En verdad, el 25 de Septiembre de 1828 Bolívar muere políticamente (XI)

Como se ha observado en escritos anteriores, el General Santander fue cambiando su manera de ser. De un hombre que se mostraba de bien proceder en su juventud, va cambiando en un ser pérfido, falta de escrúpulos e ingrato, esto, motivado principalmente por las ansias de Poder que invade su mente. Dese cuenta el lector como en la última mitad de la década de los 30 Santander se dedica a serle la vida imposible al hombre que lo encumbró en la vida política del Estado, otorgándole toda su confianza, Simón Bolívar es traicionado de una manera implacable, cruel e inhumana. Es conocida la anécdota sobre la visita que un antiguo compañero de armas de 1a campaña del Casanare efectuara al joven Vicepresidente de Colombia en su propio despacho de gobierno y encuentra abierta la Constitución sobre un sable desenvainado, hecho que el hombre de leyes le explicara con estos términos: "Significa que la espada de los libertadores tiene que estar, de ahora en adelante, sometida a las leyes de la República" Santander seguía fiel a lo que había expresado en su proclama del 2 de diciembre de 1821 al anunciar la Carta de Cúcuta: "Las armas os han dado la independencia, las leyes os darán la libertad"

Sin embargo se puede decir que desde comienzos del año 1825 comienza con su actuar hostil, muestra un gratuito resentimiento en contra de los venezolanos ganándose que los jefes militares de Venezuela lo combatan en el plano político, haciéndole responsable de todos los descalabros de la naciente economía y la disminución en la calidad de vida de la población. Simón Bolívar poco a poco le va retirando la amistad y se va distanciando de Santander, a consecuencia de los no muy limpios manejos que éste hacía del Poder y de la política. La población granadina había sido influida para que hablara mal de Bolívar y de sus seguidores y es así como en poco tiempo se consideró líder máximo al General Santander. Los bolivarianos fieles en su acción de colaborar para que el Libertador pudiera establecer su amado proyecto de unidad de las naciones latino-americanas, vieron un serio peligro en el "hombre de las Leyes" Es así como Santander se implica en la conspiración septembrina de 1828 por lo cual le sigue juicio, que por pruebas testimoniales y documentarias se le sentencia a muerte. Sin embargo, por un mandato de su sensible corazón, el Libertador Simón Bolívar, le conmuta esa pena por la de prisión y destierro. Santander se exilia casa de sus amigos gringos, los EE.UU., donde goza de alto reconocimiento y admiración. Del destierro vuelve el General Santander mucho más engreído de lo que había partido, en Bogotá le son restituido sus grados y honores militares, siendo poco después electo Presidente de la República de la Nueva Granada en 1832, entregando la Presidencia de la República en 1837 a José Ignacio de Márquez. Francisco de Paula Santander muere en Bogotá el 6 de mayo de 1840.

Ahora bien, hagamos un sucinto examen de la hipótesis de que el General Páez hubiera ido a Bogotá a declarar ante un juzgado sobre el por qué no cumplió la orden del Congreso sobre el alistamiento de tropas con la urgencia que era de esperarse, si para el segundo semestre del año 1825 Santander tenía en sus manos el Poder Legislativo, el Poder Judicial y por supuesto el Poder Ejecutivo, y ya había decidido enfrentar la autoridad del Presidente de la Gran Colombia, el Libertador Simón Bolívar, con quien se puede decir, para la época, tenía una correspondencia fluida aunque Bolívar se encontrara en Perú y Quito; en cambio el General Páez casi no se podía comunicar con él. Se le recuerda al lector que el fusilamiento del Coronel venezolano Leonardo Infante sucede el 26 de marzo de 1825 y probablemente para esa fecha el General Santander no tenía todavía en sus manos el manejo de las instituciones dependientes del Estado. Sin entrar a considerar cualquier otro suceso, es válido pensar que Páez llegara a sospechar él sería traicionado y condenado a muerte tal como lo fue el Coronel Leonardo Infante, y aunque Bolívar va y lo visita en Valencia y le restituye el poder del que fue despojado por Santander, lo que ocurre el 25 de septiembre de 1828, el atentado contra la vida del Libertador, que si bien no tuvo éxito al no conseguirse la muerte física del Libertador, Páez pensara que Simón Bolívar, el Libertador, había muerto políticamente esa noche.



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José M. Ameliach N.


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