Hay que distinguir el socialismo del madurismo

Hasta ahora el socialismo ha sido la mampara para gobernar anárquicamente, y para la estulticia. El madurismo nos ha avergonzado, ha degradado el gentilicio y mancillado al socialismo, lo ha hecho todo al revés de una revolución socialista, una revolución que ha debido ser cultural y moral; el madurismo nace de una mentira original y se ha mantenido mintiendo hasta hoy, pero además de embaucarnos liberó sus bajos instintos con impudicia.

El heredero (y un grupo extendido dirigentes de cartón) se obligó a imitar las maneras de Chávez para endosarle al comandante sus propias mañas y costumbres. Algunos maduristas son obscenos, se muestran con descaro como son, por méritos propios, sin copiar a Chávez, su voluntad de ser mediocres les viene natural. Pero todos tienen en común, que el poder prestado que ostentan les ha desnudado el alma, ¡ha sacado lo peor de cada quien!, y con el tiempo y el desgaste han relajado sus modales sin muchos escrúpulos y sin sentido político alguno.

Bastó que desapareciera Chávez de la escena política para que mostraran sus verdaderas intenciones e inclinaciones personales. El poder propio de Chávez los resintió, les hizo sombra mientras estuvo activo el jefe, además de la disposición natural a la traición del cobarde que les facilitó la postrera felonía: como buenos histriones los hizo aparentar interés, compromiso, capacidad, autoridad, hasta una cultura discreta, sin echonerías en algunos.

El madurismo es una puesta en escena que se repita cada tanto, y que con el tiempo se ha relajado, dejando al descubierto los entretelones, el maquillaje apurado y tosco, las risas, las omisiones, la vulgaridad, la soberbia del ignorante; ahora se nota que la estructura dramática no aguanta otra vuelta más. Cuando se agotan los trucos y se acaba la imaginación el último recurso es quitarse la máscara y mostrar lo que hay detrás. Sin embargo, los maduristas son los únicos enmascarados que detrás de la careta llevan otra y otra, y al final no hay nada, no hay forma, pura pulsión.

Detrás de la bravura hay bravuconería, ese es el efecto de la farsa, detrás de todo está su versión deformada, degradada. Y toda esa producción solo sirve para conjurar el fantasma de Chávez, lleno de defectos pero sin máscaras, un hombre honesto, el modelo original; el madurismo es la pacotilla.

Espero que se entienda la idea. A diferencia de estos manipuladores de la verdad, Chávez escogió de todas las ideas, de todas las teorías, de todas las soluciones al socialismo, pensó en él pero no como una oferta demagógica electoral, porque ya hubo alcanzado el poder prestado del Estado, ya había ganado unas elecciones y era presidente. Para Chávez, el socialismo fue un descubrimiento personal, un desarrollo personal y una solución para hacer de la sociedad venezolana un ámbito de justicia humana, la razón para la realización de su sueño personal.

La diferencia esencial entre el madurismo y Chávez está en las motivaciones. A Chávez lo motivó la lucha contra la injusticia, la tradición, la herencia, conquistar el futuro y una especial jovialidad para vivir. Y a los maduristas los motivó sus particulares ambiciones personales, y una falta de poder propio, de "voluntad de poderío" –diría el último Chávez- (Esa voluntad de conquista (de poderío: Chávez) hizo del comandante un hombre excepcional, responsable de sus actos, capaz de admitir sus errores, cercano a la verdad, un espíritu verdaderamente libre, dispuesto a seguir creciendo, a aprender de la vida y de las gentes).

Pero el madurismo brota, nace de forma distinta; se filtró como polizón en la voluntad de Chávez, para habitar en un domicilio ajeno, para ocupar mimetizado espacios inmerecidos, como el huevo de la serpiente. Brota soberbio, altanero, reactivo, resentido, ya viejo. Detrás del poder prestado del Estado burgués hay un falso poderío disimulado, un falso líder. Si el madurismo no es capaz de manipular la fuerza que dejó la presencia de Chávez en nuestra memoria, o su imagen, el madurismo se seca.

Maduro no cuenta con luz propia, toda la roba de Chávez. Sus ideas más originales son los refritos reformistas, de sus asesores socialdemócratas, españoles, franceses, de Ramonet etc.; el reformismo de siempre remozado y disimulado de socialismo del siglo xxi, para calumniar a Chávez, corresponsabilizar a Chávez y al socialismo de sus inconsecuencias e ineptitudes, de esta barbarie del peor de los capitalismos que es el capitalismo de los pobres.

Chávez fue un político, el madurismo es un atajo de politiqueros; Chávez la tragedia, el madurismo la comedia; Chávez la voluntad de poderío, la consciencia, el madurismo el resentimiento, la mala conciencia, la reacción de los judas de Chávez; Chávez vivió cerca de la verdad, el madurismo se instituye sobre una mentira original y sigue mintiendo; Chávez político incisivo, profundo, el madurismo publicidad superficial e impenetrable. Chávez el socialismo, la voluntad de cambiar el mundo, el madurismo su falsificación, y el cansancio, un engaño y la restauración del capitalismo.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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