I
Guayana sigue empavada. Le calló la maldición de Tuntankamón. En especial a Puerto Ordaz. Asiento de lo que queda de aquellas empresas que, llegaron hacer, según la conseja de la gerencia de la época, la alternativa no petrolera. En efecto, a cada rato usted puede leer en la prensa guayanesa títulos como estos: "Cierre técnico de Vanalum". "Cierre técnico de Alcasa". Cierre técnico de Bauxilum", y pare usted de contar. Los sindicalistas señalan, a cada rato, que esas empresas están de capa caída. Que no se produce como antes por diversas razones. En otras palabras, el realero que se le ha inyectado para la adecuación tecnológica para estas factorías se lo robaron y siguen haciéndolo frente a la impunidad que campea por todos los lados. Chávez a cada rato abría el grifo. Igual lo ha hecho Maduro. Pero no hay manera que la corrupción le de paso al aprovechamiento de esos dineros destinados a dinamizar la producción. Mientras más real aflojan, más corrupción.
II
En medio de tanta agua, y los habitantes de Guayana sufriendo de tremenda sequía. Hidrobolívar no pega una. No han pasado dos semanas de racionamiento del vital líquido por una rotura de una tubería, cuando anuncian otra emergencia debido a una bomba que falló. Tras de subsanar el problema, viene otro anuncio: "debido a un corto circuito se paró el bombeo de agua. Pedimos disculpas a la población". Y así pasa el tiempo. Excusas tras excusas, mientras la agente se "mueren de sed". Que "mala leche" tiene Guayana con los gobernadores y alcaldes que nos han tocado.
III
Señor gobernador Justo Noguera Pietri, meta su mano en este rollo y ponga las cosas en su sitio. Por favor, haga arreglar aunque sea por un mes el problema del agua. Ya no se aguantan los racionamientos. Todos, sin excepción estamos sufriendo por esta calamidad. Pero hay más gobernador: en Puerto Ordaz, las avenidas están oscuras y su anuncio de la adquisición de 300 semáforos, brilla por ausencia. Y como si fuera poco la basura abunda en las calles y avenidas. Solo un día aparecieron barredores en una o determinada calle, pero nada que ver la enfermedad a la vuelta de la esquina. Es supersabido que la suciedad y basura atenta contra la salud del ciudadano. Y no se diga de la delincuencia. Ésta hace y deshace ante la conduerma de los funcionarios de seguridad. Mientras tanto, la gente sufre para para agarrar un transporte digno, donde se respete a los usuarios, en especial las personas de la tercera edad. Dicho de otra forma, las siete plagas de Egipto han caído sobre Guayana. Por cierto gobernador, los empleados y jubilados de la CVG están esperando que lleguen los Claps. Usted los ofreció en su campaña. Pero nada. No se le ve el queso a la tostada. Preste atención a las exigencias de la dirigencia sindical de la referida Corporación. Preste atención a los empleados y jubilados que claman por un servicio médico decente, y una póliza HCM que le garantice algo de su salud, entre otras cosas. Arregle el edificio sede de la CVG. Ese emblema del desarrollo económico de la región da lástima. En la oscurana, sin ascensores. Los aires acondicionados sin funcionar. Todo en franco y progresivo deterioro. La otrora ciudad ejemplo de América Latina en caída libre.. Lo salarios de los que se devengan son deprimentes. El estrés campea por doquier. Sr. Gobernador usted tiene la palabra, hónrela.
Puerto Ordaz, 16 de febrero de 2018.
