En Carabobo hay un hálito de esperanza

Hace algún tiempo una presidenta del Colegio de Abogados del Estado Carabobo, un día antes de celebrarse del día del abogado, declaró: "El ejercicio de la profesión se ha convertido prácticamente en una odisea, pues los abogados cada día tenemos que enfrentarnos, no solo a la competencia desleal y al ejercicio ilegal a través de los gestores, sino también a la tremenda ineficiencia que existe en el Poder Judicial" Más adelante dice: "Tenemos que reconocer que muchos jueces no están preparados ni están aptos para administrar justicia. Por eso es que digo que el ejercicio de la profesión se ha convertido en una odisea, por lo que pienso que hoy más que nunca debemos emprender luchas para atacar este flagelo que nos está atacando" Y esta abogada debe estar muy consciente de lo que dijo, porque es una litigante experta y sabe cómo se bate el cobre en el ejercicio de la profesión. El lector debe haber puesto atención en lo concluyente de estas declaraciones, que van dirigidas contra de sus colegas: Competencia desleal entre abogados. Ineficiencia del abogado cuando labora en el Poder Judicial. Ineptitud del abogado en el ejercicio de la administración de justicia, y para colmo, los califica de PLAGA que hay que combatir. Observe el lector que de la boca de la presidenta del gremio no brota una sola palabra amable o de estímulo para sus colegas, ni siquiera por estar los abogados en la fecha de celebración de su día. Después interviene la tesorera del gremio regional y añade: "Unos de los principios que más enarbola los abogados es el de la celeridad procesal, sin embargo en Venezuela se presentan casos de juicios que duran hasta 10 años" Más leña para atizar el fuego, ya que son los mismos ilustres abogados los que deben dar a los juicios celeridad procesal. Claro está que son los abogados que se desempeñan en el Poder Judicial los que retardan los juicios, por eso ha debido la tesorera ser más delicada al tratar a sus colegas y en este especial día pedirles hacer un esfuerzo por enaltecer la dignidad del gremio; deponiendo esa manera de presionar a los procesados y a sus familiares para que se bajen de la mula y acelerar el particular caso.

Y el amor por la digna profesión viene cuando el insigne decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo declara: "Hoy más que nunca se necesita de abogados con temple de acero para defender los ideales democráticos, luchar por la conquista de un verdadero estado de derecho y que además sientan un profundo amor por Venezuela" Total, que la víspera del día del abogado éstos reciben un inesperado chaparrón de críticas destructivas por parte de colegas que debían tener el deber de cobijarlos y prodigarles toda clase de bendiciones, ello, con la finalidad de alentar a quienes conforman el gremio, solicitarles que cada día obtengan una mayor preparación académica y profesional, y que sus actuaciones profesionales, tal como personales, deben dar ejemplo público de poseer una alta moralidad; con la finalidad de exaltar la labor del abogado. Por lo general la población venezolana guarda un inmenso recelo de los abogados y, cuando tiene que recurrir a ellos, lo piensa más de una vez por saber que esa relación no será nada fácil y que probablemente se le tornará perniciosa.

La información que tiene la gente, es de que en cualquier sede del Colegio de Abogados estos profesionales se reúnen y, encontrándose en ese lugar, el defensor, acusador y juez de un caso donde hay dinero por medio, llegan a un acuerdo sobre el finiquito en el cual todos ellos obtengan un beneficio extra; sin importar éste perjudique al querellante que tiene la razón. Sin embargo, tengamos fe en que la nueva directiva del gremio de los abogados podrá impedir que la sede del Colegio sea un centro mafioso y se siga utilizando como el lugar perfecto para urdir componendas entre litigantes y magistrados y, como antes, solo sea un sitio de sano esparcimiento visitado por abogados, sus familiares y amigos invitados. Esperemos, pues, que en adelante, los directivos del Colegio de Abogados de Carabobo llamen a sus afiliados de manera permanente para que reciban cursos de moral profesional, le adviertan que el Colegio no defenderá ni protegerá de forma automática a un agremiado que pública y notoriamente tuvo un mal comportamiento personal o profesional, cosas que podrían servir para evitar que los abogados caigan en delito al desarrollar su profesión. Ojalá la nueva directiva tenga éxito, pero hay que advertirle que tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para adecentar la actuación de sus colegas; quienes durante mucho tiempo han sido aupados en sus delictuales actuaciones por anteriores directivas.

Agosto de 2018



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José M. Ameliach N.


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