No es lo mismo decir "La mujer del César no solo debe ser honesta sino parecerlo" tal como afirma Julio César, que decir "La mujer del César no sólo debe parecer honesta sino serlo". Cuestión de semántica pero también de política.
El caso de Guicha ejemplifica mi afirmación. Se declaraba, honesta a toda prueba, impoluta, intachable, inmaculada, revolucionaria a carta cabal, chavista hasta los tequeteques, hoy vemos que resultó un bodrio, un podrido autora de guisos y trampas durante el tiempo que estuvo al frente de la FGR y en los actuales momentos vive de los recursos que la derecha le otorga como pago de los favores que les hizo, de los fondos que los corruptos que vivieron a expensas de la corrupción y que ella les protegía a través de intermediarios y familiares y como brazo ejecutor, ya devaluado en contra de la revolución socialista bolivariana. O sea es el típico caso de la mujer del Cesar que se declaraba honesta pero en realidad no lo era.
Tenemos ejemplos como para llenar una resma. Otro ejemplo elocuente es el del Rey del Petróleo que de declaraba Rojo, Rojito pero en su haber, tal como se ha demostrado, tiene un historial de corrupción que todavía tiene mucho que mostrarnos, pero dicho personaje presume de inocencia y de haber sido quien mantuvo a la empresa y al Ministerio que presidia y regentaba en forma impecable, productiva y de alta calidad. Y muchos más. O el General aleve que conspiró durante todo el tiempo que estuvo en el cargo…
Igualmente aquellas personas que habiendo sido miembros del gobierno en el proceso bolivariano, pero que en los cargos que ocuparon demostraron ineptitud, incapacidad, ineficiencia y que hoy adoptan posturas que van más allá de criticar al gobierno del presidente Maduro, sino que incluso reniegan del proceso bolivariano asumiendo posturas totalmente identificadas con la derecha internacional así como con la oposición fascista y retrógrada que invita al imperio a hacer una intervención humanitaria como preludio a una invasión armada, en sintonía con países cuyos gobiernos son lacayos de los E.U. y brazos operadores del FMI.
O personas que apoyaron el proceso socialista manifestando ser militantes de ideas de avanzada y militantes de la revolución y ahora muestran una cara más allá de la crítica revolucionario sino de ser agentes de la derecha, traidores a las luchas del pueblo que hoy enfrentan la cruenta guerra asimétrica y la ineficacia del gobierno para resolver los agudos problemas que padece la sociedad venezolana.
Igualmente tenemos funcionarios del gobierno nacional que ocupan elevadísimos puestos y cargos, que se proclaman "revolucionarios a toda prueba" "masca tuercas", "traga balas", pero que en su haber tienen un historial oculto de hechos de corrupción, prepotencia, autocratismo, autoritarismo, despotismo y nepotismo. No es necesario señalarlos por nombre y apellido ya que los que leen este artículos saben de sobra quienes son, o al menos lo intuyen, a no ser que tengan un ceguera política o algún tipo de vínculo con ellos.
Pero igualmente deshonestos son aquellos medios de información que autodenominándose "voceros de la revolución", y a través de una pretendida objetividad mediática, publican opiniones e información que en forma tácita hacen campaña a favor de la derecha internacional, del imperio, y de sus intenciones restauradoras de la democracia puntofijista.
En revolución no hay objetividad informativa, se es revolucionario o se es reaccionario. Se es honesto o se es farsante. Hay que ser revolucionario y no parecer revolucionario. No caben medias tintas.
En este sentido podemos concluir con la conseja popular "no todo lo que brilla es oro" alertando y sobre los mecanismos de manipulación que usa la reacción para intentar confundir y desviar los verdaderos objetivos de la crítica revolucionaria y de las luchas del pueblo por avanzar hacia metas cada vez más profundas, más avanzadas en la lucha revolucionaria por la conquista del poder y de la construcción del socialismo radical.
Hasta la victoria siempre. Venceremos.