La Agencia Venezolana de Noticias AVN, la agencia del Estado dirigida por el gobierno es la que se encarga de replicar la calumnia sobre una supuesta búsqueda de Rafael Ramírez en todo el mundo por liderar una red de corrupción. Y tiene que ser así, ahora los que son presionados presionan. Y el imperio quiere fuera de juego a Ramírez, debe ser una de las condiciones que impone para bajar la intensidad en contra de Maduro. Pero Maduro tampoco lo quiere en el juego, estaría dispuesto a todo, en el caso que se presente Ramírez en el país. Con esta confabulación franca y artera del gobierno de Maduro ¡Ya no puede regresar Ramírez!, es obvio Pero sí puede continuar e intensificar la lucha política desde fuera, muchos creemos en él como líder.
Antes de este "toque" a Ramírez por parte de EEUU, el gobierno no estaba tan seguro de cómo reaccionar con su presencia, pero ahora sí, puso a su equipo de comunicación a replicar una media verdad, o una mentira completa por todo el mundo, para conjurar al precio que sea las amenazas de un serio contendor; "business is business" diría Maduro con su sonrisita de sarcasmo cuando se sabe haciendo una fechoría, cuando se reconoce trabajando para el mismo lado del imperio, solo que…¡Igual el imperio no quiere a los cobardes!, y la presión para que Maduro y su entorno "entren en el carril" y entreguen la presidencia y los demás poderes no terminará por esa "casualidad".
La situación es crítica para Ramírez, pero muy oportuna para liderar una resistencia revolucionaria franca, armar una estrategia de lucha, bajar líneas y consignas, leer su manifiesto. Ahora sí que no tiene nada más que perder políticamente, lo están destruyendo moralmente y lo pueden arrestar, inclusive matar. No le queda ninguna esperanza con el gobierno, pero sí con el chavismo, con muchos a la espera de sus acciones.
El panorama es que Maduro no muestra señales de resistencia socialista, su resistencia es a no dejar las prerrogativas del poder. Cada día está más obsesionado con la pendejada de hacer de Venezuela una potencia comercial o industrial capitalista, como si eso fuera posible y el verdadero capitalismo "súper productivo" lo fuera a permitir; como si las potencias capitalistas verdaderas no estuvieran ya contadas. Olvidó la revolución socialista por completo, maquillando el populismo –de las cajas y los bonos- de socialismo. Cuando mucho, lo que él llama socialismo no pasa de ser un acto de caridad, sobre todo frente a los grandes negocios que están haciendo los capitalista, mercachifles, especuladores y falsos industriales con nuestras reservas en dólares y nuestras reservas naturales (petróleo y minería). Maduro se empeña en financiar a Mendoza ¡Está loco!
Sin embargo el carácter ideológico del madurismo está cada vez más claro. Fundaron otro partido, libre de socialismo, con el cual podrán hacer vida política dentro del orbe capitalista, en un futuro más promisorio para ellos; hicieron la tarea para la transición. Para el prestigio de la revolución socialista, esto que está pasando es bueno: es bueno que el PSUV migre hacia "Somos Venezuela" y desaparezca, porque en ese partido hay muy pocos revolucionarios y mucho menos socialistas: ¡Clientes!, ¡Como arroz!, eso es lo que tiene. También es bueno qué el madurismo coincida abiertamente con EEUU respecto a la persecución a Ramírez (persecución que no nos alegra), porque así queda claro quiénes son los verdaderos enemigos y de qué lado están. Qué, en la persecución de corruptos, en cualquier momento el gobierno se va comer a sí mismo, porque la ineficiencia no es distinta de la corrupción; cada servidor público está pensando en "salvarse solo", nada funciona, todo el mundo dentro del aparato burocrático del Estado anda "de su propia cuenta", el gobierno solo los convoca a votar, los presiona para votar, los persigue, no para que cumplan con sus deberes, sino para que todo esfuerzo reditúe en votos, en apoyo incondicional. Se aproxima la etapa franca del fascismo. Todos sabemos que es difícil saber por quién vota cada quien, pero en el gobierno amenazan a la masa con que sí lo saben. Hay un ambiente de persecución a los "traidores" y "desleales". Cada pendejo puede ser víctima y victimario. A cada rato una "encuesta", a cada rato una firma de "apoyos", una emergencia, una urgencia, siempre aparece una nómina secreta qué vigilar en el medio del "mejor carnaval de la historia". Se está desatando la paranoia de sostenerse en el poder como sea y ella terminará de descomponer a la sociedad.
Rafael Ramírez es un líder, una opción real no de cartón, tampoco es un mesías, como califica la burguesía en tono de burla a los líderes fuertes –por ejemplo, a liderazgos como el de Chávez-, porque ella está acostumbrada a gobernar a la sombra de dirigentes de cartón. La burguesía está adiestrada para poner y quitar "muñequitos" que trabajen para su propio provecho. La alternabilidad en el gobierno es para ellos la quintaescencia de la democracia solo porque norma la anarquía capitalista, regula la competencia entre los distintos grupos económicos, sin tocar los privilegios y las diferencias de clases.
Pero este dilema liderazgo – títere, no explica el empeño de este grupo de miedosos de querer perpetuarse en el poder; ineptos, que también trabajan al servicio de tiburones capitalistas oportunistas; este otro tipo de fantoches defienden la "fiesta electoral", la farsa de la democracia burguesa sin embargo no conserva su regla de oro: la alternabilidad en el gobierno de los distintos "muñequitos" de la burguesía capitalista. Esos no son líderes, no son mesías ni nada, son pusilánimes facilitadores del despojo capitalista, porque nunca fueron socialistas sino "arribistas sociales" que no saben gobernar sin la tutoría del capitalismo y sus tecnócratas.
La revolución socialista necesita líderes políticos, no gerentes; y una vanguardia socialista, no tecnócratas. La tecnología y las ciencias no son ideológicamente neutrales, los "mecanismos" son capitalistas; sus valoraciones son indiferentes frente al destino de la humanidad. Todo esto cambiaría si nuestros líderes son políticos formados en y para la revolución socialista, con grandes ideales, para revertir el curso de la humanidad, que está condenada a perecer. La disyuntiva es entre fantoches mezquinos y el liderazgo fuerte de políticos con conciencia y compromiso socialistas