En estos días me dijo un amigo extranjero: "Mira José, ustedes tienen una hermosa historia patria que contar, cantidad de héroes desde hace más de quinientos años, indígenas auténticos y personalidades criollas de gran valía, en cualquier clase social, que valientemente lucharon en desventaja contra miserables conquistadores europeos que quisieron arrebatarles la libertad, ustedes se opusieron, con el Libertador Simón Bolívar al frente y los expulsaron, no solamente de aquí sino de toda la América del Sur. Gozosos son ustedes, los venezolanos, por tener esa historia maravillosa, de alto calibre, que he observado en la gallardía de muchos venezolanos y eso no se los puede quitar nadie, ni aun el imperio más poderoso del mundo, pues seguro que aquellos gobernantes han tenido que pensarlo muy profundamente, y es esa historia gloriosa la que ha evitado cualquier intento malsano de invadir este pedazo de tierra bienaventurada y que Dios ha bendecido y seguirá bendiciendo; seguro estoy que nuestro Dios sabrá conservar este pueblo con su magnífica manera de ser. Gracias por ese cariño que mis amigos venezolanos, desinteresadamente, me han dispensado" La anterior cita es 100% auténtica. Pero sigamos con el Discurso de Angostura, pronunciado y escrito personalmente en el año 1819 por el Libertador Simón Bolívar.
"Las reliquias de la dominación española permanecerán largo tiempo antes de que lleguemos a anonadarlas: el contagio del despotismo ha impregnado nuestra atmosfera, y ni el fuego de la guerra, ni el específico de nuestras saludables Leyes, han purificado el aire que respiramos. Nuestras manos ya están libres y todavía nuestros corazones padecen de las dolencias de la servidumbre. El hombre, al perder la libertad, decía Homero, pierde la mitad de su espíritu. Un Gobierno republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los Poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas, y las costumbres públicas. Luego, extendiendo la vista sobre el vasto campo que nos falta por recorrer, fijemos la atención sobre los peligros que debemos evitar. ¡Que la historia nos sirva de guía en esta carrera! Atenas la primera nos da el ejemplo más brillante de una democracia absoluta, y al instante, la misma Atenas nos ofrece el ejemplo más melancólico de la extrema debilidad de esta especie de Gobierno. El más sabio Legislador de Grecia no vio conservar su república diez años, y sufrió la humillación de reconocer la insuficiencia de la democracia absoluta para regir ninguna especie de sociedad, ni aun la más culta, Reconozcamos, pues, que Solón ha desengañado al mundo y le ha enseñado cuán difícil es dirigir por simples Leyes a los hombres"