Quiero que esto sea recibido como el exordio de un viejo militante a sus camaradas del Congreso del Psuv. Es lo primero que a uno se le ocurre decir sobre lo que ustedes habrán de decidir este fin de semana. Tengo a mano una información, según la cual, este Congreso que ahora se reúne es el mismo que se reunió en el 2014 y quedó instalado de manera permanente. Dice además la información, que en aquella oportunidad resultó de una elección.

También nos informan que la agenda de este Congreso está compuesta por temas como "la proclamación de Nicolás Maduro como candidato presidencial, que se hará este viernes en plenaria nacional extraordinaria, el análisis del escenario electoral e igualmente la actual coyuntura económica y política del país con propuestas para enfrentarla".

Por esos asuntos que ahora les ocuparán y tomando en cuenta que puedo participar en el debate porque soy ciudadano venezolano, me preocupa hondamente, tanto como que estoy muy afectado por mi y el futuro de mis compatriotas todos, lo que sucede en mi país y porque creo tener algo que decir, no sólo para criticar o incomodar sino contribuir a que las desviaciones no corroan lo que Chávez construyó.

Antes de decidirme a escribir esto, estaba meditando y hasta buscando información, por lo que sucede en el Ecuador. Atilio Borón, quien generalmente opina favorablemente sobre las gestiones del gobierno venezolano, cree ver serias desviaciones y hasta retrocesos en el proceso ecuatoriano desde que Lenin Moreno asumió la presidencia. Y hace señalamientos puntuales que nosotros compartimos porque también las vemos. Y no deja de extrañarnos cómo, Lenin Moreno, cuyo nombre sugiere cosas, cambió radicalmente la línea que traía el gobierno de Correa, del cual formó parte como vicepresidente y sólopor la ayuda de aquél llegó donde ahora está. Todo el mundo, hasta el más lerdo, se siente con razones para juzgarlo, en un sentido u otro, porque el cambio si es cierto que se le puede calificar de radical. Hay otros cambios más lentos, incluso ocultos tras gestos y hasta discursos que dicen lo contrario, con la finalidad de evitar que el observador, hasta el más perspicaz, los perciba. Por supuesto no me refiero a los drásticos cambios en la economía y vida venezolana por estos más hincar muerden ferozmente.

Por eso quiero hablar a ustedes y llamarles la atención sobre asuntos que acontecen y pareciera no percibimos o no le damos importancia, según nuestra creencia, obviando que los grandes cambios se gestan poco a poco.

Chávez se jugó la vida por una constitución, la vigente, que establece dos principios novedosos en nuestra legislación, lo participativo y lo protagónico. Eso significó queridos compatriotas, borrar de nuestras disposiciones constitucionales lo de "representativo", aquello según el cual el ciudadano salía a votar cada cuatro años, elegía sus representantes y estos se encargaban, supuestamente por orden suya, como quien recibe una carta aval o un poder discrecional, a disponer lo que le viniera en gana, en función de sus intereses particulares, grupo o clase. Lo que AD y Copei usaron para hacer lo que todos sabemos. Chávez se sacrificó por lo contrario, por lo participativo y protagónico, principios según los cuales es el pueblo quien debe decidir y marcar constantemente las pautas del por hacer. Si llevamos eso a lo interno del partido, significa que en este caso, el pueblo se expresa a través de la militancia y esta no puede, como sucede en lo representativo, darle autoridad a nadie para que ejerza sus derechos, como elegir a quien ella debe elegir y aprobar cosas, sobre todo trascendentes, que sólo a ella le son inherentes.

Constantemente estamos formulando críticas al sistema electoral norteamericano, sobre todo porque es de segundo grado; es decir, el pueblo no elige al presidente sino a delegados que se encargarán de eso. Esa es una de las tantas versiones de lo representativo. Es una manera como el grupo o clase dominante se apodera de los derechos de quienes deben decidir y para manipular en beneficio suyo.

Si le damos valor a lo participativo y protagónico, que está en la constitución bolivariana por lo que Chávez luchó, los militantes tienen derecho a votar y decidir, sobre todo en cosa de tanta trascendencia como escoger el candidato a presidente e integrar su congreso.

Es una contravención de los principios participativo y protagónico que, un Congreso, cuyo origen es dudoso, no por quienes lo integran, quienes merecen mucho respeto, sino por la forma utilizada para escogerlo, no le dio a la base oportunidad de votarlo, y de paso, habiéndose instalado hace cuatro años, después de tanto tiempo transcurrido y producido multitud de acontecimientos, fracturas, disloques, escapes y paremos de contar, que de por sí debían llamar a una revisión profunda y amplia, se proceda a mantenerle la vigencia en lugar de llamar a la elección de uno nuevo. Eso es como concebir que la vida se haya detenido.

Por razones elementales de principio, hasta por una simple formalidad, es indispensable haber remozado ese organismo para garantizar que exprese el interés de la militancia, mantenga su supuesta legalidad, aunque uno sabe lo que pudiera suceder, pero no importa, por lo menos se cumplió con el más simple deber.

No es mentira, es una verdad tan grande como la sierra andina, por demás conocida, que al ciudadano Nicolás Maduro Moros, no lo han electo candidato presidencial del Psuv y del Polo Patriótico de acuerdo a nuestros principios democráticos. Del CNE para abajo, se sabe que aquí no ha habido ningún acto electoral valedero con esa finalidad.

El asunto es grave y deshonroso para ustedes, pues ni siquiera les dieron el derecho a escogerlo entre otros tantos que quisieran competir. Digo "ni siquiera le dieron el derecho a escogerlo", porque tampoco es una facultad de ustedes, es de la militancia toda. Lo que pasó antes, en algunos casos con Chávez, no es heredable ni transferible por razones elementales. Eso corresponde a la historia pasada.

Aquí se han venido dando cambios paulatinos, no tan bruscos como los de Ecuador, pero en fin de cuentas llevan a lo mismo en muchos sentidos. Veamos lo que Luis Britto llama "Ley Terminator" y la grave drama que vive PDVSA. A la militancia del Psuv le secuestraron los derechos a opinar, escoger sus candidatos y decidir todo cuanto sea necesario. Para las recientes de gobernadores y alcaldes las candidaturas también salieron de cónclaves, cogollos y acuerdos ajenos al proceder correspondiente.

Entonces, el candidato presidencial del Psuv no lo escogió la militancia, a quien le corresponde por encima de todo, en una elección directa, secreta y de primer grado sino en una fracción o acuerdo grupal, un procedimiento hasta menos democrático que el relativo a la elección de Trump. Y a ustedes, que los exhiben como integrantes del Congreso del partido, en función permanente desde el año 2014, como si la película se hubiese reventado o la vida congelado, apenas les otorgan el "derecho o privilegio", de "PROCLAMAR" a quien escogió un grupo, formalmente con menos representación y derecho que ustedes.

Cambios como esos, justificados a cada instante en hechos contingentes, en una emergencia, como el de negarle al militante el derecho a opinar y participar, aprobar una Ley como la que viene denunciando Luis Britto García, que pasan desapercibidos, son tan graves como lo que acontece en Ecuador. Hemos entrado en una etapa o mejor conducta donde mucho de aquello que predicó Chávez, hasta lo de "que hasta las piedras hablen", se ha abandonado y mientras más uno sobre eso piensa, sólo encuentra explicaciones en la conveniencia grupal.

Es muy curioso como todos justifican esas conductas, a todas luces inconvenientes, en la lucha contra el imperialismo, como si esta y cumplir con esos derechos democráticos y hasta constitucionales fuesen contradictorios.

Hasta aquí llego. Les dejo eso para que meditemos juntos.