Uno escucha a Timoteo Zambrano y no puede creer que sea verídica tanta preocupación por Marisabel. Uno no puede entender por qué Timoteo se ha convertido en uno de los dolientes del gobierno. Sustos que uno no termina de llevarse de parte de la oposición.
Resulta y acontece que ahora Timoteo se disfraza del Buen Samaritano, de la madre Teresa de Calcuta, las cuatro puntas de la cruz, el gran maestro, el guía espiritual, del babalao mayor, la luz al final del túnel, una hermanita de la caridad, la estampita del santo milagroso que protege, cuida y vigila al chavismo de las predicciones diabólicas de Adriana Azzi.
Uno escucha a Timoteo y no puede creer su gentileza, su exagerado desasosiego por el grupo familiar de Chávez: “Me han solicitado algunas personas que haga alguna gestión, para que se conozca el paradero en los últimos días de la Primera Dama de la República y su núcleo familiar, sus dos hijos. Hay preocupación, porque no se sabe dónde se encuentra en los últimos días”. ¿Qué dijiste papaíto? Y Marisabel le contesta desde el Centro Comercial Las Trinitarias: “No molestes. Gracias a Dios estoy bien”.
Pero después de provocar la falsa alarma en el caso de Marisabel, uno esperaba que Zambrano, para justificarse, sacara de su flux el libro Como ganar amigos de Dale Carnegie. Pero nos dejo con el gustico de esperar una aclaratoria convincente.
¿Cuál es la razón para que Timoteo haya asumido el noble papel patriótico de intranquilizarse en alma y cuerpo por el entorno presidencial? ¿Será que el cinismo humano es infinito? ¿A cuenta de qué Zambrano se ha convertido en el pañito de lágrima al que puede acudir el chavismo para que le informen sobre su propia gente?
“Timo, averigua qué le pasó a La Fosforito que hoy no asistió a la Asamblea Nacional”, le pide intranquilo William Lara. “Indaga dónde se encuentra Cilia, porque hace más de una hora que no hablo con ella”, le ruega Nicolás Maduro. “Timo pregunta quién tomó el borrador de mi último poemario”, le solicita Tarek William Saab.
No faltaba más. Zambrano después de tomar nota, responde con la seguridad de la piedra filosofal: William, a La Fosforito la vi esta mañana en un programa de televisión agarrándose con La Colomina. Nicolás, la diputada Cilia hace rato que entró al baño. Tarek, tu poemario lo tomó Juan Barreto, porque lo invitaron a un acto en Fedecámaras y piensa recitarle unos poemas a Albis Muñoz. Misión cumplida. Para eso y mucho más, está ahora el diligente Timoteo Zambrano.
¿Será que Timoteo consiguió esa nueva chamba dentro del gobierno? ¿Timoteo abandonó la Mesa de Negociación y Acuerdos para trabajar en el Departamento de Personas y Objetos Desaparecidos de la República Bolivariana de Venezuela? ¿Será que el compasivo de Timoteo piensa lanzar su candidatura presidencial y anda buscando centimetraje dentro del chavismo?
Resulta asombroso que Zambrano sea ahora el dobberman que cuida a Miraflores. ¿Timoteo jamás fue pulcro en el decir y en el hacer y es ahora cuando nos damos cuenta? ¿Cómo creerle a Timoteo cuando hable como representante de la oposición en la Mesa de Negociación y Acuerdos? ¿Es Timoteo es más grande exponente de la cultura del “todo vale en política”?
Vistos algunos acontecimientos recientes como el asilo de Ortega, se constata que la declaración de Timoteo sobre la desaparición de Marisabel no era gratuita, ni improvisada, ni casual, sino que respondía a un argumento de distracción de la CD. Esa era la triquiñuela y la treta funcionó, porque esa misma noche del jueves, cuando muchos tenían los ojos puestos en Marisabel, Ortega ingresaba corriendo asustado en la embajada costarricense en Caracas.
Falsedades, subterfugios, trampas dialécticas. Tal vez la mentira sirva para engañar, pero tiñe de desvergüenza a quien la utiliza. De todas formas, en este momento en que Timoteo Zambrano se ha transfigurado en un busca fantasmas, debiera decirle al país ¿qué es de la vida del sujeto que le estampó un beso apasionado a Juan Fernández en la tarima del Distribuidor de Altamira, antes de que saliera corriendo a enconcharse? Timoteo, reivindícate y dile a la Gente del Petróleo ¿quién es el sujeto, en qué lugar de enamoró, de dónde es, a qué dedica el tiempo libre?
Timoteo respóndele a esa gente, porque -asilado Ortega- parece que aquí si hay bastante tela que cortar.
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