Nicolás Maduro Moros, ganó las elecciones presidenciales del domingo. Pero no convenció. El chavismo ha venido perdiendo terreno a partir del 2015. Seis millones de votos dicen que algo anda mal. Muy mal. ¿Qué pasó con los 16 millones que sacaron el carnet de la Patria? ¿Qué pasó con los 6 millones quinientos mil carnetizados en el PSUV? ¿Qué pasó con las "gigantescas concentraciones durante la campaña electoral? ¿Qué pasó con la euforia desplegada en el programa de Diosdado? ¿Qué pasó con la alegría que inyectaban los cantantes de Maduro a la gente que asistían a los mítines? ¿Qué paso con los bonos? Con hambre no hay música que valga. Con escasez no vale prédicas desgañotadas, gritos y aplausos. Con hambre y miseria no vale echarles mano a los videos de Hugo Chávez.
El nuevo presidente de la "revolución" tiene que echarle bolas, para no seguir perdiendo votos. Tendrá que demostrar que es un nuevo presidente. Un nuevo Maduro. Capaz de realizar los cambios necesarios para sacar al país de esta miseria. Tiene que demostrar que puede contra la guerra económica. Tiene que demostrar que puede más que los especuladores que desangran a los venezolanos y venezolanas a diario. Tiene que deshacerse de tantos ministros parasitarios que no hacen sino mentirle a cada rato. Son pura pintas. Puro verbo del malo, por cierto.
El chavismo que votó por Nicolás Maduro, es el chavismo vanguardia. Los más arrechos. Los resteados con el proceso. Pero la periferia se las echó al hombro. Con mucha razón. Y es que la soga sigue muy templada. Está por reventarse. Esos votos alcanzados por los revolucionarios es un aviso agónico al presidente Maduro. Por lo cual tiene el compromiso de cumplir con lo que ofreció en la campaña electoral. Tiene, obligado por las circunstancias, que dar un viraje de 360 grados, y revolcar el sistema económico imperante, para implantar uno diferente. Que incentive la producción. Que repotencie al bolívar. Que obligue bajar los precios a los avaros comerciante. Pero sobre todas las cosas, que baje esta perversa inflación que ahoga los habitantes de este país. Estaremos pendiente de lo que haga el presidente en los próximos días. El pueblo espera decisiones contundentes. ¡Ya basta de bonos!