parece que todas las han perdido y hoy estamos al borde del abismo; vamos a perder el país, los reformistas el gobierno, y Elías Jaua la oportunidad de hacer algo en favor de la revolución socialista dentro y fuera del partido, a saber, marcar la diferencia en cuanto al fracaso de este gobierno con el socialismo, la oportunidad de reivindicar al socialismo ante la farsa reformista socialdemócrata, como recuerda el colectivo las palabras del dirigente del MIR chileno Miguel Enríquez. Es lo único que nosotros, los que creemos en "la propiedad social", en la "conciencia del deber social", en la crítica, en la verdad, en eso de que no se puede hacer la revolución con la "consciencia mellada del capitalismo", pedimos de Elías Jaua.
Claro que en las condiciones actuales de "urgencia", de "emergencia" para ganar elecciones y conservar la unidad frente a los ataques del imperio; para conseguir divisas, ¡muchas divisas! para repartir, a fin de comprar la "lealtad" del chavismo "duro", en tales condiciones, repito, es difícil que el compañero Elías pueda alzar una voz de alerta, de disidencia sin que piense seriamente en irse del partido y del gobierno; ya esto pasó con Rafael Ramírez.
Hay mucho de hipocresía o de mentira en esa defensa al camarada Elías Jaua. Este señor tan "claro" políticamente no ha tenido un solo gesto de solidaridad con Rafael Ramírez en público, o sea, fuera del partido, que es donde realmente Ramírez lo necesita (a menos que Elías Jaua lo esté condenando prejuzgándolo, igual como lo ha hecho el fiscal inquisidor Tarek Willian y todos los demás, por "disciplina").
La disidencia debe notarse, debe sentirse, sino no tiene ningún sentido. El enemigo es el capitalismo, no una sola expresión de él, por ejemplo, el capitalismo imperial. Que haga vida a lo interno o que invada desde afuera no hace mucha diferencia para los efectos finales: habrá un pueblo explotado, pasando necesidades y hambriento y unos cuantos ricos muriendo de indigestión y cagados de la risa. Eso de "conservarse" en el silencio para cuando "caiga" Alí Babá y sus cuarenta ladrones, no existe. La unidad es en torno a una idea (si hablamos de "batalla de ideas"), la lealtad es torno a un ideal, a unos principios, por encima de cualquier táctica de lucha, y no en torno a un dictadorzuelo y sus seguidores, como es el caso de ahora (no se puede confundir un verdadero liderazgo con este pelmazo mental que padecemos). Sería mear sobre mojado insistir en la falta de política, de ideas, de socialismo, de revolución dentro de las filas del gobierno y del partido; insistir en la manipulación y el engaño, como método para captar lealtades y simpatías. Pero no sé por qué siempre la gente más crítica olvida esta parte de la crisis ¿Será que todavía creen que detrás de todo lo que está pasan hay un partido que planifica, discute políticas, habla de estrategias y tácticas para la lucha y cosas así, por el estilo, que el fuego del entusiasmos político todavía se les nota cuando le extienden la mano a los empresarios, opositores y a los emisarios del norte?
Yo no soy publicista y no me veo en la necesidad de captar simpatía a fuerza de decir lo que no pienso ni siento; no veo la necesidad de darle un voto de confianza a un gobierno que le ha sido indiferente al malestar y el fracaso de toda una sociedad en manos del egoísmo, víctima de la más cruenta ignorancia y de todas las necesidades del mundo. Digo que las maneras de hacer las cosas que hacemos contienen el fin mismo que persiguen nuestras acciones. Si la mentira es el método regular que usamos para lograr nuestros fines, estos no pueden ser nobles, confiables, claros y verdaderos. Y lo contrario, si cada uno de nuestros actos es un ejemplo de vida justa, cercana a la verdad, humilde, fuerte de carácter, así mismo será el mundo que prefiguramos para nosotros y para los demás. Elías Jaua debe ser, además de un luchador dentro del partido, un luchador fuera de él, para ser un hombre de lucha no puede contradecir sus principios por una disciplina boba, que más que disciplina es miedo, un silencio que más que circunspección es miedo, a ser excluido, mal visto dentro del círculo de los pícaros manipuladores .
Si no fuera así, el Colectivo Hugo Chávez está cometiendo una tontería política: poner en evidencia a Elías Jaua ante aquellos que no sabíamos de estas incidencias, militancia de base incluida (a menos que estén hablando por él, también por razones de "discreción"). Es una tontería hablar por Elías Jaua a favor de su condición de revolucionario, eso lo debe mostrar él con sus acciones, ni siquiera con sus discursos, con sus actos, con sus prácticas de vida y políticas. Pero mucho menos válido es dar testimonios sobre acciones secretas, tan secretas que nadie las puede constatar o conocer. Un líder político, necesariamente debe ser un hombre público, oculto o no, sus ideas deben imponerse, si no, no existe.
13/12/2017