El gobierno reformista de Nicolás Maduro dio un salto atrás, hacia una restauración progresiva del capitalismo, que pasa por el Libro Azul de Chávez hasta desembocar en las corrientes más liberales de nuestra historia, barnizadas de chinos, rusos y del Árbol de las Tres Raíces; “multipolaridad entre naciones”, pero “consenso capitalista”, más una seudo democrático burguesa.
Elías Jaua refiriéndose a la “Democracia Socialista” en su último escrito, cita dos textos fundamentales de Chávez para justificar una práctica democrática que los enfrenta a la oposición de derecha (siempre frente a la oposición), sin embargo ausente de cara al socialismo y su gente.
El primero es del año 2012, extraído de su discurso sobre “el Golpe de Timón”, el texto dice: “El socialismo libera; el socialismo es democracia y la democracia es socialismo en lo político, en lo social y en lo económico”. Y otro más; “Una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo es su carácter democrático, una nueva hegemonía democrática, y eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer”. En este último pedacito pareciera que hablara Fidel Castro, es una idea salida de su experiencia.
Sobre estas ideas expuestas en los dos textos, el socialismo es el concepto que sintetiza a todo los demás. Sobre la democracia verdadera y la sociedad que queremos (en lo social, en lo político y económico), no cabe espacios para dudas o ambigüedades, para “interpretaciones”. Cuando habla de “nuestro modelo” Chávez se está refiriendo al socialismo, no a otra cosa (recordemos que se trata del año 2012, justo cuando fue redactado el Plan de la Patria). El carácter democrático tiene que ver aquí con el convencer y no imponer, y para convencer hay que debatir y argumentar, no vale mucho eso de las “aplanadoras adecas”, tipo Diosdado Cabello o Maduro; hay que debatir y argumentar sobre la crítica, así sea ésta la más dura. En ella está el punto central o esencial de donde emergen la democracia socialista y el socialismo, en el debate, en la crítica, en los argumentos, en el convencer, no se trata de usar la autoridad de Chávez como argumento, sino la autoridad de sus ideas.
El otro texto al cual se refiere Jaua al cual dedica la mayor parte de su escrito y “argumentos”, por supuesto, a favor de las políticas de Maduro y del PSUV, de estos últimos cinco años, es una cita vieja sacada del “Libro Azul”, y de documentos del MVR, dice Jaua:
“Volvamos a la lectura del pensamiento de Hugo Chávez al respecto, esta vez en sus anotaciones de las reflexiones en el seno del Movimiento Bolivariano 200 (MBR 200) a principios de la década de los 90 del siglo XX, el Libro Azul: … “El pueblo como depositario concreto de la soberanía debe mantener su fuerza potencial lista para ser empleada en cualquier momento y en cualquier segmento del tejido político, para reparar daños a tiempo, para reforzar algún desajuste o para producir transformaciones que permitan el avance del cuerpo social en la dirección estratégica autoimpuesta. Para ello, el sistema político debe instrumentar los canales necesarios, tanto a nivel local como regional y nacional. Canales por los cuales corra el poder popular protagónico”. Dice Jaua,… “allí está la clave para el desarrollo democrático de nuestra sociedad: más poder de decisión y acción para el pueblo, menos poder para las élites, cualesquiera que están sean.” Pero sin socialismo, sin estrategia, sin vanguardia, y sin líder, todo esto pareciera que viene por generación espontánea gracias al desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas que son las que nos realmente nos gobiernan (“No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista”… Plan de la Patria. 2012).
En este último texto de Chávez citado por Jaua, todavía el socialismo (¡ni siquiera!) se asoma. Una dirección estratégica “autoimpuesta” ¡Qué es eso!, es una forma errada de adjudicar a la masa capacidades políticas que no tiene, una consciencia que no tiene. Una masa que anda pero sin estrategia previa y sin una vanguardia, no es nada, anda pero no avanza. Sin embargo es esta idea la que ha venido operando Maduro y gente como Jaua, en función de manipular a la masa en su propio nombre: “el pueblo sabio”, “la voz del pueblo” “el pueblo organizado”, cuando en realidad son ellos, un pequeño grupo, quienes dirigen a la masa a su propia conveniencia y dirección política, los que persiguen la crítica y les horrorizas las contradicciones internas… ni siquiera ellos, las fuerzas del mercado y su lógica.
Sigue la cita de Chávez de principios de los 90,
“Para ello, el sistema político debe instrumentar los canales necesarios, tanto a nivel local como regional y nacional. Canales por los cuales corra el poder popular protagónico”.
Chávez idea un sistema de organización desde la base el cual llama sistema político, democrático pero solo en las buenas intenciones, el cual todavía está muy lejos de ser definido como socialista, el cual todavía no cuenta con un norte político definido, solo con una “dirección estratégica autoimpuesta”, tal y como ellos (Maduro y Cía) nos “autoimpusieron” cambiar el Plan de la Patria de Chávez, claramente socialista, antiimperialista; con una dirección clara y contraria a la lógica del capital, por otro de corte neoliberal.
Dice Jaua: “Lo extenso de la cita del texto escrito por el Comandante, se justifica en tanto que consideramos que allí está la clave para el desarrollo democrático de nuestra sociedad: más poder de decisión y acción para el pueblo, menos poder para las élites, cualesquiera que están sean.”
Es decir, luego de haber recogido, al principio, una cita chavista de hace 6 años, después de este texto, viene Jaua a justificar todas sus prácticas antidemocráticas y anti socialistas con lo expuesto por Chávez cuando aún ni se acercaba a ser presidente y comandante de una revolución socialista, ideas difusas de hace más de 20 años atrás; se lo baipasea como si el pensamiento del comandante Chávez, quien vivió peleando, discutiendo, leyendo, recomendando lecturas, nunca evolucionó.
Ahora, según Jaua, Chávez es al primero y no al último Chávez al cual debemos prestar atención. Es el del Árbol de las Tres Raíces, donde Maduro dice, en un prólogo al librito Azul (editado por ellos mismos): “para qué necesitamos a Marx, si tenemos a un Simón Rodríguez”, mostrando, no nada más su ignorancia, sino la trampa, la manipulación y su petulancia frente al mismo Chávez (el mismo que en el 2009 se declarara Marxista Leninista y antiimperialista): dice Maduro en el 2013,
“en muchos y diversos sentidos, Robinson es para nosotros mucho más importante que Carlos Marx, y lo es porque él pensó desde nuestra realidad, enraizando su pensamiento, asimilando todas las ideas que había que asimilar de Europa, pero pensando desde presupuestos nuestroamericanos, no europeos, teniendo el coraje de formular ideas propias, descolonizándose a la hora de forjar conceptos, descolonizándonos en el pensar y en el hacer” Prologo de Nicolás Maduro, 2013 (muerto Chávez)
No es este el momento para discutirle a Maduro su “originalidad” y su petulancia. La intención es señalar el punto de contradicción evidente de Maduro, su prólogo y el libro Azul (y éste Jaua, que es el mismo de siempre) con Hugo Chávez y su Plan de la Patria, el cual está “direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital, el cual debe cumplirse paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo”, (Presentación, Plan de la Patria, 2012)
Y remata Jaua: “En tal sentido, se impone un gran esfuerzo nacional de cara a la década por venir, rumbo al 2030, que nos permita:…” Y se lanza con exactamente lo mismo que están haciendo ahora: conciliando, llamando a elecciones, y repitiendo todas las promesas de corregir todo lo que ellos mismos han provocado con sus prácticas y ausencias políticas.
Si acaso Jaua desea (desea ahora) establecer una diferencia clara entre ellos, Maduro, Jaua, Los Rodríguez, Diosdado, y el último Chávez, ¡háganlo!, ¡marquen una diferencia! pero no mientan, no manipulen, no engañen, ¡no confundan!.
Marcos Luna 23/10/2018
