Adelante, de los docentes en general, sus sueldos miserables e hiperdesajustados al transporte cuyos precios escaparon a todo tipo de control burocrático de las por ahora inútiles e ineficaces Alcaldías y de las resoluciones ministeriales de Ministros hasta ahora muy buenos para prometer y planear a mediano y largo plazos, pero muy deficientes en favor de quienes votarían en el presente, salvedad hecha de Ministros como el de Corpoelec, del Supervisor de los CLAP y alguno que otro "pendejo" que toma en serio las obligaciones ministeriales.
Una sabia solución de un buen gobernante podría ser decretar ahorita mismo un ajuste considerable de un pago complementario e inmediato y sin mayores protocolos presupuestarios, a través y directamente del carnet de la patria, sin mediaciones ministeriales de ningún tipo.
Apoyar Alcaldías y Gobernaciones desde Miraflores, es apoyar divisionismo y caciquismos varios, suerte de autosuicidio.
Por ejemplo, en Valencia, los taxis y transportes afines están cobrando por una carrea corta sin que ningún Alcalde, con o sin carros draculianos, haga nada, absolutamente nada al respecto, Bs. F 4M, a razón de 20 días mes y dos veces diarias, = 1MM 600M Bs. F/mes. De este monto sería el ajuste mínimo de ahorita mismo que llegue como lo ha hecho el bono Niño Jesús, el Bono de Reyes, el de carnaval y oros tantos.
Cualquier otro comentario y parlamento ministerial explicativo sobre pormenores de guerra económica, etc., etc., de poco sirve ya y menos a escasos 54 días de próximas y principalísimas elecciones.
Es que, pareciera que parte del pueblo se salva así mismo, mientras la otra parte, esté pacientemente y con su muerte lenta del hambre en puerta. Esto no puede ocultarse. Sí hay una hambruna parcial con alto peso demográfico, si hay motivos inducidos por la derecha para declarar una "ayuda humanitaria". Hay tiempo de anular esa posibilidad. No puede taparse el sol con un dedo.
Digresión: Por definición, los bienes complementarios son aquellos valores de uso que se necesitan mutuamente para la satisfacción de determinada necesidad, aunque cada uno por separado puede tener sus correspondientes sucedáneos, sustitutivos o reemplazos en ausencia de otros.
Pero, desgraciadamente, las guerras, como la actual, ponen patas pa’riba todo el andamiaje teoricopráctico del acervo literario económico. Es por eso que ahora cada uno de los bienes complementarios reciben por reflejo ¿"involuntario"? toda la especulación de precios que se le antoje caprichosamente a esta nueva oleada de piratas con licencia legalita de la Alcaldía para robar con su poderosa arma de los precios arbitrarios que de consuno están utilizando hasta los más pendejos de los buhoneros, nacionales y extranjeros, mujeres y hombres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes y longevos.
Los ejemplos actuales saltan a la vista: ahora se acabó que los precios de las baterías, cauchos, vidrios, bombillas, cerraduras, bombas, de agua, etc.[1], cada uno venía costando lo que su fabricación representaba; no, ahora las baterías cuestan lo que costaba un carro nuevo, igual pasa con el azúcar y el café, con los tornillos y sus arandelas por separado, con los libros y los cuadernos, todos ellos tienen ahora precios montados en la necesidad que tiene el usuario de comprar azúcar porque el café es amargo; un caucho lo están vendiendo al precio de los 4 porque sin uno de ellos todo el carro se congela. La empacadura de un grifo lo venden al precio de la llave porque sin aquella gotea. Más que especulación se trata de un comercio chantajista, si se quiere.
El gobierno-lo seguimos denunciando-no ha sido capaz-en la persona de ninguno de sus asesores de dimensionar el tamaño de este problemón, por la encilla razón de que muy pocos de ellos son economistas, o en su mayoría carecen de cualidad para opinar sobre asuntos tan delicados como los económicos cuando ellos atañen al Estado, a toda la economía.
Ocurre que como se trata de una novedad, dichos opinadores, de radio, TV y prensa escrita o de Internet, asumen eso como noticia de moda y actúan en consecuencia.
Lo del Petro es ya proverbial; ya no hay locutor u opinado que no emita o meta su cuchara en este complejísimo y delicado problema como es la introducción de una moneda de o con tan alta significancia a nivel macroeconómico o mundial.
El Petro para allá, y el Petro para acullá, empezando por el propio Presidente quien ha sido encandilado por ciertos técnicos en la materia, y como estos suelen confundir Economía con Ingeniería, ellos han terminado tomando para sí los asuntos financieros y económicos tal como lo hace hasta el más oloroso de los pulperos.
[1] Curiosamente, de los vehículos, lo único que no sube es el precio de la gasolina, ¿?