Pienso que el presidente Nicolás Maduro, va por buen camino. Está haciendo un esfuerzo grande para enderezar la economía, y, por ende, fortalecer el proceso revolucionario. Salvando así el legado del Comandante Supremo de la revolución. Igualmente, pienso que lo peor ha pasado, aunque hay que mantener la alerta roja porque un tiburón herido es sumamente peligro e impredecible en sus maniobras. Sin embargo, penden sobre la cabeza de Maduro y el proceso que lidera, varios drones, a los cuales hay que hacerle frente y desarmarlos.
-
El burocratismo es un dron muy peligroso. Es un mal enquistado en los ministerios, en organismos importantes, como en empresas del estado. Hay que eliminarlo, como sea.
-
La ineficiencia. Allí está el segundo dron. No hay manera que se elimine, aunque sea en un 50 por ciento. Es un fardo enchumbado que pesa e inmoviliza a los funcionarios.
-
La falta de compromiso. Hay muchos funcionarios que su compromiso es con él, y los suyos. Incluyendo a sus amigos.
-
La corrupción. Este es el más peligroso de los drones. Años, años y años "combatiéndola", y sigue campante. Alguna vez
creí que los "revolucionarios" no eran corruptos. Pero como que son peores que los de la IV. -
El amiguismo funciona a la perfección en este gobierno revolucionario.
-
La flojera campea dentro de los alcaldes y gobernadores rojos, rojitos. No todo son flojos, pero sí los hay. Y quien paga los platos rotos es el pueblo.
-
Hay un dron muy especial. Se trata de los "camaleones". Qué fácil ha sido disfrazarse de revolucionarlo y obtener tremendos cargos, desde donde se roba con facilidad… Hasta aquí mis "POCAS PALABRAS"-