Hay que aprender de la historia (I): la desmovilización

Dice Marx que la historia se repite una vez como tragedia, y luego como farsa o comedia. Bien, podemos decir que el final trágico de Chávez repite la historia de Bolívar. A Maduro le corresponde la comedia ¿Dónde se encuentra la diferencia? Digamos que la voluntad de Bolívar se repite en la voluntad de Chávez movida por grandes ideales. Dos voluntades que se estrellaron de frente contra la muerte, fueron por ella buscando alcanzar sus ideales. La comedia solo copia las formas, en trazos aislados, tratan de imitar al modelo trágico de manera fragmentada, oportunista. Es una farsa, nadie muere porque no hay búsqueda de nada, nadie se gasta porque todo es de mentira, nadie piensa porque basta con aprenderse de memoria un guión: es una comedia de la revolución.

De la misma manera la revolución Rusa sirve modelo trágico para que aprendamos algo de sus errores, cuando intentamos hacer una revolución socialista de inspiración marxista, leninista y bolivariana. Y de Bolívar, cuando buscamos en él todo aquello que coincida con los ideales socialistas (identificar bien al enemigo, es una buena "lección bolivariana", definir los campos en pugna, hacer de la guerra una lucha social). Por más que detestemos reconocer que ahora se vive la comedia del socialismo y no el socialismo hay que pensar en ello y tratar de explicarnos bien qué es lo que está pasando en realidad en el medio de tanta confusión política, moral y ética. Algo está mal, y debemos saber qué es y dónde está.

1.- La desmovilización de la revolución, primer error.

Una característica de la revolución socialista es su movimiento continuo y sostenido hacia el cambio, su cabalgar sobre el lomo de la realidad para transformarla. Chávez sostuvo siempre un movimiento de avances revolucionarios sobre ideales socialistas y honrosos para la humanidad, ¡humanistas! En tiempos de revolución casi todo lo que se conquista es de un valor precario, pero en el sentido de ser perfectible, lo único que no cambia es la idea, la idea es sagrada, los principios que definen la sociedad socialista son sagrados, y el entusiasmo por conquistarlos también: eso nos moviliza. La desmovilización de la revolución comenzó con la "conformidad" de nuestros líderes con todas sus políticas y sus decisiones apresuradas e improvisadas, como lo hecho en el tema económico; la complacencia con la frivolidad con la que se han tratado asuntos centrales de la revolución: la organización del poder popular y el sistema de electoral, la formación política y el debate político, las toma de decisiones sobre asuntos nacionales y las consultas populares mediante asambleas, referéndum y plebiscitos.

Un plan de acción política (acción, movimiento; intelectual y físico), como el Plan de la Patria de Chávez, dirigido para acabar con la "lógica del capital" es convertido en una Ley, a espaldas del pueblo, es decir: bajo sombras lo matan antes de nacer como cuerpo político; deja de ser un plan de acción política socialista–con el objetivo de realizar cambios socialistas- para convertirse en una imposición capitalista. Y para que esta ley "obligue" ha debido ser "preconcebida", con una finalidad clara y definida, alguna utilidad en favor de algo o alguien... y esto fue añadido descaradamente encima del texto y las ideas de Chávez. Pues el Plan original fue concebido para luchar contra la lógica del capital; algo difícil; "laberíntico"; bastante oscuro si se quiere… pero esta ley es muy explícita, obliga a trabajar asociado al capital, dentro de su lógica.

El Plan de la Patria de Chávez es, en el sentido de su "crecimiento espiritual", el equivalente a la campaña admirable de Bolívar; la vuelta a la guerra pero con las ideas más claras. Chávez más sabio, de ideas más claras y que "comprometen" mucho más a su "ejército", que señalan el camino duro de los cambios socialistas por venir.

El otro Plan no es un plan, es una ley: ¡obliga!, "Ley del Plan de la Patria", una burda falsificación con la misma carátula y el título del original; que señala de forma detallada cómo se deben frenar y revertir los cambios y conquistas socialistas a favor de los capitalistas; con la excusa de tontos de "impulsar las fuerzas productivas", pero capitalistas y dentro de las más salvajes libertades económicas, mercantilisas; deformando la idea chavista de la "Venezuela una potencia" ("Potencia en lo social, económico y político dentro de la gran potencia de América Latina, convertida en una zona de Paz"… eso dice el Objetivo estratégico III) en una especie de potencia económica capitalista "emergente", una que compita en el Merco Sur y en el resto del "mundo capitalista", al estilo China (¿Recuerdan el "Shandong" de Aragua?): tomaron el camino fácil de entregar la revolución aliándose de forma "pragmática" con los capitalistas (y ahora con la derecha política) ¡"pacificar el país"!, y en emplastaron todo.

Ahora no hay nada. Un pueblo cada vez más fragmentado, "hambrientos" luchando con sus iguales por un mendrugo de pan; humillado; hambriento, y un gobierno emboscado por los capitalistas, de un lado, y por el chavismo, por el otro, de haber prometido hacer una revolución socialista con las armas del capitalismo, un "nuevo modelo", una falsa idea (porque ya es realidad) con la cual tienen "mareado" al llamado "chavismo duro" y con la que deshonran al socialismo y a Chávez..

Las "movilizaciones" de gente en la calle son falsas y cada vez más exiguas, no hay entusiasmo. Se fueron convirtiendo poco a poco en tareas obligatorias, gente "arreada" sin estímulos morales y políticos. Las concentraciones se convirtieron en distraccones: shows de músicos, guerras de dj, tomadera de cervezas, más ventas de productos baratos, "mercados socialistas", pan y circo, y mucha demagogia.

No habiendo por qué luchar (que no sea la lucha para comprar televisores baratos); sin una "idea sagrada" que "incite" a la lucha social; y sin un enemigo visible y verdadero en el tema de la economía, ¡quién controla los procesos económicos: los precios, la producción, el mercado, el valor de bolívar… coño!; solo revelando como "el enemigo del pueblo y la revolución" a la mano peluda del imperio calentando las calles, locos apertrechado y pagados por gente sin rostros, que no existe…, solo por esta "puesta en escena" tan mala, nadie se siente con el deber de defender unos líderes incapaces, de frenar con contundencia a los banqueros y mercachifles; incapaces de cumplir su palabra de continuar con el legado político de Chávez, sin objetivos políticos, solo haciendo promesas al estilo de los "liberales", o de Petkoff, que es lo mismo; sin líderes verdaderos, solo encantadores de serpientes y habladores de paja.

Pacificar el país fue el gran pretexto para desmovilizar la revolución, es decir, para acabar con ella, como si una revolución "pacífica" fuera más paz que revolución. Al hablar de socialismo la revolución es la ley, y ésta nos obliga a una confrontación de clases; la paz del adjetivo "pacífica", solo es un objetivo accidental, una táctica, no una estrategia. La verdadera paz que se conquista con la revolución viene con la eliminación de las clases sociales, los privilegios, de los grandes propietarios, la explotación. Mientras esa "peste" infecte y gobierne la sociedad, los trabajadores, los más necesitados, ¡los chavistas! debemos estar movilizados siempre, en revolución, cambiando todo lo que deba ser cambiado, confrontando al enemigo en todos los terrenos.

Feliz Navidad en la lucha.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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