La oposición venía de obtener una victoria electoral aplastante contra en chavismo en las elecciones a la Asamblea Nacional. En una jugada política para quebrar la mayoría absoluta de la oposición, el chavismo logró que se anularán las elecciones de los representantes de los pueblos indígenas. La oposición en lugar de luchar para que se repitieran las elecciones para esos representantes, las cuales seguro ganaría otra vez, escogió el camino de la rebeldía. Con la cual no logró nada. Solo logró ser declarada ilegítima por el Tribunal Supremo de Justicia. No se conoce en la historia política de Venezuela de un fracaso político de tal magnitud. Siguieron por el sendero de la violencia, azuzados por sus jefes en el Norte. Por esa vía solo lograron dejar unos cuantos muertos regados por el camino. El Gobierno convocó a un diálogo, un sector de la oposición aceptó ese llamado pero una vez más abandonó la senda democrática. Mientras el chavismo insistía en una solución electoral, la oposición solo pedía la salida del Presidente Nicolás Maduro.
Cuando el Presidente Maduro convocó a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) fui a votar consciente que no sería mucho lo que ésta lograría en materia económica. La conformación de la ANC fue un movimiento político. La oposición, con sus políticas erradas, pensando más en satisfacer a sus amos en el extranjero que en aportar soluciones a los problemas del país decidió no participar. Luego vinieron las elecciones para gobernadores. También fui a votar. La oposición siguió en su limbo, el desconcierto reinaba entre sus militantes. Obtuvieron cinco gobernaciones, cuatro AD y una Primero Justicia. Esta última la perdió el partido negriamarillo por no querer el gobernador electo juramentarse ante la ANC. El chavismo se recuperó después de la derrota sufrida en las elecciones de la AN.
Siguieron las elecciones de alcaldesas y alcaldes. También fui a votar, aunque no estaba satisfecho con la manera en que el chavismo escogió las y los candidatos a alcaldes. Una vez más la oposición se decidió por la opción anti-democrática. Decidieron no participar en las elecciones. Sin embargo, los partidos de oposición, en un gran acto de hipocresía política, decidieron postular candidatos en todos aquellos municipios donde históricamente han ganado siempre las elecciones. No estaban dispuestos a entregar al chavismo el lomito de las alcaldías de la región capital: Chacao, Baruta y El Hatillo.
La oposición venía exigencia que se realizaran elecciones para la presidencia de la República desde hace varios años. Ese fue uno de los puntos esenciales en la mesa del diálogo que se realizó en República Dominicana. Finalmente, la ANC convocó a elecciones presidenciales y se acordó con los otros poderos del Estado que estas serían el 20 de mayo. Adivinen, la oposición, como niño malcriado, no aceptó esa convocatoria. Me imagino que ellos querían fija la fecha. Otra vez volvieron a abandonar el camino de la democracia. Un sector de la oposición decidió que si participaría y procedió a inscribir sus candidatos. Entre ellos el más destacado es el exgobernador del estado Lara Henry Falcón. La facción de la oposición que no quiere participar en las elecciones recibió el apoyo de los Estados Unidos. Alguno dicen que más bien siguen una orden dada desde el Norte.
Diverso voceros del gobierno de los Estados Unidos, algunos voceros de la Comunidad Europea y de algunos países latinoamericanos han llamado a la suspensión de las elecciones. Ahora han pasado a declarar que no reconocerán los resultados de dichas elecciones. Olvidan los gobiernos actuales de esos países que los problemas de las y los venezolanos los resolvemos entre nosotros. La República Bolivariana de Venezuela es un país soberano, nosotros decidimos cuándo hay elecciones y las condiciones en que se realizan. Nadie nos da órdenes. Nadie nos dice cuándo podemos o no realizar elecciones.
Todas y todos tenemos que salir a votar este próximo 20 de mayo para ratificar nuestra independencia, para ratificar que aquí decidimos nosotros.