Cliver Alcalá, el bateador "prevenido" de Maduro

Cliver Alcalá: "Los empresarios pequeños, medianos o grandes, y la industria, cualquiera que sea su tamaño, no está en capacidad de sobrevivir a los costos de mano de obra fijados unilateralmente, y a los tributos impuestos sin ningún fundamento legal, y tan desproporcionados, que significarán una condena a muerte de la iniciativa privada. Ningún negocio que esté pagando en su estructura de costos unos salarios mínimos de cinco millones de bolívares, puede soportar una elevación a ciento ochenta millones por cada trabajador. Es imposible que los emprendedores del sector de servicios o el manufacturero en cualquier región de Venezuela, obtengan alguna ganancia, y puedan racionalmente pagar tales remuneraciones, sin que esto no se traduzca en quiebra. En esas circunstancias, cualquier empresa colapsa. Para compensar ese disparate, el gobierno plantea un subsidio o pago diferencial entre el salario actual y el aumentado, en los siguientes tres meses, sin definir qué pasará después…"

O se hace una revolución socialista o se deja todo en manos de los capitalistas y seguimos en lo mismo. El señor Cliver Alcalá está preocupado de cifras y números, de tecnicismos micro y macro económicos. ¿Qué nos preocupa a nosotros los chavistas socialistas?

Chávez, a mi manera de ver, quiso trabajar junto a los pequeños y medianos empresarios como aliados de la revolución, sin embargo sabía que esta era una tarea difícil considerando su naturaleza capitalista, que en última instancia había que defender siempre la revolución socialista por encima de los intereses privados de estos "emprendedores". ¿Por qué? Porque la revolución socialista no deja espacios para un término medio entre los intereses de clase, que, en la sociedad capitalista burguesa donde le tocó actuar, estos dos intereses y clases son irreconciliables. Esto lo sabía Chávez el cual citaba a cada rato a Lenin.

Dos cosas: para Chávez en última instancia, antes de proteger a la pequeña y mediana empresa, primero estaban los intereses de las mayorías de los trabajadores asalariados, desempleados (el ejército de relevo), el lumpen y la marginalidad que yace al borde de la sociedad. Y dos: no es posible que Chávez citara a Lenin o a Marx sin alimentar con ellos sus políticas, sin incorporar sus "descubrimientos" científicos a los planes particulares de acción política. En ellos se habla de trabajar con la pequeña y mediana empresa bajo ciertas condiciones racionales sobre la ganancia y sobre los intereses de Estado, considerando que a éste último como socialista, otro Estado, el cual perfiló en su último Plan falsificado. Un Estado socialista, es decir, un pueblo armado, como creyó que debería ser la Fuerza Armada, y las milicias, las cuales deberían ser la expresión más revolucionaria del Estado socialista, presentes en todas las formas de organización popular, consejos comunales, comunas, fundos zamoranos, mesas de aguas…., y el partido, pero como expresión de la pura democracia obrera (no este mamarracho clientelar, infestado de pequeñaburguesía que se sigue llamando PSUV, en vez de PCUV, por capitalista no por comunista)

Vayamos al escrito de Cliver Alcalá. El dirigente, ex militar, está preocupado por el destino de la empresa privada pequeña, mediana y Grande. Volvemos a lo mismo. Los grandes empresarios o capitalistas que hacen vida en este país nunca pierden; si no no serían grandes empresario, serían gente de a pie asalariados nosotros. Éstos son los autores intelectuales y materiales del desastre económico del país, no Maduro. Maduro solo ha facilitado que éstos se muestren con toda su furia carnívora y se lancen sobre un pueblo desprotegido, de este sub Estado y de la revolución.

Dentro de las leyes del Estado burgués la Ley funciona como una telaraña que atrapa a los pequeño y es despedazada por los grandes. Y ese es el caso de Venezuela ahora. En el caso de los medianos empresarios, representados por Fedeindustrias, éstos, que se organizan –además- al margen de Conindustria y Fedecámaras, en su propio órgano gremial, lo hacen para poder contratar e intervenir en las decisiones del gobierno, sin complejos. Éstos son peores que los otros porque, sencillamente, son los emergentes, tienen que ser más oportunistas que los otros para tener éxito frete a ellos. Pueden contratar con el Estado, pueden asesorarlo, son ministros, banqueros, etc. Pero además, en nombre del gobierno se sienten "estimulados" para invertir sus dólaritos, puesto que la Ley de inversiones… los protege a ellos también, se sienten seguros, puesto que ellos son en realidad los autores intelectuales de las leyes entreguistas de Maduro… Son y siempre será unos llorones, pero créame Cliver Alcalá, son cazadores furtivos, compiten sin cuartel con Cisneros, con Lorenzo Mendoza, en el terreno de la picardía y la oportunidad, en otras palabras, les sabe a mierda el destino del resto de la sociedad.

Es triste que Cliver Alcalá, que tanto ha hablado en nombre de Chávez, esté defendiendo en primer término (y también en segundo) a los empresarios y a los capitalistas, sin saber o simplemente, sin explicar cuál es la conclusión de sus sentidas palabras a favor de los empresarios privados, capitalistas, con prontuarios muy largos como ladrones y parásitos del Estado burgués, chupadores de la renta petrolera, igual que los otros. Si producen tornillos… los pagan con dólares del petróleo.

Se trata, amigo Cliver Alcalá, de una confrontación de clases, no de una reconciliación de clase enfrentada a Maduro. Maduro representa, exactamente, ese intento absurdo de reconciliación, Maduro es el Estado, entendido como una fuerza conciliadora, es decir, un no Estado: por supuesto, termina siendo un no Estado, ni fu ni fa, ni una cosa ni la otra. Y como la "estructura" política, social y económica del país es burguesa capitalista, ésta termina gobernando, cuando estos políticos inexpertos dejan grandes espacios en su "desgobierno".

Estos espacios son, precisamente donde se infiltra Fedeindustria, Fedecámaras, Conindustria etc. Cisneros, Lorencito, Nestlé, Carggill, Colgate, etc., los chinos, los rusos, y las fatídicas hermanas Shell, Exxon, con la choricera de trasnacionales petroleras del mundo y consorcios mineros. Si tú no gobiernas –dicen ellos- nosotros sí.

El resto de medidas demagógicas, aparentemente compensatorias de la codicia de los mercachifles, es consecuencia de esa indefinición, de ese "sueño reformista", el cual está destinado a fracasar siempre, en cualquier circunstancia. Eso lo sabía Chávez, señor Cliver.

Usted no anuncia nada nuevo defendiendo a los más ricos y al sistema capitalista, cuando mucho, repetir lo mismo que ahora está haciendo Maduro, no más. O, entregarle la conducción del país a Lorenzo Mendoza (o a otro igual que él) y al FMI; que las fuerzas del mercado se equilibren al precio de miles y miles de muertos, por hambre, enfermedades y violencia, crímenes, desapariciones ejecutados por el Estado, burgués, demasiado burgués.

Marcos Luna 31/08/2018



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Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

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