"La deuda externa mejor refinanciada del mundo"

El instrumento legal, conocido como Ley Habilitante le daba poderes especiales al Presidente de la República para imponer los urgentes correctivos necesarios para recuperar progresivamente la economía venezolana fuertemente afectada por políticas económicas erradas e incoherentes tomadas de administraciones anteriores; según lo expresado en la exposición de motivos de la mencionada ley. Y debido a que las decisiones en materia económica tomadas en los primeros meses del Gobierno del Dr. Jaime Lusinchi afectaban a los sectores del pueblo de menores recursos, se decretaron un conjunto de medidas compensatorias de tipo social para atenuar esos efectos. Con el fin de anunciar la estrategia a seguir para recuperar la economía venezolana, el Presidente Jaime Lusinchi convocó al Palacio de Miraflores el 24 de febrero de 1984 a todos los representantes de la vida nacional. En esa oportunidad, el Presidente de la República y como requisito básico de esta estrategia dirigida a superar la crisis es la definición de orientaciones de la llamada tripartita: Gobierno, Trabajadores y Empresarios.

Iniciando su gestión, el panorama no era para nada alentador, hace apenas un año que la moneda había sido devaluada, Hereda Lusinchi una grave situación económica con una deuda externa que, luego de meses de análisis y gracias a la gestión de los bancos internacionales acreedores de la deuda externa venezolana logran una restauración en más de 30 mil millones de dólares. Lusinchi debe gobernar en tiempos difíciles. Los signos monetarios, fiscales y económicos eran negativos y existían contradicciones radicales entre las autoridades fiscales sobre los métodos para resolver la crisis, lo que producía incertidumbre. Lusinchi suspendió el pago de la deuda externa, pasándole a su sucesor el problema como en su momento también le fue pasado a él por el gobierno de Herrera Campins. Casi saliendo del gobierno el Dr. Lusinchi exclama: "LA BANCA ME HA ENGAÑADO" Con el intento de reanimar la economía en el año 1986, mediante una reestructuración de la política fiscal y monetaria, llevó a la disminución de los precios del petróleo en un 47%, lo cual condujo a devaluar el tipo de cambio desde un 7,50 bolívares hasta un 14,50 Bs por dólar, cambio fijado sin argumentación alguna. Para 1987, Lusinchi anunció con gran regocijo el financiamiento de la deuda externa venezolana por parte de la banca internacional. Una negociación que dejo mal parada a Venezuela en términos económicos, ya que se cancelaron las altas sumas que debieron a los acreedores, la cual se aproximaba a unos 30 mil millones de dólares. Se realizaron numerosas negociaciones para refinanciar la deuda y paralelamente un nuevo endeudamiento. La continuación del deterioro de los precios del petróleo y como resultado de la constante devaluación del bolívar.

En la búsqueda de un equilibrio social, se anunció, entre otros, un bono compensatorio de transporte de Bs 100 mensuales para los asalariados de menos de Bs 3.000 mensuales durante un período de 2 años, el establecimiento de comedores industriales y la promesa de incrementar en un 10% la nómina de las empresas para el próximo semestre. Por otra parte se ordenó a los Ministros revisar sus programas para reducir los gastos de funcionamiento. Se anunciaron algunas medidas tendientes a estimular el desarrollo agropecuario, entre ellas elevar el aporte de la banca privada a la agricultura en un 22,5% de sus carteras crediticias. El presidente recalcó la onerosa cifra de la deuda que se ubicó en los Bs 175 mil millones, un endeudamiento contraído al margen de la ley. Verdad que nunca se llegó a ningún acuerdo con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Los casos de corrupción se multiplicaron exponencialmente a pesar de la supuesta aplicación de la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Público que sólo conoció de un encarcelado, el famoso chino de Recadi. Lusinchi logró mostrar avances en la agricultura en el marco de lo que llamó el milagro agrícola. LA AGRICULTURA DE PUERTOS ya que casi todos los rubros agrícolas venían del exterior. Se avanzó en la reforma del Estado dándose grandes pasos hacia la descentralización y desconcentración de poder. El período de gobierno de 1984-1989, fue una especie de nube que cegó la visión de la sociedad venezolana al punto de hacer casi imperceptibles los desmanes que frente a la aparente estabilidad y crecimiento del país, quedaron relegados y por segunda vez en la historia de Venezuela, un presidente adeco entregaba, constitucionalmente, la banda presidencial a otro integrante de su mismo partido.



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José M. Ameliach N.


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