El planeta Tierra está conformado por 4
continentes: Europa, Asia, Africa y Oceanía, porque América, según los
ideólogos del imperio estadounidense, está integrado por 3 Américas: la A –Estados Unidos-, la B –Canadá- y la C
–América Latina y el Caribe-. Esta división no se debe a posición
geográfica, sino de poder de fuerza militar y de desarrollo capitalista.
La ONU
–Organización de Naciones Unidas- no nace para defender los intereses
de los países subdesarrollados frente a las tropelías y atrocidades de
las naciones desarrolladas del capitalismo, sino como el medio de éstas
de imponer –jurídicamente libres- su dominio político, económico e ideológico en el nuevo reparto del
resto del mundo. Basta y sobra un solo elemento de su Constitución: 5 naciones –no en representación de 5 continentes- son las únicas que gozan de derecho y deber de voz y voto de un total de 192 países que la conforman: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Rusia y China.
Para que vayamos midiendo la exageración en la falta de espíritu
democrático y de igualdad en las relaciones diplomáticas, nada más y
nada menos que un 2,6% se atribuye la potestad de decidir por el 97,4% de las naciones del mundo. La mampara de democracia quieren hacerla ver con el cuento ‘democrático’ del tal Consejo de Seguridad que involucra a los 5
permanentes –con voz y voto- y 10 no permanentes –sólo voz-; es decir, un 7,7% tiene facultad para hablar por el 92,3% de las naciones del planeta.
Los 10
embajadores del Consejo de Seguridad que no son permanentes deben ser
representantes por regiones geográficas. Esto no sólo es para reírse a
carcajadas limpias, sino para sentir luego indignación por la burla descarada que se le hace a la democracia electoral en la
ONU con el aval, por lo menos, de casi todos sus miembros. Quien diga que el voto secreto es democracia está meando fuera del perol.
Sólo cuando las masas, en sus comités revolucionarios o en sus sóviets
por regiones, levantando sus manos de frente y de cara al sol o a la
luna, en plena reflexión de sus diálogos o debates, tomen sus
decisiones irrefutables se podrá decir que la democracia política ha
alcanzado justo el nivel de desarrollo en que ya comienza a dar prueba
de la necesidad de su extinción porque la sociedad ya empieza
administrarse por sí misma.
Bueno
toda esa perorata anterior para poder entrar a lo que realmente quiero
decir como argumento contra el carácter burlón, grotesco y
antidemocrático que impera en la ONU. Primero : las 5 naciones con derecho a voz y voto, está demostrado, no representan la voluntad de por lo menos 70 países que le dijeron ¡NO! al candidato de Estados Unidos para ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad. Eso significa que existe un 36,4%
en rebeldía contra la política intervencionista del imperio
–esencialmente- estadounidense. Aparentemente pudiera interpretarse que
Estados Unidos cuenta, en contra de la voluntad de esos 70 países, con una mayoría de un 63% tomando en cuenta que el 0,7% se
abstuvo. Pero eso no es más que la visión antidemocrática de la
política diplomática del capitalismo salvaje, porque la verdaderamente
democrática sería que el miembro no permanente del Consejo de Seguridad
por América Latina y el Caribe, fuese decidido exclusivamente por los
embajadores de las naciones que conforman esa región del mundo
incrustada en el continente América, y donde la mayoría votó por el
candidato venezolano y no por el de Guatemala. ¿Cómo puede ser
democracia que los países europeos voten para decidir quién debe ser el
representante del Africa o las naciones de ésta para determinar cuál ha
de ser el miembro no permanente del Consejo de Seguridad por los países
asiáticos? ¿Por qué las naciones altamente desarrolladas del
capitalismo –imperialistas- tienen que decidir quién representa a los
países subdesarrollados en un Consejo de Seguridad, si éste tiene que
ser fruto de una proporción de representantes por regiones bien
definidas geográficamente? ¿Qué dirían los conejos y los pollos si el
zorro y el lobo deciden que sea la ardilla que represente a los
animales más indefensos y que son víctimas de un Consejo de Seguridad
donde el león –en la selva-, el tiburón –en el mar-, y el halcón –en el aire-
hacen y deshacen todo lo que les venga en gana sin consultarlo con
nadie? ¿Aceptarían el león, el tiburón y el halcón que los conejos y
los pollos nombren al morrocoy, al pargo y al perico como los
representantes de aquellos en un Consejo de Seguridad del reino de los
animales en la selva, en el mar y en el aire?
¿Quiénes
pueden creer en la democracia del león, del tiburón y del halcón,
votando por un morrocoy para escuchar y respetar las quejas o
inquietudes de las ardillas, los conejos o los pollos? ¡Por favor!: ya
basta de calarnos las tropelías de una ONU que no representa ningún
espíritu de justicia y libertad, sino que se resigna a ser el brazo –jurídicamente libre- del capitalismo salvaje en la política diplomática burguesa.