Síntesis emblemática de la conocida Doctrina Monroe, la frase "América para los americanos" ilustra claramente la política de -los americanos- hacia el resto del continente -América-, adoptada en 1823 por el presidente James Monroe. Y cínicamente presentada por la ultraderecha estadounidense reunida en Santa Fe como una manifestación de solidaridad de los ciudadanos norteños libres con los pueblos que aún luchaban por su independencia.
Doctrina centrada en tres principios convenidos o por convenir, según el caso, con las potencias europeas:
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No más colonización europea en el Nuevo Mundo.
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Abstención por parte de los Estados Unidos en los asuntos políticos europeos.
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Oposición por parte de Estados Unidos a la intervención europea en los gobiernos del hemisferio occidental".
Principios establecidos a espaldas de los habitantes del resto de América, considerados formalmente a partir de ese momento hermanos menores incapaces de definir su destino o administrar sus propios recursos. Por ende, condenados a ser guiados y protegidos por los "elegidos", los amos del poder económico y político destinados a gobernar el mundo. Es decir, por el "hermano mayor" anglosajón.
Actitud colonialista intra-americana claramente resumida por Simón Bolívar en su pronunciamiento "Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad". Atinadísimo juicio de El Libertador sobre las ambiciones, intenciones y acciones de nuestro enemigo principal, mas no tanto sobre la providencia que hasta donde yo sé nada tiene que ver con el binomio riqueza – pobreza generado por el proceso de acumulación de capital.
Pero "América para los americanos" esgrimido como grito de guerra por los estadounidenses durante casi dos siglos ilustra también la valentía de quienes desde distintas trincheras y rincones de nuestro continente han luchado y siguen luchando por librar a sus países del yugo estadounidense.
Ilustra la osadía del pueblo venezolano que nadando a contracorriente se comprometió a acompañar al comandante Hugo Chávez Frías y ahora al presidente Nicolás Maduro en la ardua tarea de transformar un país secularmente sometido a los intereses de los amos del gran capital en una verdadera Patria, en una Patria Socialista. Compromiso obviamente inaceptable para un imperio decadente dispuesto hoy más que nunca a recuperar el control absoluto de nuestro país y de nuestro continente.
Pero no somos mochos. Hemos aprendido y avanzado bastante. No nos vamos a dejar quitar lo ya conquistado. Hagan lo que hagan vamos a seguir luchando por consolidar el Poder Popular indispensable para seguir avanzando en la concreción del socialismo bolivariano. Para reconquistar a Nuestra América para los Nuestro-americanos
Venceremos