El Petro y el Socialismo

En las últimas semanas hemos sido testigo del auge de un nuevo mecanismo de circulación internacional de capitales, ofertado como medio seguro, popular, libre de monopolios financieros, e incluso útil para el enriquecimiento individual y colectivo de las diferentes clases sociales. Al punto que, se ha invertido un importante esfuerzo económico, político, normativo y comunicacional para impulsar el uso de dicho mecanismo de circulación en Venezuela como: 1) solución al problema imperial del bloqueo financiero; 2) medio eficaz para el enriquecimiento de la nación; y 3) estrategia para el fortalecimiento de nuestras reservas estratégicas.

Sin embargo, en el análisis crítico sobre la utilidad de los criptoactivos en el actual orden económico mundial, donde existe una poderosa oligarquía financiera internacional que ha concentrado un inmensurable poder en manos de unos pocos dictadores imperialista, oligarquía que ha hecho de la exportación de capitales el más eficiente método de neo-colonización imperial, sólo resistido por los estados imperiales y sus medidas proteccionista defendidas con fuerzas militares, podemos deducir con relativa facilidad el principal beneficiado de este "novedoso" mecanismo de circulación de capitales.

Derrumbando barreras proteccionistas, sobre todo en materia monetaria impuestas por los bancos centrales de los estados-nación, librando a la circulación de capitales de cargas burocráticas y medidas impositivas tanto políticas como arancelarias, los criptoactivos facilitan la captura de las riquezas nacionales y la expansión del imperialismo financiero a mercados aún protegidos por retrógrados colonos regionales. Pues el valor de uso que adquieren las criptomonedas al satisfacer la colocación global, rápida y segura de capitales, con el uso de las modernas tecnologías de información y la ausencia de regulación al respecto, abren las puertas a la "inversión foránea", sobre todo desde los centros imperiales necesitados de colocar sus excedentes en nuevos mercados. Las burguesías locales y las capas pequeñoburguesas del proletariado se convertirán en vehículos efectivos para la intervención, con mayor potencial en la medida que más acceso tengan estos últimos a los recursos estratégicos de sus países. Resultando pues, en un nuevo enriquecimiento para la oligarquía financiera internacional, quien es la única capacitada mundialmente para concentrar provecho de ésta anárquica (descentralizada) circulación de capitales.

Minimizando al máximo los costos asociados a la necesaria expansión de influencias, el nuevo mecanismo de captura e intervención no requiere de agencias "insitu", ni de acuerdos multilaterales y/o de estados imperiales que asistan las pretensiones del capital financiero transnacional, sólo relaciones "per to per" que dejan a los desfavorecidos a la merced de los poderosos, en aparente igualdad de condiciones y total transparencia. Más allá, populariza un mecanismo de participación y colaboración con el sistema, tercerizando la resolución computacional de los protocolos de seguridad en las transferencias de capitales, bajo el eufemismo de "minar": Proletarizando una actividad propia de la banca, construye una red de colaboración mundial que consume recursos naturales, tecnológicos y fuerza de trabajo de todas partes del planeta, sin pagar por ella más que un incentivo conceptualizado como dinero fácil, que se arranca de la nada, con la sola esclavización de un equipo computacional, ¡Una verdadera mina¡.

En este escenario de expansión imperialista, donde la confrontación imperio financiero y estados imperiales tiene que alcanzar una resolución, aparece El Petro como criptomoneda venezolana pensada para construir una participación internacional. Impulsada desde el Estado, el Petro no se plantea como función inicial o primer valor de uso, servir de instrumento de intercambio "per to per", sino como titulo de valor en el que se puede invertir, respaldado por las reserva de hidrocarburos de la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez. De manera que, no requiere protocolos de transferencia de capitales más allá de los contratos de compra-venta de bonos, sin transferencias encriptadas, ni la necesidad de resolver complejos algoritmos de encriptación y/o "minar". Rasgos estos que ponen en cuestionamiento el planteamiento del Petro como una criptomoneda igual a la ya conocidas en el mundo (bitcoin, Litecoin, Ethereum, etc), por lo menos en ésta primera fase de lanzamiento del instrumento financiero. Sin embargo, dentro de la estrategia de emitir deuda pública para captar divisas, colocando nuestras reservas petroleras como respaldo, se debe garantizar el derecho a la administración soberana de nuestros recursos, recuperado por la Revolución Bolivariana y el comandante Chávez, derecho constitucionalmente protegido y normado en nuestra Ley Orgánica de los Hidrocarburos Líquidos. Así mismo, la visión de hacer del Petro una criptomoneda, debe someterse al debate consiente de la vanguardia agrupada en los partidos de la revolución y de las masas organizadas en las instancias del Poder Popular, para construir una postura crítica revolucionaria frente a la circulación de capitales como mecanismo de acumulación imperialista, el papel de los criptoactivos en ésta espiral imperialista y el uso de nuestros subsidiados recursos eléctrico y de comunicación para el lucro de individuos y de la oligarquía financiera internacional.

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Yoleidy Hernandez / Bladimir Malave



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