Nuestro pueblo tiene demasiada sabiduría a la hora de juzgar las acciones de sus congéneres y más si son en área concerniente a la política. La gente no deja de reconocer el tremendo esfuerzo que usted hace y su valentía para enfrentar a sus enemigos políticos, para poder cumplir con la misión que le dejó el Comandante Chávez, de llevar la máxima felicidad posible al pueblo venezolano. Los enemigos apátridas no le han dado cuartel y hasta intentos de eliminarlo físicamente han realizado para salir de usted.
Señor Presidente: Estoy sufriendo en carne propia el efecto de las medidas económicas que usted ha venido implementando a partir del 20 de Agosto, que teóricamente son muy buenas, pero que en la práctica no son asumidas por los actores que en ella intervienen. A Ud. se le olvidó dos máximas para hacer una revolución anticapitalista: 1./ que "al capitalismo no se le puede dar ni un tantico así", como lo dijo El Che y 2./ No se puede construir el Socialismo con las armas melladas del Capitalismo y menos "Salvar al pueblo, sin un pueblo organizado".
Señor Presidente: Ud. está combatiendo para matar a una culebra que usted mismo creó y ese ofidio tiene un nombre: Ley de Precios Justos según el Decreto No. 2092; en la cual Ud. engendró al monstruo que lleva cinco años devorándonos con su insaciable apetito que roba las fuerzas del trabajo y las riquezas de la nación. Ese monstruo, señor Presidente, es su hijo putativo y para acabar con él debe matarlo usted mismo cortándole la cabeza y no quitándole pedacitos de la cola, la cual mientras más le corta, más le crece.
Ud. señor Presidente dijo hoy que es especialista en asunto laborales, por ser sindicalista y obrero, eso lo sabemos y también entendemos que está acostumbrado y adiestrado para negociar reivindicaciones contractuales para beneficiar a los trabajadores que representa con los patronos dueños de los medios de producción. Lo único malo, Señor Presidente, es que usted no fue elegido para hacer el papel de sindicalista, sino para construir el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI y constituir El Estado Comunal y eso no se hace peleándose con El Capitalismo.
Según las leyes de la dialéctica descubiertas por Hegel y el viejo Marx en su obra El Capital, después del Capitalismo debe surgir inexorablemente El Socialismo. Si eso es un axioma, entonces hay que dejar que exista y promover el desarrollo de un Capitalismo robusto, productivo y eficiente para que genere los productos y servicios (mercancías y bienes de consumo) que habrán de distribuir los socialistas encargados de hacer la justicia equitativa, donde todos recibirán de acuerdo a sus necesidades y aportaran según sus potencialidades. El gran descubrimiento del viejo Marx fue determinar cuáles eran las leyes que regían al Capitalismo y concluir que este era el mejor sistema construido por el hombre para producir bienes de consumo y reproducir el capital.
Como mata usted, señor presidente la culebra del Capitalismo?: Córtele de un solo tajo la cabeza distributiva y déjele sólo la productiva y ayúdela a que se haga más robusta inyectándole capital para que produzca más. Eso lo están haciendo los chinos y les ha dado buen resultado. Aquí no se trata de hacer el papel de Robín Hood de robar a los ricos para darle de comer a los pobres, se trata simplemente de hacer efectiva la tarea de cada quien: Los capitalistas a producir y los socialistas a distribuir y usted como Presidente de todos, debe lograr que cada quien haga lo suyo con eficiencia y pulcritud.
Presidente, derogue ese Decreto que crea la Ley de Precios Justos y olvide eso de Precios Acordados. Para El Capitalismo las únicas leyes que lo rigen son las de la Oferta y la Demanda; esa es su naturaleza y en eso no hay consideración de si ese sistema económico es bueno o es malo o justo o injusto. Su papel histórico, señor Presidente, es hacer productivo al sistema capitalista para que El Socialismo en construcción pueda DISTRIBUIR con eficiencia y justicia los productos del capitalismo transformándolos en bienes de uso y servicios públicos.
Presidente, déjese ayudar, usted sólo no puede con esa culebra. Ud. tiene la manía de pedir ayuda al pueblo para que este se salve a sí mismo y luego cuando éste actúa le quita el protagonismo y se lo adjudica como obra suya personal. Todos los logros de su gobierno asígneselos al pueblo organizado y este será quien reconocerá sus méritos y lo elevará ante la historia. El sólo hecho de usted haber resistido y no doblegarse ante el imperio más poderoso que ha conocido la humanidad, lo eleva a la categoría de héroe y lo coloca entre los libertadores de la Patria Grande.
Presidente, los Adultos Mayores hemos sido los que más sufrimos los efectos de esta cruel y despiadada guerra declarada por El Capitalismo mundial en contra de su gobierno y por ello hemos perdido todas las reivindicaciones sociales, económicas y morales que habíamos obtenido mientras estuvo vivo el Comandante Eterno y es por ello que le solicito, en nombre de todos, que no siga esa política de protegernos con bonos, sino que nos ayude a defendernos de la arremetida diaria que contra nosotros hacen los panaderos, farmaceutas, banqueros, buseteros, comerciantes y funcionarios públicos que no respetan nuestra condición de Adultos Mayores y se niegan a reconocer los beneficios obtenidos por las luchas y aportes que hemos dado a nuestro país. Estimule con Leyes y Decretos nuestra presencia activa en las estructuras del Estado donde se pueda hacer justicia ante los atropellos diarios que somos objeto, amargándonos los pocos días que nos quedan de vida.
En el Capitalismo es imposible obtener Justicia y El Socialismo no es posible sin Justicia.