Prioridad a lo prioritario

En una de sus últimas reuniones con la juventud, nuestro camarada presidente Nicolás Maduro, pidió a los jóvenes allí concentrados, que lo ayudaran en la búsqueda de vías, ideas y conceptos en la solución de los diferentes problemas que en esta difícil coyuntura, enfrenta la población venezolana como consecuencia de la irracional forma de hacer oposición de una élite política que en el fondo, lo que realmente hace es servir de instrumento de intereses políticos y económicos extranjeros, como Estados Unidos y la Unión Europea. Este pedimento del presidente es una tarea obligante de todos los sectores sociales de nuestro país, asumiendo el compromiso y la obligación militante de contribuir aportando en la medida de nuestras posibilidades, lo mejor de cada uno en una misión que nos compete y que a todos nos reclama nuestra revolución bolivariana cuando más lo está necesitando. Es en el marco de esta realidad, y como miembro de uno de estos sectores sociales comprometidos con el proceso revolucionario como lo es la clase obrera, que me permito opinar sobre lo que creo es una prioridad del gobierno revolucionario; claro que sin subestimar otras soluciones que de seguro están presentes en la agenda del Ejecutivo, pero que posiblemente su peso, el efecto en el acontecer nacional y básicamente en la calidad de vida del venezolano, no tenga tanta incidencia como lo es la necesidad que vemos, vivimos y sufrimos con el deficiente servicio de transporte que prestan las empresas encargadas de realizarlo, tanto a lo interno de las ciudades, como también el servicio extraurbano y en un caso como en otro, todo está en manos de empresas privadas, las que amparadas en una inexistente vigilancia que proteja al usuario, comete toda serie de atropellos y desafueros, que van desde aumentos de tarifas sin control ni orden, maltrato al niño escolar y al adulto mayor, imponen horarios a su conveniencia, normas y rutas a su favor, etc, etc.. sabemos que no es posible por muchas razones, pero cuán bueno fuera que algunos de nuestros funcionarios les tocara en algún momento usar los servicios de una camioneta acá en Caracas, a cualquier hora, pero preferiblemente al mediodía, a las 5.00 pm o bien temprano en la mañana, o que le tocara un fin de semana en el terminal de la Bandera agarrar un vehículo para el interior del país; esto no es una critica insana o acusación por no vivirlo, NO, de ninguna manera, solo hacer notar que de saber lo que allí sucede, les permite ver lo que hacen y como hacen los dueños de las camionetas con el indefenso pasajero; posiblemente, los correctivos y las soluciones podrán llegar más rápido a los desesperados y maltratados usuarios. Por todo esto y mucho más, es que el gobierno debería dar prioridad a la solución del transporte para acabar con la dictadura de los dueños de camionetas, poner punto final al chantaje de que si no autorizan el aumento, recurren a huelgas, paralizando las ciudades, aprovechándose de ser los únicos ante la inexistencia de transporte público. Venezuela es el único país donde existe la plaga de estas camionetas. Buenos Aires, México, Managua, Lima, Bogotá, etc, por nombrar algunas, en estas ciudades el transporte es público, el servicio es eficiente, humanizado y las tarifas no las decide un particular, ni ninguna mafiosa asociación civil; en el caso de nuestro país, estas asociaciones muchas veces se prestan para presión y complot político, como instrumento opositor contra el estado venezolano.. en el caso del transporte extra urbano, la prioridad está en el ferrocarril, sinónimo de progreso en el mundo entero; medio más económico , seguro y rápido que abarata no solo los pasajes al usuario, sino las mercancías que llegarían a las ciudades haciéndolas más asequibles a la población citadina, es decir, este medio viene a solucionar problemas al pasajero, quien viajaría más cómodo, rápido y económico; al comerciante que contará con un buen transporte para sus mercancías al productor del campo, quien podrá hacer llegar sus productos en mejores condiciones a la gente de las ciudades mucho más frescos, abundantes, permanentes y a precios más económicos.

Argumentos como estos, junto a muchos otros, son los que nos permiten opinar que el Estado debe acometer aquellas obras que en sí mismas representan varias respuestas y soluciones que en su conjunto contribuyen a avanzar en nuestra calidad de vida como ciudadanos; al mismo tiempo eliminamos focos que generan y alimentan descontentos, estimulados y exacerbados por los enemigos de la revolución bolivariana. Ya viene siendo hora de que el gobierno deje de ser rehén de camioneteros y autobuseros privados, que sin control ni gobierno hacen lo que les da su real gana, vejando, maltratando y abusando del poder que les da el hecho de ser los únicos que prestan el servicio. El venezolano de a pie, pide transporte público para acabar con la dictadura del transporte privado y todos sus desafueros, guarimbeos, chantaje, politiquería barata que es lo único en lo que sobresalen y con lo cual en nada contribuyen al tranquilo y buen desarrollo de la vida de un usuario condenado entre otras cosas, a pagar un alto precio por ser mal considerado, mal visto, mal servido, maltrato e irrespetado. Desde ya es necesario recordar que los servicios públicos, no por ser públicos deben ser regalados, como sucede actualmente con el Metro, Metrobús y Bus Caracas. El Estado ha invertido recursos en estos servicios, amén de su mantenimiento; por ello el usuario tiene la obligación de contribuir a preservar el servicio en la parte que le corresponde, cancelando la tarifa establecida y resguardando las unidades, garantizando su operatividad.

Ramón Blasco (Guameño)

Abril 2018-



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Ramón Blasco


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