A esos que no creen

Para aquellos que en Venezuela vienen sosteniendo de forma visceral –algo que para algún despistado, podría parecerle una demencial ignorancia-, que en nuestro país no hay guerra ni económica, ni política, ni mediática, injerencia externa mucho menos; para esos "inocentes caídos de la mata", todo es responsabilidad de una incapacidad en el manejo político del gobierno. Por eso suponemos que para estos "pensadores", lo que está pasando ahora mismo en Nicaragua, también es producto de imprudencias, incapacidad, errores y torpezas del gobierno sandinista. Los casi trescientos (300) muertos, hombres, mujeres y niños del pueblo nicaraguense, son productos de esos ineptos gobiernos antineoliberales que no saben gobernar, como lo hacen los de Argentina, Chile, México, Brasil, Honduras, Colombia y pare de contar. Estas imberbes criaturas que desde su mundo bastante cómodo y muy protegido, se engolosinan hablando de las sanciones de EEUU y la UE contra este país, cuyo único pecado es su aversión al vasallaje, la repulsión al coloniaje y su firme oposición a depender de gerentes extranjeros, por mucho poder que tengan. Desde sus salas de redacción, sus estudios de radio y televisión, cúpulas eclesiásticas y empresariales, se explayan criticando que no hay alimentos, que faltan las medicinas, que falla el transporte, que la inflación es elevadísima. Cosas que son reales y que están sucediendo, pero lo que no dicen estas redes parlantes al servicio de los amos del valle, es el origen de esta realidad, y no lo dirán jamás, porque precisamente existen como voceros de los oscuros intereses económicos criollos y extranjeros, es solo para decir lo contrario a lo que realmente sucede. Ellos saben lo que pasa, saben por qué pasa, pero la verdad no es su negocio, su misión es desacreditar al gobierno revolucionario. La objetividad, la moral, la honestidad y la ética en una guerra como la que vivimos en Venezuela, no existe; la mejor prueba es que ellos son soldados de uno de los bandos, por cierto, el más sórdido y deshumanizado que mata y dice que no hay muertos, que secuestran los recursos para medicinas, alimentos y denuncian muertes en los hospitales y hambrientos en las calles. No se condena a nadie porque en una confrontación se tome partido por una de las partes, ni que se milite y defienda esa causa; cada quien está en su derecho de pelear por lo que cree, sin que por ello algún poderoso sin principios ni escrúpulos, utilice sus recursos para cercenar el derecho a la salud, alimentación y al buen desarrollo de su existencia, que es lo que está sucediendo en nuestra patria y que estos crudos analistas, voceros a tiempo completo de la infamia y la mentira, haciendo gala de gran cinismo y poca o ninguna ética profesional, manipulan y mienten, conscientes como están de para qué y para quien trabajan. Son piezas de un nefasto ajedrez, instrumento de un engranaje creado para crear la matriz de opinión que le conviene a la mafia de los poderosos, los empresarios, los dueños de los medios, quienes han pretendido con sus recursos y sus mañosos manejos, instaurar la dictadura de una amañada información, engañando y manipulando la opinión del venezolano común. Suponemos que para esta fauna de operadores políticos de la información, los miles de refugiados humillados, vejados y maltratados en Europa, y los muchos que han muerto en el océano buscando una mejor vida. Eso es culpa de los gobiernos de sus países, por ejemplo, Omar Kadaffi y Sadam Hussein, que se dejaron invadir y asesinar por las tropas norteamericanas, que los miles de palestinos asesinados por los soldados israelíes, es responsabilidad de los palestinos, por no dejarse despojar de su territorio y su derecho a existir como país; que la persecución y prisión al ex presidente Lula, aún sin ninguna prueba en su contra, es culpa de él mismo, por querer ser presidente de su país y contar con una amplia ventaja en el electorado brasileño, que la inmensa cantidad de estudiantes y periodistas muertos en México, es su responsabilidad por tener criterio y opinión acerca de lo que sucede en su país y de lo cual son las primeras víctimas; que los muchachitos centroamericanos que son arrancados del lado de sus padres y madres y enjaulados en la frontera de México con Estados Unidos, se lo merecen, pues nadie les manda a tener unos padres que buscan el sueño americano que durante años le han vendido manipuladores de las realidades, traficante del dolor ajeno, haciendo el trabajo sucio de repetir mentiras para que parezcan verdades. Los niños guajiros que a diario mueren en Colombia por desnutrición, eso es culpa de sus padres por haber nacido pobres y en un país, donde la riqueza es solo para un grupo oligárquico que se mantiene en el poder, gracias a haber entregado Colombia al imperialismo norteamericano. Que la persecución a Correa, Dilma, Zelaya, Cristina y otras figuras de la política en la región, es culpa de ellos por estar difundiendo al lado de sus pueblos que existe una forma mas digna y humana de gobernar, y por enfrentarse a las políticas neoliberales de los poderosos que todo lo tienen pero que cada día quieren mas. Que los cientos de líderes sociales, asesinados en Colombia, Honduras, Guatemala, México, y otras regiones de este continente, no es responsabilidad de estos regímenes oligárquicos, sátrapas y opresores, la culpa es de ellos, por no estarse quietos, y querer cambiar las injusticias sociales que se cometen en sus países. Bueno en general, que todos los males de nosotros en América Latina es por ser flojos, brutos, subdesarrollados y marginales, sin ideas ni iniciativas para gobernar frente a gobiernos imperialistas, que hoy imperan en nuestra América y que no existen para estos voceros que no encuentran nada positivo en los gobiernos progresistas, siendo en todo momento mensajeros de lo negativo, el descrédito y la manipulación, su visión de democracia, libertad y derechos humanos está guiada por el compromiso servil que los ata a los centros de poder, que castraron sus posibilidades de pensar y tener criterio propio. Su misión es hacer llegar sus "verdades" a sectores del pueblo, entre quienes lamentablemente se cuentan algunos "radicales revolucionarios", que ahora solo se ocupan de criticar lo que hace el gobierno, pretendiendo dar lecciones en materias en las que jamás invirtieron algo de su tiempo y esfuerzo, y continúan filosofando. Ya quisiéramos verlos batallando en algún espacio o frente de lucha en los que el presidente Maduro y su equipo, han tenido que enfrentar esta arremetida, en la que por todos los medios buscan caotizar al país, atentando contra el pueblo y sus derechos humanos, a los que mucho recurren y aluden en sus campañas de difamación y manipulación de una realidad, creada por quienes trabajan día y noche para debilitar y derrocar al gobierno revolucionario. No podemos evitar tristeza y pena ajena al ver los esfuerzos y el empeño que ponen las marionetas y cipayos, quienes no pierden oportunidad para verter su veneno dolarizado, contra una Venezuela que lo único que ha hecho, es convertirse en un ejemplo de resistencia para el mundo ante las groseras intervenciones, y las pretendidas e ilegales sanciones que el imperio ahora se cree con el derecho de imponerle a un país libre y soberano, que lo hemos sido, lo somos, y para que les quede bien claro, tenemos el firme y revolucionario propósito de seguir siéndolo. Misión en la que ya han dado su vida muchos venezolanos, hombres y mujeres dispuestos ayer y determinados hoy, a continuar este combate cueste lo que cueste, porque con la revolución hemos aprendido que la patria es la vida, quien no tiene sentido de patria, no tiene por qué luchar, no tiene sentido de su existencia, y carece de valores y estímulos para comprender el sacrificio y la lucha colectiva. Igualmente la revolución nos enseñó, a valorar en su justa dimensión lo que encierra el concepto de patria y el precio que costó a hombres y mujeres, que en su momento les toco defenderla, los que dicen que no hay guerra contra nuestro país, son los mismos que se burlan del valor que damos los revolucionarios a la patria y son los mismos, que cuando no consiguen papel higiénico, o un paquete de arroz, lo primero que se les ocurre es exclamar burlona y peyorativamente "pero tenemos patria". Afortunadamente a nuestros libertadores, no se les ocurrió valorar tan miserablemente a la patria, de haberlo hecho así, hoy fuéramos esclavos de algún magnate arrocero, o dueño del papel de baño. Ese es el trabajo del manejo y la campaña sucia de estos señorones, que todo lo saben, menos que son instrumento del fascismo mediático. Un fascismo que en nada se diferencia a aquel que encarceló hasta su muerte a Gramsci. Que fusiló a García Lorca, que dejó morir en la carcel a José Hernández, que asesinó a Victor Jara, al Ché Guevara, a Chávez, Allende, Otaiza, Danilo y muchos otros y otras, que tanto creyeron y amaron a su patria, que murieron por ella. Estos analistas lo saben, pero queremos recordarle que el fascismo si es verdad que no tiene patria, ni moral, no cree en valores ni en derechos humanos, lo que si tiene, es muchos recursos para comprar conciencia, la conciencia de los que no creen que existe algo mas por lo cual luchar, que no sea, el dinero y las prebendas que producen estar en la buena y caerle siempre simpático a los poderosos. Ese estatus para quienes han sido conquistados económica, cultural, e intelectualmente, les llena mas y ello es el motivo por el cual jamás podrán entender que las crisis económicas son hijas del capitalismo que defienden, por eso las generan para que hayan apátridas como algunos venezolanos, que imploran al fascismo, que van por el mundo pidiendo a las potencias que nos invadan como a Libia, Irak, Siria " para salir de la crisis" y tener azúcar, harina, papel higiénico etc. La triste realidad que viven hoy los hermanos pueblos de Libia, Irak y Siria luego de haber sido invadidos, refuerza nuestro concepto de patria, y con Bolívar, Martí y el Ché, repetimos: "la patria es América, patria es humanidad", y en memoria de Chávez decimos: "patria es resistencia por la soberanía y la dignidad nacional", y seguiremos repitiendo con él; ¡lucha, socialismo y patria, Venceremos!

José Ramón Blasco. (Guameño).

Julio 2018



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Ramón Blasco


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