…"La paz, porque es fácil estar unidos cuando somos todos iguales. El esfuerzo de la unidad, su magia, su sentido, es cuando estamos juntos los distintos. Los diferentes. Esa es la unidad que vale"... Nicolás Maduro: "Carta a los Venezolanos"
O sea, unidad sin socialismo, la paz de la esclavitud de unos y los privilegios de otros, eso es lo que vale, según Nicolás maduro; no es un invento, no es una calumnia, eso lo dejó escrito para la historia el presidente que se dice socialista, heredero de Chávez: "la unidad que vale es cuando estemos juntos los distintos", y qué más distinto a un pobre haciendo cola para comprar arroz regulado que un rico comiendo exquisiteces en su casa en La Romana, en Santo Domingo, o desde Nueva York mandando a cerrar sus empresas para que "el presidente de la paz y la unidad" le otorgue más dólares, los dólares de la paz podríamos decir con sarcasmo.
Si pudiéramos resumir en un puñado de palabras la unidad que solicita Nicolás Maduro podríamos decir que es chantaje, meterle miedo a la dirigencia chavista para que no piense en frenar a los facinerosos. Unidad nada romántica, nada socialista, ni siquiera nacionalista, es más bien muy práctica, se trata de dejar las cosas como antes, como en la cuarta.
Hablando de esta "solicitud de unidad", leamos lo que denuncia Rafael Ramírez que hay detrás de ella: "¿Que ha pasado desde el 2014?, es increíble que la respuesta sea tan simple como absurda, el madurismo quería "controlar" a PDVSA, poner a sus acólitos, así mismo, como si fuese una cosa sencilla, no importa si tenían capacidad o experiencia, no importa, había que desplazar al "ramirismo", al Chavismo, a cualquier grupo humano que no fuese el suyo. Querían a los "suyos" y eso es lo que hay en la Junta Directiva de PDVSA y sus filiales, no puedo poner en duda las intenciones de los que asumen esas responsabilidades, yo no soy de esos irresponsables que emiten acusaciones, juzgan y descalifican sin siquiera una prueba, pero lo que, si les puedo decir, es que los que han asumido la dirección no tienen ni la capacidad, ni la experiencia, ni el conocimiento". Unidad para hacer esto que describe Ramírez, con el resto del país, para seguir actuando a la sombra, ¡Nunca!
¿Unidad para que no nos invadan desde el imperio? Será militarmente, y ese es el chantaje para los tontos, ya estamos invadidos desde hace rato, las trasnacionales ya volvieron con todo, están en la Faja del Orinoco y están en el Arco Minero. Pero (más allá del gobierno) ante esta realidad y el descaro del presidente muchos se hacen los pendejos.
Lo natural es que algunos piensen que la unidad sigue siendo sagrada, así no sea honesta, aún "sin probidad" como diría Bolívar del talento cuando es un azote. Para solicitar unidad al chavismo habría que respetarlo primero y hablarle con la verdad. Quien solicita unidad no puede conciliar intereses encontrados, buscar los mismos objetivos del enemigo y actuar con sus mismos métodos, para eso haría falta una licuadora, lo otro es una gran mentira. La unidad no puede ser usada para entregarle un "cheque en blanco" a un tahúr.
La caterva gobernante que reclama unidad, está desespera por conservar el poder a costa de lo que sea, de espaldas a las necesidades de la gente. Piden unidad al chavismo ensimismado, pensando en qué comer y cómo conseguir medicinas; que no tiene ganas, sin poder sumar como colectivo entusiasmo por algo, fraccionado dentro de sus propias angustias. A la presión del costo de la vida y las carencias, se agrega la presión del gobierno para que vote por ellos para "mantener las diferencias en paz". A esta parte del pueblo deprimido pareciera que le es indiferente una presión más, y es posible que vote por Maduro, pero será esta la mayor derrota revolucionaria desde la muerte de Hugo Chávez.
Muchos de los que defienden la unidad sobre la base de este desastre de gobierno entreguista creen que luego de las elecciones todo cambiará, que unidos no nos invadirán, y ya nos han invadido, que vale una promesa más, o un paquete de promesas más, donde se incluyen todas la viejas que aún no se han cumplido (el arranque de los 15 motores del desarrollo, el fin de la escasez de medicinas y comida, la eliminación del billete de cien –algo muy emblemático-, la lista de los 50 productos protegidos o subsidiados por el gobierno, el aumento de la producción petrolera, acabar con la corrupción –desde la corrupción-, etc.), más nuevas promesas, las mismas remozadas, que incluyen al Petro como la gran solución para derrotar al dólar y al "Dólar Today" y la "Guerra económica", perdida hace cuatro años, al momento que Maduro entregó su alma y su mano, al diablo, a Cisneros y a Mendoza.
Un carácter tan voluble como el de nuestro presidente se puede "unir" a lo que sea, como la harina de trigo todo uso, eso es cierto. Pero pedirle unidad a los que creemos en la revolución no es normal, es una osadía; nosotros jamás nos vamos a unirnos a ese apelmazo de pusilánimes que representa el gobierno con el capitalismo; a Elías Jaua, a los hermanos Rodríguez, a Diosdado Cabello, a Aristóbulo, Cilia o a Érica Farías y demás segundones, mentirosos habituales. Si cuando Chávez estaba vivo no mostraron sus verdaderas intenciones, hoy se les corrió la máscara de socialistas; el rostro del crapuloso en el "retrato secreto maldito" ahora se muestra con desvergüenza "¡Qué socialismo y qué carajo! ¡Ya Chávez se murió!", vocean los pícaros con una sonrisa amarga y los ojos inyectados de rabia.
En la intimidad maldicen la existencia de Ramírez y gritan "¡Quienes no estén con nosotros estarán contra nosotros y los vamos a aplastar! ¡Para eso tenemos dinero y poder!" Y para eso lo tienen, no para otra cosa.
Si los discursos hablan de pueblo humilde, de pueblo redimido, de amor al pueblo, de hacer cualquier sacrificio por él, ahora no es así, en Venezuela todos cabemos, Ricos explotadores y Pobres explotados; íntimamente ese pueblo molesta; ese pueblo es testigo de sus ineptitudes, ¡es numeroso!, se puede hastiar y como un tornado arrasar con todo: "¡hay que llamar a la "unidad"! ¡La pinga!".