Según nota de prensa, de los 25 productos sobre los cuales hubo acuerdo de precios previos, posteriormente se "ajustaron" siete, dice la nota como con conmiseración. Es decir, de los que ya estaban aumentados, les volvieron aumentar. Pero dejaron, eso concluye uno por demasiado obvio, las sardinas frescas con el elevadísimo precio que le pusieron en el primer acuerdo. Asunto este que parece haber sido acordado con un representante del gobierno que nada sabe del mercado de esa especie marina, quien pudiera ser un infiltrado, quinta columna o, para decirlo en lenguaje marino, un polizón.
https://www.aporrea.org/economia/n330783.html
Según otra nota, un consumidor de Maracaibo se queja porque al acordar precios de productos de higiene personal, les pusieron precios por encima de los que se estaban pagando el día anterior en su entorno. https://www.aporrea.org/actualidad/n330804.html
Los empresarios del sector cárnico, al parecer, en una reunión con el ministro de comercio William Contreras, se comprometieron a respetar lo acordado, que uno no sabe exactamente qué es, pues una cosa dice la célebre lista de 25 productos y otra quienes distribuyen las carnes en el final de la cadena. Pero quiero destacar que los empresarios sólo hablan "embozalaos" con representantes del gobierno, pero no manifiestan públicamente sus pareceres.https://www.aporrea.org/actualidad/n330790.html
Pero en todo esto, como ya sugería, uno observa una enorme falla de parte del gobierno. Y la vamos a señalar, pero dejando constancia a quienes suelen usar el lugar común, ya hasta fastidioso, que dejemos de criticar y hagamos propuestas, como si toda crítica en sí misma no implicara de hecho eso.
Pero antes hablemos, como ejemplo de las fallas del gobierno, empezando por las comunicacionales, el embrollo en que cayó con el asunto de las pensiones del IVSS. Con esto estamos proponiendo que en esta situación de emergencia se debe hacer un serio esfuerzo para comunicar de manera coherente, oportuna y apelando a lo que fuese necesario para que el mensaje quede claro. Tanto que en la información, los empresarios queden comprometidos, no sólo al firmar, sino al darla a todo el público.
El gobierno primero publica una lista de "Precios Acordados" y casi inmediatamente saca otra de siete, según la cual a esos se les aumenta los precios que señaló la primera. Es decir, casi en cosa de horas se hace una rectificación que hace pensar que allí o en torno a esos productos aconteció algo extraño. Pues no es normal se proceda de esa manera habiendo publicado una lista previa que se supone fue el resultado de una larga discusión. Es un proceder similar a la información sobre el pago de las pensiones.
Pero aparte de eso, hay otra falla o insuficiencia en la estrategia del gobierno. Ninguno de los sectores económicos que firmaron, según la versión oficial, porque sola esa tenemos, aparecen por ningún lado avalando públicamente esos acuerdos. Para el público y sobre todo aquellos que están en la cadena de distribución, no hay ninguna muestra evidente, notoria, que se haya llegado a esos acuerdos. Por esto, aunque los productores y grandes distribuidores ajusten sus precios, los del medio y final de la cadena, al no escuchar declaración de los de arriba, a quienes suelen ser fieles por varios mecanismos e imposiciones, como que "no te doy crédito, no te lo amplío, debes pagar al "brinco rabioso" o simplemente no te despacho nada", ellos no lo harán porque no han recibido la orden, no han escuchado la voz que ellos esperan oír y de esa manera ganan más. Hasta puede suceder, eso a uno no le extraña que, pese haber firmado, no se ajustan los precios al acuerdo en muchas partes de la cadena o en toda ella.
Por eso, el gobierno debió, al hacer público el documento del acuerdo con la firma de los empresarios, ventilarlo por los medios audiovisuales donde apareciesen voces e imágenes de los firmantes mostrando su conformidad.
Es evidente que hasta ahora, sólo en pocos sitios aparece algo, muy insuficiente, de mercancía, como el caso del pollo que me consta, con el precio acordado, pero hasta ahora lo acontecido es que esos productos no aparecen, como el de los huevos, o en caso contrario los encuentra uno con precios muy por encima. Por mucho esfuerzo que ponga el gobierno y suponiendo que sus cuerpos policiales, de la Fuerza Armada y la gente del SUNDEE se despliegue para conseguir que se respete lo acordado, sólo podrá alcanzar limitados espacios. Por eso, es razonable una intensa propaganda para que la gente haga respetar lo que se ha acordado, tomando en cuenta que ella es la parte más afectada. Pero también es, que el gobierno no puede ofrecer la imagen, la que parece ser le venden a los pequeños distribuidores y a mucha gente que lo dice, como Vladimir Villegas, que la "hiperinflación no se combate" metiendo a la gente presa ni cerrando negocios, lo que es verdad, pero que no refleja exactamente lo que estamos hablando. En este caso se trata de hacer respetar lo acordado, sobre todo si los grandes empresarios están actuando de buena fe y ajustando los precios de manera que el resto de la cadena pueda hacer lo mismo. Lo que significa también decir que, en este caso particular, la expresión de Villegas fue mal intencionada, porque no se ajusta a lo relacionado con hacer respetar el acuerdo entre empresarios y el gobierno.
Por eso, propongo, usaré la palabra y la formalidad para que los acuciosos y simplistas, entiendan que no sólo estamos criticando sino proponiendo, que el gobierno vuelva a llamar a los empresarios que firmaron el acuerdo y ante un programa especial o entrevista especial de radio, televisión y prensa escrita, todos ellos dejen en claro su posición que no debería ser otra que llamar a los "fieles servidores de las cadenas de distribución" a respetar lo acordado y estos sepan que deben reclamar, a quienes les despachan, precios de acuerdo a lo convenido.
Es decir, se trata que cada quien muestre su cara y deje constancia de su presencia. No dejar la sensación que esos acuerdos son vainas inventadas por el gobierno, como en efecto alguna gente cree y quienes no lo creen se lo hacen saber a su manera a quienes les llegan, como sugiere, nada subliminalmente, Vladimir Villegas. Y si eso sucede, aquel que se salga de lo convenido, aunque no le guste al periodista de Globovisión, porque entonces no estaríamos hablando de hiperinflación sino de vulgar especulación, con lo que uno supone no está de acuerdo el "comunicador social", porque sería el colmo, debe caerle todo el peso de la Ley.
El gobierno debe dar rotunda demostración que no está imponiendo nada, fijando precios a su albedrío y menos hablando con y de fantasmas.