La guerra grancolombo-peruana, entre 1828 y 1829, fue un conflicto armado que enfrentó a la República de la Gran Colombia contra la República del Perú, por el dominio de Quito, hoy Ecuador, y otras zonas reclamadas por Perú. Se inicia con la intervención militar peruana de Bolivia y culmina con la Batalla del Portete de Tarqui y el Tratado de Guayaquil. Las relaciones con el Perú habían sido tirantes desde principios de 1827, cuando una revuelta en Lima derroca al régimen establecido allí por Simón Bolívar, poco antes de su regreso a Venezuela con la intención de convencer al General Páez no continuar con los actos de sedición contra la Patria Grande. El Perú en ese tiempo se encontraba bajo el protectorado de la Gran Colombia por órdenes de Simón Bolívar, quien siempre estuvo pendiente de la buena marcha de esa unión. Acantonada en Lima la tercera División del ejército grancolombiano, División que había sido clave en el logro de la independencia peruana, cuando Simón Bolívar hubo de salir del Perú en 1827 para intentar solucionar los graves problemas que se planteaban con la unión de los países que formaban la Gran Colombia. Este viaje de Bolívar fue aprovechado por algunos miembros del gobierno y el ejército peruano para liberarse de la influencia grancolombiana, y poder incluir de nuevo dentro del territorio nacional a la recién fundada República de Bolivia, este país había pertenecido con anterioridad al Perú y se identificaba como el Alto Perú, así como el Departamento de Azuay que en la actualidad pertenece al Ecuador y que tiene como su capital a la ciudad de Cuenca. En la ciudad de Guayaquil la influyente burguesía también apoyaba esa incorporación al Perú. En junio de 1827 las elecciones legislativas proclamaron Presidente del Perú al General José de La Mar. José Domingo de La Mar y Cortázar, fue un militar y político que nació en el actual territorio de la República del Ecuador, el 12 de mayo de 1776, en Cuenca, y muere el 11 de octubre de 1830 en San José de Costa Rica.
Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto a promover problemas políticos con el preciso objetivo de tratar de anexarse la República de Bolivia; y posiblemente más territorio grancolombiano. Existían también desacuerdos concretos en cuanto a cuestiones fronterizos entre los dos países, también el pago de 7.595.747 pesos como deuda por la guerra de la emancipación, y la entrega de los territorios peruanos de Tumbes, Jaén y Maynas. Las negociaciones diplomáticas que emprende Bolívar fracasaron, y el 3 de julio de 1828 la Gran Colombia le declara la guerra al Perú. El 28 de noviembre de 1828, el General José de La Mar penetra a territorio grancolombiano y ocupa militarmente gran parte del Departamento de Azuay, también ocupa Guayaquil, evacuada por el Almirante General grancolombiano Juan Illingworth Hunt a quien no le llegó el refuerzo militar solicitado. Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra en el mar, ante tal situación el Mariscal Sucre, ya de vuelta a Quito, Ecuador, tras renunciar a la Presidencia boliviana, concentra el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de la ciudad de Cuenca, Ecuador, que había sido ocupada el 10 de febrero de 1829. Después de un breve encuentro cerca de la población de Saraguro, Ecuador, la vanguardia grancolombiana derrota a un destacamento peruano el 27 de febrero, cuando tiene lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos. Esta es la célebre Batalla del Portete de Tarqui, Ecuador, el ejército peruano lo integraban 5000 soldados y al grancolombiano, 4200. Las tropas de la Gran Colombia comandadas por Antonio José de Sucre, y las tropas peruanas comandadas por el General José de La Mar.
El combate dura media hora tiempo en el cual el ejército grancolombiano derrota a las fuerzas peruanas. La victoria grancolombiana se debió, en buena parte, al enfrentamiento por separado de las tropas de Sucre contra cada batallón del ejército peruano que en ningún momento actuó de forma unitaria y dejó sus batallones aislados. El resultado de la Batalla hizo que el General José de La Mar dispusiera el repliegue del ejército hacia Girón, parte perteneciente a Colombia. Sucre no satisfecho con este resultado, envía a un oficial del Estado Mayor con el objeto de negociar con La Mar, siendo ésta aceptada por el Presidente peruano, y el primero de marzo de 1829, en el campo de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado por los Generales Flores y O'Leary, por parte de la Gran Colombia, y Gamarra y Orbegoso, por parte del Perú. De acuerdo al convenio de Girón, las fuerzas peruanas se habrían de retirar de la Provincia de Azuay y abandonar otras plazas ocupadas. Si bien las fuerzas peruanas se retiran, La Mar se niega a entregar Guayaquil, Ecuador, y de hecho se prepara para iniciar una nueva ofensiva, sin embargo, la guerra acaba inesperadamente motivado a un golpe de Estado que da el General Agustín Gamarra, y otros jefes militares peruanos, en Lima, Perú, golpe que depone al General José de La Mar. El nuevo gobierno cesa las hostilidades y entrega el 20 de julio de 1829 a Guayaquil.